“Estábamos juntos, el resto del mundo se me olvidó”

BUENOS DÍAS. Por ANTONIO GARRIDO / “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar” (Antonio Machado). En este poema el poeta reflexiona sobre el paso fugaz de la vida (tempus fugit), y cómo algunas cosas sí permanecen, pero la vida en sí misma simplemente acaba desapareciendo. Viviendo recorremos caminos, caminos que van todos a parar al mar, símbolo con el que Machado se refiere a la muerte…Una cita de Gabriel García Márquez: “La vida es la cosa mejor que se ha inventado”. Esta frase la traigo hoy como homenaje al gran Gabo, una de las grandes figuras de las letras del siglo XX. El autor de Cien años de soledad y Premio Nobel de Literatura, dijo, y qué bien me sentó, que “el periodismo es el mejor oficio del mundo”. El escritor colombiano amó a la vida y la prueba está en las primeras palabras de este texto que no necesitan de mayor explicación. En su obra Del amor y otros demonios afirma que “no hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”. Así en El amor en los tiempos de cólera expresa su dulce aseveración: “Lo único que me duele de morir es que no sea de amor”. Otra imagen que retuve fue su confesión sobre algo que cuesta a veces, saber decir “no”: “Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue decir no cuando es no”. Aunque su sencillez y humanidad donde queda recogida es en esta confesión: “La fama estuvo a punto de desbaratarme la vida, porque perturba tanto el sentido de la realidad como el poder”. Leer a García Márquez es encontrarse con el misterioso instinto del genio, con la fluidez hipnótica y la inimitable gracia de su prosa. Pero no quiero finalizar sin regalar a mis amigos parte de un poema que muchos le atribuyeron cuando se encontraba a las puertas de la muerte, pero cuya autoría él transfirió a un ventrílocuo y humorista, Johnny Welch. Sea como fuere son unos versos deliciosos: “Dios mío, si yo tuviera un corazón…/Escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol./ Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti,/ y una canción de Serrat sería la serenata que ofrecería a la luna./Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…”/ Entre los autores vinculados con este día me quedo con el poeta italiano Eugenio Montale, que fue Premio Nobel de Literatura en 1975. Al otorgársele el citado galardón, se señaló que su obra refleja la visión de la crisis del hombre contemporáneo, cercado en su soledad y su pesimismo. Podría agregarse que el mundo circundante, tan presente en la obra de Montale, es como el espejo en el que ese ser humano vacío y aislado intenta encontrarse a sí mismo. En una entrevista imaginaria, el autor señaló: «La poesía es una forma de conocimiento de un mundo oscuro que sentimos en torno de nosotros pero que en realidad tiene sus raíces en nosotros mismos»…Y una frase de Eurípides: “Nada tiene más fuerza que la extrema necesidad”. El poeta griego se refiere a cómo en última instancia, el poder de nuestros actos queda afectado cuando nuestra libertad y situación para tomar decisiones se ven reducidas. Son las hipotecas de la vida misma…Un recuerdo para el escritor Javier Marías, que nos dejó hace dos años, autor de novelas como Corazón tan blanco, Todas las almas, Tu rostro mañana o Tomás Nevinson. El también académico de la Lengua era un escritor de referencia y muchas veces había escrito sobre la muerte, como señalan estas dos sentencias: «Es solo que cuando alguien muere pensamos que ya se ha hecho tarde para cualquier cosa, para todo -más aún para esperarlo- y nos limitamos a darlo de baja» y «Los muertos, a falta de un lugar más confortable, se quedan en la cabeza de los seres queridos»…Para cerrar escojo al poeta romántico italiano Federico Moccia, autor de éxito hasta conocerse su influencia como Fenómeno Moccia. Estas hermosas citas definen su estilo: “Estábamos juntos, el resto del mundo se me olvidó” y “Perdona, pero estoy en mar abierto. Tú eres mi faro. No te apagues”.