Por ANTONIO GARRIDO / Ayer ocurrieron dos cosas un tanto sorprendentes, y en cualquier caso positivas, en relación con la Universidad de Jaén. Una, la primera, que ya se barruntaba desde hace unas semanas, en las que el rector parecía haber rebajado su posición crítica con la Consejería a propósito de la suficiencia financiera que reclama para la UJA desde el mismo momento que presentó su candidatura al Rectorado, y que ha mantenido contra viento y marea, no ya ante el consejero, también delante del presidente de la Junta. No es lo mismo ser candidato que ser rector y no es posible mantener durante seis años, que dura el mandato en la Universidad, protagonizar un continuo desencuentro con la Consejería.
Esto han debido entenderlo las dos partes, el caso es que ayer nos sorprendieron, porque únicamente había trascendido la letra pero no la música de este guion, con un mismo comunicado difundido por ambas partes, coincidiendo en lo esencial. Quiero ver mucho diálogo y negociación detrás y también un acercamiento en las cuestiones de confianza, porque ahí es donde creo que radicaban los reproches del rector y de la UJA. Pues eso, de pronto da la impresión de que abandonan la batalla, sobre todo el rector, porque el consejero viene de vuelta, ha sido cocinero antes que fraile, fue presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE) y está curtido en todas las batallas posibles. Y quiero entender que si han firmado la pipa de la paz es porque están de acuerdo por lo menos en las grandes líneas, en ofrecer todas las garantías a la UJA para que todas o la mayoría de sus previsiones salgan adelante.
El inicio de lo que parece ser un nuevo tiempo se escenificó en Linares, precisamente la ciudad de donde es el rector, Nicolás Ruiz, que posiblemente, como es muy humano, pretende ser profeta en su tierra y está tratando de orillar las dificultades que podría tener el Campus Científico Tecnológico linarense, que por cierto impresionó al consejero. Fue en Linares donde quedó sellada esa alianza, en una completa jornada de trabajo en la que el consejero no solamente paseó por las dependencias universitarias, es que puso el cuartel general en el Ayuntamiento para respaldar a la actual alcaldesa, Auxi del Olmo. Se les vio a consejero y rector en buena armonía, es de suponer que han hablado mucho, ellos y sus equipos. Me atrevo a deducir que ambas partes han reflexionado, el rector en utilizar el diálogo y la negociación, es decir, diplomacia vaticana en toda regla, para sus exigencias con respecto a la UJA, y el consejero porque prefiere un sistema público universitario tranquilo y en lo posible unido en lo fundamental y, además, en las circunstancias políticas en las que se encuentra Jaén, con las necesidades vitales que tiene el territorio, la Junta parece que opta por no crispar los ánimos y favorecer el entendimiento. De ahí que en ese comunicado conjunto que llegó a las redacciones de los medios, el mismo texto, tanto desde el Rectorado de la UJA como de la Consejería de Universidades, se hagan determinados juicios de valor como esta frase: “Hemos visto que estamos en buena sintonía para contribuir a un objetivo común, que es el avance de nuestra Universidad y, por lo tanto, de nuestra provincia”. Y además, otras sentencias, tales como “a diferencia de otros tiempos, vamos a defender que las universidades jóvenes no pierdan competitividad” o cuando el consejero ha felicitado a la UJA por su propuesta de nuevas titulaciones, y así con todo. Dos no se pelean si uno no quiere y está claro, el mejor camino para todo es hablar y llegar acuerdos, sobre todo cuando la causa es justa.
De modo que sorprendidos gratamente de que Linares haya servido de bálsamo en una relación que, probablemente por razones objetivas, llevaba camino de cronificarse y al final podíamos exponernos a ser los perdedores. Más vale un mal acuerdo que un buen pleito, pero si el acuerdo es bueno, tanto mejor.
No podemos estar en la cabeza de los estrategas e ignoro la razón por la que todo esto, insisto agradablemente, ocurre en este momento. Tampoco el motivo por el que después de mucho tiempo intentándolo, en la tarde del lunes, en el mismo Ayuntamiento de Linares, el consejero, ya sin el rector, recibía a unos cuantos representantes de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la UJA, surgida a raíz de la lamentable aplicación del ”Modelo Velasco” para la financiación, muy lesivo para los intereses de la UJA porque además de restarle capacidad económica la relegaba a universidad de segunda o de tercera, una historia muy penosa y que por fortuna parece ya agua pasada, aunque hubiera hecho falta pedir perdón por la afrenta. El caso es que nos recibió el consejero y precisamente él que en algún momento fue duro con la Plataforma, se mostró con ella receptivo, agradable, con toda clase de explicaciones sobre cada una de las interrogantes que se plantearon. Una imagen totalmente contraria a la que podíamos haber tenido con anterioridad, un consejero abierto al diálogo, en fin, decir lo contrario sería negar la verdad. Según Villamandos no hay nada que temer y que la Universidad de Jaén, de la que abundó en elogios, tendrá todo lo que necesite para ayudarla a crecer y a ser instrumento de progreso para el territorio. Insisto, imposible saber la motivación de este nuevo escenario, pero espero y deseo que sea para bien, duradero y bueno para la UJA y para Jaén.
Soy miembro de esa Plataforma pero además soy periodista y ciudadano jienense comprometido con su tierra, y si les digo la verdad tuve la sensación, así se lo trasladé a los compañeros, de haber asistido de padrinos a la boda tras una reconciliación. Y para no ser injusto no quiero decir que hayamos sido utilizados por las dos partes, porque la Plataforma, a pesar de las críticas recibidas, pienso que goza de credibilidad entre muchos sectores de la opinión pública, y al fin y al cabo no estamos en el relato de “cuanto peor, mejor”, sino en apoyar todos los pasos que en buena dirección sirvan para encumbrar a nuestra UJA. Pero sí, hemos mantenido y mantenemos buena relación con el rector, ahora se ha abierto un camino de diálogo con el consejero, pero nos negaremos, desde luego quien suscribe, a ser apéndice de nadie, tampoco de ninguno de ellos, queremos ser neutrales, con la total independencia para coincidir y discrepar cuando corresponda, adhesión inquebrantable absolutamente descartada. Bueno, sí, con Jaén, que es a quien nos debemos. Así que nos unimos a la buena nueva: ¡Vivan los novios! Dios quiera que este matrimonio bien avenido acabe bien, no estamos para divorcios.
Foto: El consejero de Universidades, José Carlos Gómez Villamandos, y el rector de la UJA, Nicolás Ruiz, en imagen de archivo.