Por ANTONIO MARTÍN MESA / Desde hace poco más de un mes el mundo está amenazado por una nueva epidemia global: el CORONAVIRUS (COVID-19), cuyo epicentro de partida ha sido China, más concretamente, la provincia de WUHAN, con 11 millones de habitantes.
Desde China se ha ido extendiendo por todo el mundo. Hoy se habla de, aproximadamente, 91.000 afectados en más de 75 países y 3.116 fallecimientos (las cifras cambian cada día o cada hora):
-China: 79.800 afectados y casi 3.000 muertos.
-Irán: 593 afectados y 45 fallecidos.
-Corea de Sur: 3.150 casos y 17 muertos.
-Italia: 1.600 afectados confirmados y más de 35 fallecidos. En Lombardía y el Véneto (zona roja) permanecen recluidas más de 50.000 personas.
-Francia, EEUU, Australia, etc., etc.
-España: 170 afectados, con presencia en casi todas las comunidades autónomas (1 de ellos en Arjonilla).
La OMS ha calificado el riesgo de expansión del virus como “muy alto”. En septiembre, meses antes de la aparición de este nuevo coronavirus, la Junta de Vigilancia –un organismo que depende del Banco Mundial y de la OMS- presentó un informe titulado “Un mundo en peligro”, poco menos que apocalíptico:
“Nos enfrentamos, decía, a la amenaza muy real de una pandemia fulminante sumamente mortífera, provocada por un patógeno respiratorio que podría matar de 50 a 80 millones de personas y liquidar el 5% de la economía mundial. Una pandemia de esa escala, continúa el informe, sería una catástrofe y desencadenaría caos e inseguridad generalizados. El mundo no está preparado” (Tomado de un artículo de Valentina Grao en XL Semanal, del pasado 26-29 de febrero de 2020).
Lo que sí podemos constatar a estas alturas es que está teniendo un muy grave impacto económico. Por ejemplo:
-El Mobile World Congress, que se debía celebrar en Barcelona este mes de febrero, fue suspendido, con importantes efectos: Se han dejado de vender 40.000 habitaciones de hotel durante la semana; han dejado de venir, aproximadamente, 108.000 asistentes (la cifra alcanzada en 2019); se han dejado de generar unos ingresos estimados en 492 millones de euros; se ha perdido un impacto económico de 5.000 millones de euros; no se han generado 12.000 empleos durante esa semana, etc., etc.
-Se ha suspendido la Feria Internacional de Turismo de Berlín, la más importante del mundo.
-Se han cancelado los Grandes Premios de Motos de Qatar y de Tailandia
-Están en peligro la celebración del Giro de Italia, de los Juegos Olímpicos de Tokio, la Eurocopa de Fútbol, el preolímpico de baloncesto femenino, etc., etc.
Todavía es pronto para medir el impacto económico del coronavirus. No obstante, el pánico está cundiendo por doquier:
-Se cancelan reservas de hoteles, de vuelos, de restaurantes, etc.
-Microsoft, Apple, Alibaba, Nissan, etc., recortan sus previsiones de ingresos.
-El Bank of América ha rebajado las previsiones de crecimiento de la Zona Euro del 1% al 0,6%.
– En la Bolsa española, el IBEX 35 ha sufrido una caída del 11,76 por 100 durante la semana del 24 al 28 de febrero, con una pérdida de capitalización de más de 75.000 millones de euros, la peor desde mayo de 2010 cuando se intervino Grecia.
-El petróleo ha bajado su cotización desde los 62 $ el barril de Brent (26 de enero) hasta menos de 50 (28 de febrero), mientras sube la cotización del oro (valor refugio en las crisis).
La OCDE ha hecho público un Informe sobre el impacto económico del coronavirus el día 2 de marzo de 2020, en el que estima que:
-La economía mundial crecerá en 2020 un 2,4 por 100, frente al 2,9 previsto anteriormente (0,5 puntos menos). Esta reducción representa, ni más ni menos que, 870.000 millones de $ (casi un billón de dólares).
-El PIB chino crecerá por debajo del 5 por 100, frente al 6,1 de 2019 (un punto menos), lo que significa una caída de su producción en 122.000 millones de dólares.
-En la Zona Euro el crecimiento será del 0,8 por 100 (tres décimas menos de la previsión de noviembre).
La Reserva Federal de EEUU ha respondido a la epidemia con una bajada de los tipos de interés, al tiempo que todos los Bancos Centrales anuncian medidas de inyección de liquidez para hacer frente a la crisis. No obstante, el problema es que no hay demanda de crédito ante la paralización de las inversiones por la incertidumbre generada por el coronavirus.
En suma, el problema GLOBAL al que nos enfrentamos es serio. No sabemos aún la morbilidad final de la epidemia o, incluso, si esta se convertirá en pandemia. Desgraciadamente sí sabemos que, de momento, el coste económico es de casi un billón de dólares y muchas decenas de miles de empleos están en peligro o a las puertas del correspondiente “expediente temporal de regulación de empleo”. Seguiremos expectantes la evolución.