A pesar de que estamos en tiempos de cambio y de que los colectivos sociales están tomando mayor protagonismo en la capital jienense, lo cierto es que para según qué cosas no ha llegado la hora de salir a la calle para decir “¡¡¡basta!!!”. En este caso nos referimos a las comunicaciones por ferrocarril, donde todo el mundo parece que da por hecho que tenemos lo que nos merecemos y no hay una enérgica respuesta que llegue a las administraciones para que de una vez por todas nos saquen del tercermundismo en el que nos colocaron hace tanto tiempo.
Me ha llamado la atención que tenga que ser el comité de empresa de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) el que tenga que poner el grito en el cielo, desde Linares, por la pérdida del tren hotel que comunicaba Granada con Barcelona y que era muy utilizado por toda la provincia, sobre todo en fechas especiales como las que se avecinan. Este tren desapareció y dentro de poco se anuncia que pudiera restablecerse pero utilizando vía AVE, que es lo mismo que decir por otros lugares que no sean Jaén.
El comité de empresa de Adif no quiere que Linares-Baeza se quede, como ya es prácticamente, en “estación fantasma”, habiendo sido en su momento un importante nudo de comunicaciones. Van a dirigirse a los 97 municipios jienenses pidiendo solidaridad y con los acuerdos municipales se irán a las administraciones y a los agentes sociales, desde la Junta a la Universidad, desde la Cámara de Comercio al Congreso y Senado, para ver si alguien les escucha.
Es importante que algunos sindicatos se estén moviendo, aunque especialmente en la zona de Linares. En la capital ni eso, de vez en cuando aparecen unas reivindicaciones, pero medidas contundentes y de fuerza para exigir lo que nos corresponde por ser de justicia, servicios del siglo XXI, esto a nadie se le ocurre, y vamos hacia atrás a una velocidad vertiginosa.
El comité de empresa de Adif y algunas organizaciones sindicales lo que están demandando es que se mantengan los servicios actuales, solo faltaría, pero al tiempo que haya nuevas conexiones entre Jaén norte con Sevilla y Córdoba, y desde Jaén sur con Madrid.
Es decepcionante esta situación tan evidente y por la que Jaén no se inmuta cuando tendría que estar en la calle para que se enteren los representantes políticos. Hace ya muchos años de las últimas movilizaciones en serio para exigir trenes dignos, se creó una plataforma, pero la apatía tan al estilo Jaén apareció en un momento determinado y acabó con todas las ilusiones, mientras los políticos que nos representaban, divididos, como siempre, no estuvieron ni han estado después de la altura. Ahí fue donde Renfe se dio cuenta de que esta provincia no plantearía problemas, que su docilidad estaba a prueba de bomba. ¿Los políticos? Pocos pueden salvarse, los discursos son diferentes según estén en el gobierno o en la oposición.
Visto así el panorama la verdad es que para qué los queremos, porque ellos, los unos y los otros, los otros y los unos, son los culpables de este divorcio de Jaén con el ferrocarril que nos llena de indignación y de vergüenza.
Esto lo digo tan claro porque querer a Jaén no puede ser compatible con cerrar los ojos a la realidad, el futuro de esta provincia depende en gran medida de sus comunicaciones, para crecer definitivamente o para seguir lastrada como se encuentra ahora.