BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Me gustan las gentes que ven la vida con ojos distintos de los demás, que consideran las cosas de otro modo que la mayoría” (Carmen Laforet). Esta frase, muy parecida a otra de Benedetti a la que me referí en días pasados, es de la escritora barcelonesa nacida tal día como hoy en 1921, que fue relevante en la literatura española y que entre otras obras nos dejó su novela Nada. Laforet supo transmitir en esta obra, escrita con un estilo literario que supuso una corriente de aire fresco en la prosa de la época, la lenta agonía de la pequeña burguesía de posguerra. La mujer frágil, tímida y huidiza, que a veces se confunde con la protagonista de la novela que le dio la fama, supo conquistar un puesto destacado junto a colegas de su generación como Camilo José Cela, Antonio Buero Vallejo o Miguel Delibes, quien la definió muy acertadamente como «la mujer nueva cuando apenas había mujeres en la literatura». En efecto, Carmen Laforet, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite y Josefina Aldecoa fueron algunos de los pocos nombres femeninos que desafiaron el oscuro papel reservado a la mujer en la España de la época que les tocó vivir. Dos testimonios más de esta autora: “Hay una buena cantidad de nada en la vida y hay que saber dejarla atrás” y “Yo no busco en las personas ni la bondad ni la buena educación siquiera…aunque creo que esto último es imprescindible para vivir con ellas”…También un día como hoy, en 1795, nació la escritora británica Frances Wright, destacada feminista, librepensadora y activista social. Suya es esta frase: “La igualdad es el alma de la libertad; de hecho no hay libertad sin ella”, y esta otra: “Investiga la naturaleza de las cosas. Busca los motivos de tus opiniones, los pros y los contras”…Otro escritor unido para siempre a este día, nacido en 1900, es Julien Green, un personaje literario obsesionado por el espíritu, que nos dejó obras como Leviatán o Cada uno en su propia oscuridad. Suyos son estos sugerentes reclamos: “He comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche, sin saber nada de nuestro destino” y “Nada nos envejece tanto como la muerte de aquellos que conocimos en nuestra infancia”…Queda asimismo el recuerdo para el grandísimo poeta Ángel González, nacido en Oviedo el 6 de septiembre de 1925. Perteneciente a la generación del 50, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, entre otros galardones, su obra es una mezcla de intimismo y poesía social, con un particular y característico toque irónico. He aquí dos hermosas perlas: “Cierro los ojos para ver y siento que me apuñalan fría, justamente, con ese hierro viejo: la memoria”, y “Allí, en la esquina negra del desamparo, donde el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras, los recuerdos me asaltan”…Una frase del escritor vasco Pío Baroja: “Tiene suma importancia salvar la apariencia. Todo está bien si parece bien”…Y otra del filósofo griego Epicteto de Frigia: “Si dicen mal de ti con fundamento, corrígete; de lo contrario, échate a reír”…La última cita queda reservada hoy para el gran pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso: “Que la inspiración llegue no depende de mí. Lo único que yo puedo hacer es ocuparme de que me encuentre trabajando”. Y si amas lo que haces, tanto mejor.
SON LAS GAVIOTAS, AMOR
Ángel González
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.
Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.
Tus piernas, tus dulces piernas,
enternecen a las olas.
Un cielo sucio se vuelca
sobre el mar. El viento borra
el perfil de las colinas
de arena. Las tediosas
charcas de sal y de frío
copian tu luz y tu sombra.
Algo gritan, en lo alto,
que tú no escuchas, absorta.
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.