Por ANTONIO GARRIDO RUIZ / El pasado jueves se hacía oficial de manera sorprendente la marcha de Leo Messi del FC Barcelona. El jugador argentino ponía fin a su periplo de 21 años con el conjunto azulgrana. Todo parecía encaminado durante las últimas semanas a una renovación del argentino, habiendo llegado a un acuerdo tanto en lo económico como en años de vinculación, a falta del OK de la Liga debido a los grandes problemas que tiene el club catalán en el límite salarial (principal escollo para la renovación de Messi).
El giro radical y definitivo de los acontecimientos llega con el acuerdo de la Liga con el grupo CVC, que inyectaría en la competición 2.700 millones de euros, lo que permitiría acometer esta operación tan complicada. Pese a ello, Laporta declinó finalmente esta opción, ya que el acuerdo conllevaría además la venta de un porcentaje de los derechos televisivos para los próximos 50 años, algo que en el club catalán se entiende como una dura hipoteca para la entidad.
El argentino se despedía hoy en rueda de prensa de la que ha sido su casa las últimas dos décadas. Visiblemente emocionado, Messi dejaba claro en más de una ocasión que su intención era quedarse en el conjunto culé. “No sé el Barça, pero yo hice todo lo que pude por seguir. Me bajé la ficha a la mitad. Yo quería quedarme. El año pasado lo tenía decidido, pero éste no. Y nadie me pidió nada más. No se pudo hacer. Estaba todo arreglado, pero por el tema de La Liga no se hizo. El club tiene una deuda muy grande y no quiere endeudarse más…»
Preguntado por su futuro, que apunta cada vez más al PSG, el argentino no se escondía: “Es una posibilidad. Cuando todo se supo, recibí muchas llamadas. La gente me conoce. Quiero seguir compitiendo. Mis últimos años los quiero acabar así. Mi mentalidad es la de querer ganar. La gente me conoce de sobra para cuestionarme que quiera irme a un club para competir. Debo seguir mi camino. Tengo que pensar en mi carrera…”. El jugador viajará en las próximas horas a París para cerrar su vínculo en el club francés.
LA LIGA CAE EN PICADO
La marcha de Messi de nuestra competición liguera no es más que la guinda del pastel de la desbandada de estrellas que ésta ha sufrido en los últimos años. Jugadores de la talla de Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Iniesta o Sergio Ramos han abandonado La Liga en busca de nuevas aventuras en el extranjero. La Liga, dirigida por Javier Tebas, se queda actualmente huérfana de estrellas, y por supuesto esto tiene sus consecuencias en materia económica y mercantil. Contratos y patrocinios más bajos por la falta de atractivo de nuestra competición, serán el futuro si no se remedia pronto.
El producto cada vez vale menos, con rostros conocidos, pero lejos de ser estrellas, y con repartos de los derechos televisivos más que cuestionables. La marcha de Leo Messi es una pésima noticia para los culés, pero no lo es menos para el resto de conjuntos, que se veían directamente beneficiados de esta clase de jugadores.
Tras su marcha, y si se acaba confirmando su llegada al PSG, La Liga perderá fuelle en comparación con la Premier o la Ligue 1, aunque los dominadores de estas ligas sean los llamados “clubes-estado”.
Hoy despedimos de nuestra Liga al mejor futbolista de la historia de este deporte, y seamos del equipo que seamos, nos ha hecho levantarnos del sofá en innumerables ocasiones. Por tanto, hoy pierde el Barça, pierde La Liga, pierden los clubes y pierde el fútbol español.