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Muchos de ustedes ya habrán escuchado en alguna ocasión eso de que existen personas que donde debe estar el corazón tienen una caja registradora. No creo que sea un requisito laboral, pero estoy seguro de que en algunas profesiones suma y está bien visto.

Ignoro si es condición natural o el resultado de un aprendizaje. O una mezcla de ambas. Lo que no cabe duda es que de ser algo innato y salvo excepciones, el paso del tiempo lo pule y afila como un colmillo.

Se preguntarán que a cuento de qué viene esto. Muy sencillo, tengo un amigo en Jaén, Paco Salas, que después de décadas de trabajar como Educador Social en Cruz Roja y a un paso de la jubilación, me consta que había preguntado por la prejubilación, ha sido despedido.

Choca la falta de sensibilidad de la principal institución humanitaria de España. Y claro, es irremediable pensar que aquí también se está imponiendo el metal al corazón.

No lo sé. Pero sí sé que en muchos ámbitos laborales las personas son desposeídas de su naturaleza humana para ser tratadas como números, por lo cuál solo importan a efectos contables. Es la deshumanización en estado puro, pero insisto, alarma la falta de empatía en una organización humanitaria.

Y resulta mucho más preocupante en una provincia olvidada como la nuestra, donde la gente joven tiene que emigrar para ganarse el sustento. Si lideramos en Andalucía esa lista maldita del desempleo, cuesta creer que una persona que raya en los 60, años por abajo o por arriba, pueda encontrar un empleo; no digo ya uno digno y bien remunerado.

En unos días van a juicio y tal y como está la cosa tengo el presentimiento de que cualquier argumento para justificar el despido será atendido. Ya saben, reestructuración de la plantilla, redefinición de los puestos de trabajo, adaptación a nuevas situaciones del mercado, mejoras para una mayor eficacia, renovación de perfiles laborales o similares.

No quiero ni pensar lo que serán los años venideros cuando los robots copen el mercado laboral. Y estos sí que carecen de corazón. Las previsiones para España a medio plazo son que el 43 por ciento de los puestos de trabajo pueden ser asumidos por máquinas¹, aunque algunos analistas más optimistas lo rebajan al 12 por ciento, unos dos millones de empleos, y otros consideran que la automatización no supondrá la destrucción de laboro y contra pronóstico generará empleo.

Da miedo pensar lo que puede ser de Jaén. Ahora somos una ciudad dormida, si también nos quitan el corazón… Por lo menos no faltará material para nuevas “panquilerías” ¡Majarele, Paco!

 

¹. Estudio del servicio de análisis de Caixabank (2016)

 

 

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