BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “La vida es peligrosa, no por los que hacen el mal, sino por los que se sientan a ver lo que pasa”. (Albert Einstein). Son los tibios, esos que ni son buenos ni malos. También se dijo que para que el mal triunfe, sólo se necesita que el bien no haga nada. Está escrito en el Apocalipsis 3: 15-17: “Conozco tus obras, y no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero eres solo tibio; ni caliente ni frío. Por eso voy a vomitarte de mi boca”…Por lo demás tal día como hoy de 1737 nacía el poeta y dramaturgo Nicolás Fernández de Moratín, padre del también autor Leandro. Era muy conocido en el Madrid de su época por participar en tertulias literarias donde solo se permitía hablar de teatro, toros, amores y versos. Con una notable producción teatral en su haber, Moratín es también el iniciador de la poesía taurina, como un género o subgénero dentro de la poesía del siglo XVIII, un género que alcanzaría su punto álgido en el siglo XX conocido como “siglo de oro de la poesía taurina” en el que todos los poetas de la Generación del 27 escribieron sobre tauromaquia, a favor de ella o en contra. Hay un conocido epigrama de su autoría, muy popular, titulado Saber sin estudiar, que me permito reproducir en su homenaje: “Admiróse un portugués/de ver que en su tierna infancia/todos los niños en Francia/supiesen hablar francés./”Arte diabólica es”/dijo, torciendo el mostacho,/”que para hablar en gabacho/un fidalgo en Portugal/llega a viejo y lo habla mal;/y aquí lo parla un muchacho”…Otro personaje ligado a este día es el poeta sueco, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1931, Erik Axel Karlfeldt (1864), que fue secretario del Instituto Nobel de la Academia y se le relaciona con la negativa de concesión de tan alto galardón a Benito Pérez Galdós. En la parte más positiva alcanzó gran popularidad y se le reconoce como uno de los grandes poetas suecos, dotado de un fino sentido del humor y de la fantasía. La naturaleza y la vida en el campo son los temas principales de sus obras. Entresaco unos versos de su poema Los antepasados: “Sus nombres no se mencionan en anales/-vivieron en paz y en humildad-/pero sin embargo, diviso su procesión/extraviándose en lo más oscuro del tiempo”…Para completar esta mirada a grandes autores, rescato también al escritor estadounidense Cormac McCarthy, autor de obras como La carretera, Todos los hermosos caballos o No es país para viejos. Se le reconoce como uno de los grandes novelistas de su tiempo, a la altura de nombres como William Faulkner, Mark Twain o Jim Thompson, por la precisión de su prosa. Dos frases para reconocerlo: “Gobernar a los buenos cuesta muy poco. Poquísimo. Y a los malos no hay modo de gobernarlos. Al menos que yo sepa” y “La verdad no va de un sitio a otro y no cambia de vez en cuando. No se la puede corromper como no se puede salar la sal”…Una breve alusión al escritor y pensador francés Paul Valéry, fallecido un día como hoy de 1945. Su obra poética está considerada como una de las más importantes de la poesía francesa del siglo XX. Su obra ensayística es la de un hombre escéptico y tolerante, que despreciaba las ideas irracionales y la inspiración poética, y creía en la superioridad moral y práctica del trabajo, la conciencia y la razón. Nos dejó sentencias como estas: “La política es el arte de impedir que la gente se entrometa en lo que le atañe” y “La conciencia reina, pero no gobierna. La conciencia tiene horror al vacío”…Recuerdo que hace cuatro años, por estas fechas, nos dejaba a los 87 años, uno de los grandes escritores españoles, el barcelonés Juan Marsé, novelista encuadrado en la llamada Generación de los 50, y más en concreto en la Escuela de Barcelona, con nombres tan relevantes como Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Juan García Hortelano, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Goytisolo, Terenci Moix o Eduardo Mendoza. Se trata de uno de los retratistas más fieles de la España de posguerra, desde el realismo social y la ironía, que alimentó sus novelas de memoria, “la memoria, el único paraíso del que no podemos ser expulsados”, en frase del escritor alemán Jean Paul. Marsé nos deja obras espléndidas como Últimas tardes con Teresa, Si te dicen que caí, La muchacha de las bragas de oro (Premio Planeta 1978) o El amante bilingüe, entre otras muchas. El homenaje a su recuerdo son estos testimonios de su autoría: “Sabemos que el olvido y la desmemoria forman parte de la estrategia del vivir” y “Era de las personas que cultivan las emociones pasajeras, y de las que no saben si son irresponsables de ser felices o son felices de ser irresponsables”…El final corresponde hoy a Alejandro Magno, que debió morir un 20 de julio del año 356 a.C. El mayor de los iconos culturales de la Antigüedad, ensalzado como el más heroico de los grandes conquistadores, nos dejó citas como estas: “No tengo miedo de un ejército de leones guiados por ovejas; tengo miedo de un ejército de ovejas guiado por leones” y esta otra que nos viene muy bien en cualquier momento: “Recuerda que de la conducta de cada uno depende el destino de todos”.
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