Para los que siempre se quejan de vicio de que esta ciudad no se moviliza por nada se han llevado una gran sorpresa. La realidad viene a demostrar que ese no es el caso, lo que ocurre es que Jaén ha estado muy acostumbrada a ser una especie de páramo donde no ocurría nada especial, se ha caracterizado por un encefalograma plano, con todas las excepciones que haya que considerar y es justo decir que las hay, sobre todo últimamente.
Pero lo cierto es que un programa de animación cultural como la llamada “Noche en blanco” del pasado viernes, es una auténtica novedad y ya va sumando años. Lo más parecido, y se trata de su referente anterior, es la ‘Noche Jahenciana” promovida por el diario Viva Jaén, que constituye todo un éxito en sus ediciones celebradas y que en cierto modo creo que abrió los ojos para demostrar que es posible que los jienenses participen, solamente hace falta estimularlos a través de una programación lo suficientemente abierta y atractiva. Si encima se proyectan actividades en una noche agradable en la que se invita a salir a la calle, mucho mejor.
Lo del viernes pasado ha sido una gran experiencia, se ha vuelto a hacer un derroche de imaginación y de apuesta cultural en lo que ha supuesto un enorme atracón de citas, menos mal que había horas suficientes para tratar de no perderse ninguno de los atractivos de la completísima programación con todos los museos y monumentos abiertos, con una serie de buenos conciertos en distintos escenarios, con visitas guiadas a los mejores espacios, en fin, un montón de sugerencias, por cierto todas gratis, en lo que se puede resumir como una irrepetible oferta.
La dificultad fue en todo caso a qué carta quedarse, dónde acudir de manera preferente, el resultado no puede ser más positivo y es una llamada a que este tipo de iniciativas se repitan de vez en cuando, tal vez una vez al mes, con menos oferta aunque igualmente variada, y con el propósito de hacer que esta ciudad despierte por la vía de la costumbre, del hábito, a esta entusiasta movilización.
Ese es su gran valor, los centenares de jienenses de todas las edades que no quisieron perderse la gran noche y las personas que de fuera que se sumaron al carácter festivo del viernes especial para esta capital. No me resisto a dar las gracias a los que hicieron posible el éxito de este enorme experimento. Bajo la coordinación de la Universidad de Jaén, que se apunta un tanto considerable, han formado parte de la apuesta instituciones muy diversas, como la Delegación de Cultura, Diputación. Ayuntamiento, Obispado, etc.
Felicitación que por supuesto hago extensiva a tantos jienenses como llenaron las calles en noche tan singular, dando vida al sector de la hostelería y creando un ambiente en el que merece la pena poder disfrutar de monumentos y espacios públicos con esta excepcional respuesta. También hay que reconocer la labor de los colectivos culturales más dinámicos, esos que tiran del carro siempre, entre ellos los componentes de toda la oferta cultural programada, porque han sido el motor de la noche. A este respecto conviene señalar que entre los creadores se han suscitado quejas porque tanto esfuerzo no tiene las compensaciones económicas que serían deseables y este sector necesita apoyo y estímulo porque no puede vivir del aire. Tomen nota los organizadores y no vayamos a cargarnos un invento que funciona por no dotarlo económicamente como corresponde, porque este es el Jaén que nos gusta, este es el Jaén que queremos y no se puede pedir que se participe «gratis et amore».
Dejo para el final porque me parece de lo más importante, que toda esta amplia oferta haya sido posible con la fórmula casi desconocida por aquí hasta hace bien poco, de la unión de esfuerzos y voluntades, no se ha hecho distinciones entre la administración regida por un partido y la otra de una ideología diferente. Se ha pensado en clave de ciudad, de los intereses culturales de la capital, y se ha prescindido de sectarismos y de aldeanismos. Todo pensado para Jaén y los jienenses. Una experiencia inédita que por muchas razones hay que felicitarse porque haya pasado en Jaén. Únicamente cabe preguntarse, ¿cuándo repetimos?
Foto: La ciudad acogió a un verdadero atracón de apuestas culturales.