“Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen”

BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Que hablen de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen” (Oscar Wilde). La frase es del escritor, poeta y dramaturgo de origen irlandés, considerado uno de los autores más destacados del Londres victoriano tardío, además de haber sido una celebridad de la época debido a su gran y agudizado ingenio. Algunas de sus obras más conocidas son El retrato de Dorian Gray o La importancia de llamarse Ernesto. Le recordamos, además, con estos otros testimonios: “Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más” y “Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; sólo puede vivirse”…Otro grande que recuperamos es Eugene ONeill, dramaturgo estadounidense, Premio Nobel de Literatura y varias veces ganador del Premio Pulitzer, escritor de realismo dramático, con obras cuyos personajes viven en los márgenes de la sociedad. Su última novela fue Una luna para el bastardo. Dos frases en su memoria: “El deber del hombre ante la vida es seguir adelante. La vida es para todo hombre una solitaria celda cuyos muros son espejos” y “El orgullo precede a la caída”. Más personajes. Günter Grass, escritor y artista alemán, también Premio Nobel de Literatura y Premio Príncipe de Asturias. No tuvo una vida fácil hasta el punto de señalar cercana su muerte que “el dolor es la principal causa que me hace trabajar y crear”. Recupero dos frases de su autoría: “Cuando algo es moralmente correcto hay que defenderlo sin preocuparse de las consecuencias políticas o personales que vamos a pagar” y “No hay espectáculo más hermoso que la mirada de un niño que lee”. Un mensaje bien bonito…Todavía recordamos a la filósofa, feminista radical y teóloga Mary Daly, que enseñó 33 años en el Boston College, donde negó el ingreso de estudiantes varones en sus clases y se llamaba a sí misma “Lesbiana feminista radical”. Lean con atención esta frase que le pertenece: “Si la vida es sobrevivir en este planeta, tiene que haber una descontaminación de la Tierra. Creo que esto será acompañado por un proceso evolutivo que se traducirá en una reducción drástica de la población de varones…” Ahí queda…Traigo además el ejemplo de una leyenda del periodismo, un símbolo de libertad, Katharine Graham, periodista y editora estadounidense del diario The Washington Post desde 1963 hasta su fallecimiento tal día como hoy de 2001. Su actitud valiente ha sido llevada al cine en la película The Post, de Steven Spielberg, con la genial Meryl Streep como protagonista. En 1971, Graham decidió publicar el estudio secreto sobre la Guerra de Vietman que había elaborado el gobierno. La administración Nixon presionó a la cabecera para evitar su salida a la luz, amenazando con retirarles las licencias de televisión. Sin embargo, Graham alegó que estos documentos no ponían en peligro la seguridad del estado y los publicó. Un año después, en 1972, Katharine Graham apoyó a los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward en el caso Watergate. Durante más de dos años, la empresa y ella misma volvieron a enfrentarse con amenazas y presiones por parte de la administración Nixon. Volvieron a ponerse las licencias de televisión en juego y las acciones de la compañía bajaron a la mitad de su precio. Pero Graham resistió y defendió la independencia de sus dos empleados hasta que el presidente Richard Nixon dimitió. Fue entonces cuando el diario fue aclamado públicamente. Y ya no hay que decir nada más. Dos frases de esta célebre mujer: “El Watergate subrayó la importancia de una prensa libre, preparada y enérgica” y “Algunas preguntas no tienen respuesta; he aquí una lección muy difícil de aprender”…Por último recuperamos a otro escritor de éxito, el novelista francés Marc Levy, autor de Ojalá fuera cierto o Elle & Lui, del que reproduzco dos citas: “Ni hablar de bajar los brazos frente a la adversidad” y “Hay quien ve las cosas y se pregunta ¿por qué?. Yo las veo tal como podría ser y me digo, ¿por qué no?”.