Si la mujer del César no es honesta, ¿por qué tiene que parecer una muchacha con pañoleta del franquismo? Si Podemos quiere dinamitar la Constitución, ¿por qué debe Pablo Iglesias aparentar que sale de copas con Peces Barba? En política es más honrado el ataque frontal que la estrategia suave de quienes amenazan con el 155 mientras pactan con los separatistas en decenas de municipios. A la formación de ultraizquierda le pierde una prisa que no tiene el PSOE por demoler España. A primera vista, la gripe es más aparatosa que el cáncer.
Como soy de derechas habrá quien que califique este artículo como reflexión de facha, pero eso es porque no ha comparado ni mi nómina ni mi obra social con las suyas. Gano tres veces menos que lo que me critican y cinco veces menos que los que me detestan. Soy un burgués sin ahorros al que vilipendia el progresismo, esa nueva clase alta provincial trufada de caciques a los que el sueldo no les da para invertir en Inditex, es cierto, pero les aísla de la realidad, sea esta el comedor social de San Roque, sea el drama de la plantilla de Onda Jaén.
En cuestión de imparcialidad, la radiotelevisión pública municipal no es la BBC, está claro, pero si esa es razón para cerrarla, que se tienten la ropa Canal Sur, Televisión Española y Euskal Telebista. En el ámbito mediático público el poder contamina la información desde antes y desde después de que Arias Navarro oficiara de plañidera al informar sobre el deceso de su excelencia. De manera que quien afirma que la plantilla se merece lo que le pasa porque se ha prestado a la manipulación o desconoce la trastienda política o es un cínico.
El cinismo es la ironía del bilioso, que piensa con el hígado porque sabe que del cerebro surgen a veces cosas buenas, como la idea de solidarizarse con quienes son perseguidos por un Ayuntamiento que al aprovechar el incendio intencionado de las instalaciones para urdir un despido colectivo actúa tal que si Amancio Ortega echara una bronca a la modistilla maniatada por atracadores de la competencia que se han hecho con la colección primavera/verano.
La plantilla de Onda Jaén merece respeto. El institucional y el de sus compañeros de profesión. Sé que aquí no se escribe al dictado y pongo la mano, no en la vitrocerámica sino en la lumbre, por la honradez de los reporteros ideológicamente zurdos y diestros que viven de esto. Pero también sé que mi rango de periodista libre de marca pública me permite escribir lo que otros no pueden. Por eso, a veces, me siento un asturcón en un gremio de ponis de feria.