BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “La derrota tiene una dignidad que la ruidosa victoria no conoce” (Jorge Luis Borges). Con esta frase podemos sacar la conclusión de que la felicidad nos es dada sin garantías, y el escritor argentino nos dijo mucho con pocas palabras, a través del pensamiento y su dominio del lenguaje. Cuántas veces la derrota da la oportunidad de luchar por aquello que se persigue y el triunfo, de producirse, sabe a gloria. Cuántos hay también que no saben ganar, porque aparecen con actitudes de soberbia, o que no saben perder y se vuelven insoportables. En la derrota y en la victoria se retratan las personas, sin duda. Para saber perder con eso que se llama deportividad hay que aceptar el lado débil, reconocer que no eres perfecto, esto es un signo de dignidad, porque no cualquiera puede soportar una derrota o sentirse vencido. Por el contrario una persona íntegra, fuerte, segura de sí misma, con sólida autoestima, tolera esa sensación de derrota y crece aprovechando esa experiencia. Pues bien, Borges murió un día como hoy en 1986. Es uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX. Galardonado con numerosos premios, fue también un personaje polémico con posturas políticas que se estima fueron óbice para ganar el Premio Nobel de Literatura, al que aspiró durante casi treinta años. Su obra es fundamental en la literatura y el pensamiento universal, además de objeto de minuciosos análisis y múltiples interpretaciones. Recogemos algunas frases de este excelente autor: “He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz”; “Creo que con el tiempo mereceremos no tener gobiernos” o “Lo que más admiro en los demás es la ironía, la capacidad de verse de lejos y no tomarse en serio. Después, el valor y la humildad, siempre que no sea ostentosa”…Siguiendo con la estela de personajes relacionados con este día merece la pena detenerse en el escritor japonés Yasunari Kawabata, nacido un día como hoy de 1899, autor de obras como País de nieve, El sonido de la montaña o El maestro de Go, las más conocidas en Occidente. Este autor nipón fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en el año 1968 por su “pericia narrativa capaz de expresar la idiosincrasia japonesa con enorme sensibilidad”. Se le reconoce, sobre todo, por ser un refinado transmisor de atmósferas y emociones que plasma con un lenguaje de singular belleza lírica, abordando en general las relaciones del individuo con los otros y con la naturaleza. Dos frases breves de Kawabata: “Ninguna palabra puede decir tanto como el silencio” y “La literatura no hace sino registrar los encuentros con la belleza”…En esta fecha, pero en el año 1939, nacía el escritor barcelonés Manuel Vázquez Montalbán, conocido sobre todo por sus novelas protagonizadas por el famoso detective Pepe Carvalho, que fue un vehículo expresivo del autor para legar una crónica sociopolítica, histórica y cultural una parte reciente de la historia de España. Así, cada novela está claramente ambientada en el contexto histórico en el que fue escrita. Por ejemplo, en Asesinato en el Comité Central (1981) se consuma el asesinato de un dirigente comunista en plena crisis del eurocomunismo del PCE, mientras que en 1993 serán los fastos de la Barcelona olímpica lo que centre las aventuras del detective en Sabotaje Olímpico. Personalidad casi inabarcable, se declaró a sí mismo como “periodista, novelista, poeta, ensayista, antólogo, prologuista, humorista, crítico, gastrónomo, culé y prolífico en general”, campos todos en los que destacó. Un pensamiento de su autoría: “En tiempos de crisis de certezas y dogmas, ¿qué sería de nosotros sin las metáforas y sin los vicios?…Ya en 1920 registramos el fallecimiento del filósofo alemán Max Weber, el llamado “padre de la sociología moderna” junto con Karl Marx y Émile Durkheim. Una cita en su recuerdo: “El político debe tener: amor apasionado por su causa; ética de su responsabilidad; mesura en sus actuaciones”…También dedicamos tributo al escritor y periodista británico G.K.Chesterton, fallecido un día como hoy de 1936, muy conocido, y que cultivó, entre otros géneros, el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes. Se han referido a él como “el príncipe de las paradojas”. Su personaje más famoso es el Padre Brow, un sacerdote católico de apariencia ingenua, cuya agudeza psicológica lo vuelve un formidable detective. Recordamos algunas de sus frases más célebres: “La intolerancia puede ser definida como la indignación de los hombres que no tienen opiniones” o “La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”…Y un recuerdo, asimismo, a uno de los integrantes de los Hermanos Álvarez Quintero, fallecido un 14 de junio de 1944. De esta pareja se reconoció sobre todo su gran talento cómico en la enorme cantidad de obras de las que fueron autores como dramaturgos y poetas. Recogemos este bello poema de Joaquín, al que hoy nos referimos: “Amigo de los amigos,/huésped de predilección,/eres amigo y maestro,/confidente y confesor;/compañero en las vigilias,/en la pereza, aguijón;/en la soledad, recreo,/y en los caminos, mentor./…El 14 de junio de 1968 fallecía el poeta y ensayista italiano Salvatore Quasimodo, con un lenguaje poético muy personal con el que profundizó en la infelicidad humana a través de un clima evocador de viejos mitos. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1959 y en su discurso defendió el papel activo del poeta y de la poesía en la sociedad. Una muestra de su estilo: “Hendido por un rayo de sol todo hombre está solo sobre el corazón de la tierra; de pronto, la noche que cierra”…Por último, ahora que está a punto de terminar el curso en la Universidad y siempre se nos llena la boca con la idea de retener en Jaén a nuestros talentos, me parece oportuno reproducir la frase de un gran empresario, Richard Branson: “Forma bien a la gente para que puedan marcharse, trátales mejor para que no quieran hacerlo”.
EL ENAMORADO
Jorge Luis Borges
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.