Organizaciones de 30 países han convocado para el día de hoy 8 de marzo a las mujeres a un paro, que en España se concreta en una convocatoria de huelga en los centros de trabajo de 12 a 12, 30, junto a otras iniciativas, como huelga de cuidados o acciones simbólicas de apoyo al paro. En España las principales reivindicaciones son la protesta por la brecha salariaL, la violencia machista, la puesta en valor del trabajo de las mujeres, en definitiva una jornada para visibilizar el trabajo invisible, el gigante escondido de la economía española como lo denominó la socióloga María Angeles Durán
Ese trabajo no remunerado representa ya en el conjunto del país el equivalente al 53% del PIB y la expectativa durante las próximas décadas es de incremento. Contabilizado en horas de trabajo (según datos del INE), en España se dedicarían 52.682 millones de horas anuales al trabajo no remunerado, de las cuales el 70% son llevadas a cabo por las mujeres. De ellas, el mayor porcentaje corresponde a los cuidados necesarios para que la sociedad funcione. Las economistas lo definen como un componente externalizado, pero estructural para la obtención del beneficio capitalista.
La lógica sobre la que se sustenta responde a un sistema económico que hoy por hoy tiene en el centro de sus prioridades los intereses de los mercados financieros, al tiempo que descarga en su mayor parte la responsabilidad del sostenimiento de la vida sobre las espaldas de las mujeres.
En los últimos tiempos, el capital a la búsqueda de nuevos nichos para la valorización de los excedentes están aterrizando en el sector de los cuidados. Los cuidados, se están mercantilizando. Pero eso no parece la solución, las condiciones laborales y salariales de precariedad que tienen las cuidadoras indica que se están trasladando al ámbito remunerado las condiciones que caracterizaban este tipo de trabajos en el ámbito doméstico. O lo que es lo mismo, cuando estas tareas se convierten en trabajo remunerado, lo hacen con bajos salarios, precariedad y condiciones laborales muy deterioradas, que convierten a quienes las prestan en trabajadoras asalariadas pobres. Sin ir mas lejos, recientemente, colectivos de mujeres de Andalucía, han denunciado que la mayor parte del dinero público que la Junta dedica a la Ley de Dependencia, va a parar a la cuentas de resultados de multimillonarioS del IBEX 35 mientras que las mujeres que prestan el servicio padecen ansiedad, estrés y unas condiciones laborales de semi esclavitud con 540 euros de salario mensual por jornadas retribuidas a 4,9 euros la hora. Por no hablar del sector turístico, uno de los pocos sectores productivos que la UE, dejó en pie, donde las camareras de piso pueden cobrar 2 euros a la hora.
Si llevan razón quienes denominan “el gigante escondido» al trabajo no remunerado, cualquier proyecto de sociedad igualitario, deberá priorizar el cuidado de la vida sobre el beneficio de unos pocos y promover soluciones desde lo público. Hay un hilo conductor entre el tipo de respuestas que se articulen ante la crisis de la financiarización y el tipo de políticas de igualdad que necesitamos, que no son otras que las que promueven medidas para poner las necesidades de las personas en el centro que ahora ocupan los “mercados”. Se requiere, por tanto, un cambio en el modelo de reparto del trabajo diferente del modelo social que hemos conocido y una reorganización de los trabajos de cuidados para que sean asumidos como responsabilidad social. Como dice al economista Amaya Orozco, eso significa un cambio radical en las prioridades económicas, en las políticas públicas y una redefinición de lo que son trabajos socialmente necesarios: ¿Qué producir?, ¿Cómo? y ¿Para qué?. En resumen reorganizar el sistema de cuidados para convertirlo en un eje estratégico de un nuevo modelo productivo con empleos digno.
Por ejemplo, en lo que a la ciudad de Jaén afecta, se podría empezar por realizar una auditoría en la que se evalúase el trabajo invisible en el ámbito de los cuidados que realizan las mujeres en la ciudad, que fuese el punto de partida en la elaboración de un Plan que comprometa a las diferentes administraciones en asignaciones presupuestarias para promover estructuras económicas y programas de empleo igualitarios, sobre la base del reparto del trabajo y la riqueza, la reorganización social de los cuidados, economía social, municipalización y gestión directamente pública de los servicios (negocio privado y atención a las necesidades sociales básicas, es incompatible). Eso requiere compromiso político entre administraciones, e insisto, cambio de fondo, muy de fondo, del modelo productivo y de la conciencia social.