Por IGNACIO VILLAR MOLINA / La reciente rebaja de los tipos de interés está teniendo un impacto inmediato y muy directo en la actividad del sector financiero internacional y, lógicamente, en los bancos españoles. Esta nueva etapa les obliga a replantear sus estrategias de todo tipo para evitar que sus efectos no dañen excesivamente la brillantez que sus estados financieros han exhibido en los dos últimos ejercicios. Para muestra recordemos que solo los 6 bancos españoles más importantes han ganado, desde 2021, 79.222 millones de euros, de los cuales han destinado 23.351 millones al pago de dividendos a sus accionistas, y 17.182 a la recompra de acciones propias.
Por otro lado, resulta necesario constatar que su actividad de intermediación en la década en la que los tipos estuvieron a tasas cero estrechó tanto los márgenes que, en algunos casos, mostrar una cuenta de resultados saludable les forzó a eludir la retribución de los ahorros de cliente, a extremar el cobro de comisiones, prescindir de clientes cuya rentabilidad no alcanzara el nivel exigido, y mostrar una mayor disposición a negociar con sus clientes con dificultades para atender las cuotas de sus hipotecas y modificar las condiciones de sus préstamos a fin de frenar el amago de la morosidad; las novaciones (o modificación con la misma entidad) aumentaron un 24.7% con respecto al año anterior, lo que ha permitido que el ratio de morosidad actual de las entidades financieras se haya situado en el 3.42% de la cartera crediticia.
El ciclo de subidas iniciado en julio de 2023, mantenido durante 11 meses hasta llegar al 4.50%, para responder al desbocado incremento de la inflación, tuvo su primera flexión en junio último con un recorte del 0.25%, movimiento que se ha visto en septiembre acompañado por otra reducción de igual cuantía con la seguridad, según el consenso más extendido, de que asistiremos a un rosario de nuevas bajadas en los próximos meses.
Sin embargo, lo que para muchas familias con hipotecas supuso un detrimento notable en su poder adquisitivo al tener que asumir mayores desembolsos mensuales por el encarecimiento de las cuotas de sus préstamos, deparó para los bancos una repreciación inesperada de sus carteras hipotecarias que siguen aportando una buena parte de la savia necesaria para engordar sus márgenes por interés. Las estrategias comerciales en el corto y medio plazo están, por tanto, claramente diseñadas: basta con mantener las señaladas anteriormente para mantener el buen tono de sus cuentas de resultados en el corto y medio plazo.
Sin embargo, en el actual contexto, la tendencia bajista de los tipos restará progresivamente mayor volumen a los márgenes por intereses, si bien el impacto concreto para cada entidad estará directamente relacionado con la diversificación geográfica de su implantación exterior, y con la composición de sus carteras crediticias concertadas, bien a tipos fijos o variables. Con respecto al primer aspecto, en consonancia con su establecimiento exterior, los bancos más beneficiados serán Santander y BBVA, ya que su implantación en países como Brasil y México les permitirá un ahorro de costes como consecuencia del efecto que los descensos de los tipos que decida de la FED (Banco Central de EEUU) tiene en la diferencia del tipo de cambio de las monedas de estos países con respecto al dólar. Y por lo que concierne a la composición de la modalidad de sus montantes crediticios, el banco más beneficiado será el Sabadell ya que mantiene el 60% de los créditos y préstamos, especialmente los de tipo hipotecario, a interés fijo, mientras que en Santander y BBVA esta modalidad sólo alcanza en torno al 40%. Así mismo, la contundencia de la caída de los márgenes se dejará notar de forma más rápida en aquellas entidades cuyo volumen de préstamos a interés variable estén sometidos a una revisión semestral.
A estos efectos, que están relacionados con la estructura de sus carteras y las áreas donde desarrollan su actividad, hay que añadir las medidas de otra índole relacionadas con sus futuras estrategias comerciales. Así lo señalaban fuentes del sector bancario que concretaban: “la sensibilidad de nuestros balances es distinta cuando hay bajadas de tipos que cuando ocurre lo contrario. En las caídas los clientes buscan otros productos que generan comisiones, se activan las solicitudes de nueva financiación al ser más barata, tanto por parte de las empresas, como de los hogares, y préstamos hipotecarios, como así mismo debemos incidir en el ahorro de costes, es decir aumentar el nivel de eficiencia, (reducir las unidades de gasto para obtener 100 unidades de beneficio), para mantener el margen…, y potenciar los canales de digitalización de sus servicios y productos financieros, aunque, en este aspecto, deban atender a las advertencias que recientemente señalaba la presidenta del BCE, Cristine Lagarde: “si bien las nuevas tecnologías han aportado excepcionales beneficios al sistema financiero, la enorme dependencia de las cada vez más sofisticadas tecnologías han creado nuevas vulnerabilidades en el sistema financiero….”.
Y no es esta la única observación que ha señalado la autoridad bancaria, ya que, en este caso, recientemente, el Banco de España, con respecto a otras facetas de la actividad crediticia de las entidades financieras españolas, ha advertido sobre ciertas prácticas que podrían poner en riesgo la independencia de las tasadoras, lo que conllevaría a su vez riesgos sobre la valoración de los activos si esas prácticas pueden inducir a cierta sobrevaloración de esos activos que constituyen la garantía sobre la que descansa el montante de la hipoteca.
En cuanto a la posibilidad de que las bancos vuelvan a retribuir los ahorros de sus clientes, siguen existiendo serias dudas de que esa oferta comercial se produzca en el corto plazo. En todo caso esa decisión quedará supeditada a que merme la excepcional bolsa de liquidez que ahora exhiben en sus balances, adelgazamiento que debe venir de la mano de una sustancial mejora de la actividad crediticia, que por el momento sólo se constata de forma un poco tímida tanto en el incremento del crédito a empresas y particulares, y algo mejor en las hipotecas ya que en el último mes de julio subieron un 23.5% con respecto al año anterior, acompañada por el adecuado drenaje de liquidez que el BCE ha anunciado, por medio de su Vicepresidente, Sr. Guindos, con una cadencia de 40.000 millones de euros mensuales.
Por último parece bastante probable que esta nueva coyuntura pueda impulsar la pugna de los bancos españoles por la captación de nuevas hipotecas. La atonía observada en los primeros meses del ejercicio en la formalización de nuevos préstamos parece reanimarse de la mano del incremento del número de compraventa de viviendas, ya que en el mes de julio último se han formalizado 57.302, un 14% más que en el mismo mes del pasado año, avance que, como hemos señalado, ha tenido también un especial reflejo en el número de hipotecas formalizadas en ese mes que ha registrado un incremento del 23.5% con respecto al mismo mes del pasado año, con un interés medio para préstamos a tipo fijo del 3.25%, y del 2.99 % para los de interés variable, tipos que, tanto en agosto como en septiembre, han marcado nuevos descensos, tendencia que en los próximos meses se dejará notar claramente, lo que en definitiva aconseja, demorar en lo posible la formalización de nuevas operaciones.
Foto: La reciente rebaja de los tipos de interés está teniendo un impacto inmediato y muy directo en la actividad del sector financiero.