Por ANTONIO GARRIDO / A vueltas con el ferrocarril, la responsabilidad dependiente del Gobierno de España que por mucho que se viene reivindicado desde hace décadas se nos resiste hasta el punto de que los responsables públicos y también subsidiariamente la sociedad hemos permitido que en las últimas décadas se hayan ido suprimiendo servicios y a día de hoy nos encontremos bajo mínimos, completamente olvidados, con promesas que se hacen eternas para conectarnos a la alta velocidad, pero que no llegan, en tanto se comprueba que para otros territorios se dedican inversiones y los trenes de los que disfrutan son de este siglo.
Pues bien, mañana, sábado, va a tener lugar en Jaén capital una nueva protesta, esta vez convocada por la Plataforma en Defensa del Tren Rural, que ha logrado sumar algunas adhesiones, como es el caso de Jaén Merece Más. Está previsto que los reunidos se concentren a las diez de la mañana en la Plaza de San Francisco, frente a la Diputación, y después la marcha seguirá hasta la Plaza de Las Batallas, donde se encuentra la sede de la Subdelegación del Gobierno, y más tarde en los alrededores de la propia estación férrea, la Plaza de Jaén por la Paz. El motivo de esta convocatoria es una nueva queja, pero también obedece a que llegan noticias sobre la próxima supresión de alguna más de las pocas líneas que nos quedan, por ejemplo la de Linares-Baeza-Moreda, pero es que la cobra que en su día se nos hizo para comunicar Granada con Madrid impide que otras líneas atraviesen nuestro territorio. Pintamos muy poco de cara al desarrollo ferroviario cuando este medio está llamado a tener en el inmediato futuro mayor protagonismo, pero nos han condenado a la indigencia, lo hemos permitido y ahora es muy complicado acometer una posible convergencia con otras provincias con las que estamos a años luz.
A este respecto me ha llamado la atención que el portavoz del PP en la Diputación, Luis Mariano Camacho, apremie a unir fuerzas para acabar de una vez con la discriminación histórica de la provincia en materia ferroviaria y en la conexión por tren con la alta velocidad, de hecho va a presentar una moción al pleno, y está bien para sacar los colores al PSOE, pero siempre debe quedar claro que ambos partidos han tenido responsabilidades de gobierno en España y por tanto los dos son culpables de la situación tercermundista en la que se encuentra el ferrocarril de la provincia. Es más, le puedo recordar a los actuales dirigentes del PP, que por entonces no estaban en activo, la historia del ferrocarril.
Hay un mapa que creo que ha llegado a la inmensa mayoría de los jienenses que nos hace pensar mal en el sentido de que parecía que hace veinticinco años estaba todo organizado para dejar a Jaén al margen de las nuevas infraestructuras ferroviarias y de los planes que en ese momento se estaban fraguando, pues bien ese mapa visibiliza muy bien, una imagen vale más que mil palabras, el desprecio de los gobiernos hacia el futuro de Jaén. Llevan razón los que opinan que el clamor de este tiempo atrás ha llegado demasiado tarde, con un cuarto de siglo de retraso, poco más o menos, pero valga como justificación ante la histórica indolencia de esta tierra, de los políticos y de la sociedad en general, que en ese momento no había grupos organizados, ni colectivos, ni plataformas reivindicativas, si acaso algunas iniciativas de mesas que duraban poco porque lo normal era que los partidos, en vez de unirse en favor de Jaén, estaban, como siempre ha ocurrido, en sus intereses ajenos por completo a los grandes desafíos que en materia de comunicaciones como en tantas otras tenía la provincia. De modo que es así, esta quejas se producen a destiempo, pero ya que estamos despertando de la siesta vale para tomar conciencia de que a partir de ahora ya no se debería permitir jugar con nuestro futuro. No obstante queda claro que el tiempo que se ha perdido ese ya es irrecuperable y se lo debemos, en gran medida, a todos los políticos que han estado en sus cargos en todos estos años, y también, en una autocrítica que tenemos que hacernos, a los propios jienenses que nunca nos hemos quejado hasta decir ¡¡¡basta!!!
Pues bien, lo que hoy hago es recordar a todos los políticos a los que tenemos que “agradecer” que Jaén y su provincia se encuentren en la situación de indignidad y totalmente de espaldas a las nuevas infraestructuras ferroviarias, es más, han consentido un desmantelamiento casi generalizado. Todos los que cito y muchos más de antes y de después del periodo acotado. El propio Consejo Económico y Social de la Provincia (CES) en un dictamen serio analiza las causas y reconoce que la política seguida con Jaén de hechos consumados ha causado un perjuicio letal al territorio. Se agradecen todos los dictámenes en este sentido, pero la situación tan especial de Jaén de espaldas al tren solo se arregla con el Boletín Oficial del Estado. De todas maneras debe quedar constancia de que ninguno de los gobiernos de Madrid, tanto del PSOE como del PP, se salvan de la responsabilidad de haber contribuido, cada uno en su cuota parte, en desmantelar el ferrocarril en Jaén, nadie alzó su voz en favor de esta provincia, ni tampoco los políticos de las distintas formaciones que decían representar los intereses de Jaén y que por lo ya visto mentían descaradamente.
Una de las últimas afrentas conocidas fue cuando empezó a funcionar el AVE que une la ciudad de la Alhambra con Madrid, que debe hacer muchos kilómetros de rodeo por Antequera, con lo que eso supone de tiempo, cuando la línea más corta para acceder a la capital de España era el paso por la provincia de Jaén. Las obras del AVE para Granada tardaron 16 años y fueron invertidos casi 1.700 millones de euros. La primera traviesa se colocó el 13 de febrero del año 2003, siendo presidente del Gobierno de España el popular José María Aznar y ministro de Fomento su gran amigo Francisco Álvarez Cascos. Bueno, pues aquí empezó todo lo que después lamentamos en Jaén y que parece que nadie en el ámbito político ni de los agentes sociales conocían. Aznar y Álvarez Cascos fueron los iniciadores del Plan de Infraestructuras y Transportes 2000-2007 y por tanto del AVE para Granada. En el año 2001 el Ministerio de Álvarez Cascos (2000-2004) sometía a información pública un estudio para unir Granada con Madrid en tres horas y en febrero de 2003 se colocaba la primera traviesa en el tramo de Tocón, al tiempo que se anunciaba la colaboración Junta de Andalucía-Gobierno de España para el presupuesto del AVE.
Ya hay unos primeros políticos a quienes pedir responsabilidades, aunque ya es bien tarde para hacerlo, pero al menos para tenerlos en la consideración que se merecen. José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves (1990-2009). De hecho tras arrancar las primeras obras los presupuestos andaluces impulsaron la doble vía a Granada. A partir de ahí creo que son conocidas las numerosas vicisitudes de este importante proyecto que ha acumulado un retraso de años y al que encima le tocaron los duros tiempos de la crisis y los recortes. Por cierto fue el 22 de julio de 2002 cuando Montoro y Álvarez Cascos colocaron también la primera traviesa para la línea de Alta Velocidad Jaén-Madrid, que sigue al ritmo de cualquier obra que se anuncia para la provincia, desastre total. En el curso de la obra del AVE a Granada y sus inconvenientes de todo tipo hubo otros ministros que sucedieron a Álvarez Cascos, como fueron Magdalena Álvarez, el ínclito José Blanco, Ana Pastor, Rafael Catalá e Íñigo de la Serna. Ninguno de ellos promovió modificaciones para beneficiar a la provincia de Jaén. En el año 2003, según he conocido en los archivos, el entonces secretario de organización del PSOE, José Blanco, que después sería ministro, dijo en Granada a propósito del AVE: “En 2007 volveré a Granada para estar con todos vosotros y vendré en un AVE en debidas condiciones, en el AVE que va a hacer José Luis Rodríguez Zapatero”. Pues nada de nada, Blanco fue el mismo que comprometió en 2011, en campaña electoral, una estación intermodal en Jaén de la que no hay ni papeles. A Aznar le sucedió Zapatero, que tampoco hizo nada por ordenar el trazado del AVE Granada-Madrid, ni parece que se planteara como exigencia en el famoso Plan Activa, que dejó algunas obras pero también abundante propaganda y decepciones, de todo hubo. De todas maneras justo es reconocer que en esta etapa hubo un mínimo compromiso de discriminación positiva. Pero no afectó, por supuesto, al recorrido del AVE.
Aznar tuvo en esta época de la vía libre del AVE a Granada como vicepresidente al líder del PP andaluz, Javier Arenas y los socialistas contaban con la Junta de Andalucía, en el caso de que hubieran querido dar mayor protagonismo a Jaén. Y por lo que respecta a la provincia, en ese momento inicial estaba el todopoderoso Gaspar Zarrías (1996-2009) en la Consejería de Presidencia de la Junta, el mayor factótum de la comunidad, que también lideraba el PSOE en la provincia como todo el mundo conoce (1994-2010), en tanto que el Partido Popular tenía al frente a José Enrique Fernández de Moya, que asimismo simultaneó responsabilidades institucionales. No recuerdo que ninguno de ellos levantara la voz con los respectivos gobiernos para barrer para casa por un problema de coherencia, porque es muy difícil de entender que para ir de Granada a Madrid tenga que darse una enorme vuelta parece con el solo pretexto de esquivar a un territorio que además se siente históricamente olvidado y maltratado por los políticos y las administraciones que han gobernado. En todo este tiempo lo más que conseguimos con el PSOE fue el intercambiador de Alcolea para agilizar la comunicación de Jaén con Sevilla y Cádiz, pero años más tarde sería suprimida por otro gobierno del Partido Popular.
Podríamos preguntarnos a qué se dedicaban nuestros representantes políticos en todas las instituciones, pero la lista es susceptible de ampliarse con las organizaciones empresariales, sindicales y de todo tipo, cuya lucha por el ferrocarril, si existió, fue escasa y no consiguió los resultados deseados. Para resumir, de aquellos polvos, estos lodos. No hay mucho de lo que lamentarse porque en definitiva se trata de que Jaén en su día no hizo sus deberes y los gobiernos nos obviaron. Ahora hay que apechugar con las consecuencias, que son las de habernos quedado atrás, aislada, olvidada, y por supuesto nos va a costar más subirnos al carro de la modernidad y el progreso. Ahora lo más que vemos que se hace de vez en cuando es rebelarse contra los políticos, pero en las redes sociales, nos toca reconocer que casi todos hemos pecado, aunque sea de omisión.
Pero sí, y sin duda el emblema del olvido y la indiferencia es el ferrocarril. No hay nada como él donde se vea más claramente el desprecio hacia una provincia. El tren, esto lo sabe cualquiera, es un medio de futuro, pero en nuestro caso durante las últimas décadas nos han ido dejando en servicios mínimos, para el ferrocarril en Jaén no ha llegado el siglo XXI, nos hemos quedado instalados en el siglo XX, el ferrocarril, en suma, está lastrando el desarrollo de Jaén. Y no me refiero solo a la capital sino a la provincia, por eso me preguntó en qué piensan los regidores de Linares, Úbeda, Andújar, etc., a cuyas ciudades y comarcas el tren también hace tiempo que les dio la espalda. El Gobierno de Madrid no atiende a razones, ni lee los informes muy documentados como el que hace ya más de siete años, elaboró el CES Provincial, ni sirven para nada las reuniones entre políticos. Ejemplifica mejor que cualquier otro asunto el poco convencimiento que se tiene de la importancia de vertebrar los territorios a través de comunicaciones fluidas y frecuentes, porque este es el quid de la cuestión.
Por esta razón y porque además de ser un incondicional del tren estoy convencido de que esta orfandad ha perjudicado gravemente a la provincia e impedido que llegaran a ella importantes proyectos, me sumé muy complacido a la última concentración celebrada, en el pasado mes de enero, que había convocado la resucitada momentáneamente Plataforma Jaén Merece Más, y digo esto porque desde que las siglas tienen el doble perfil político y ciudadano le falta engrase y son tiempos en los que el papel de la sociedad civil merecería potenciarse porque no es bueno dejar toda la responsabilidad en manos de la política y de los políticos, creo en la fortaleza de una sociedad civil potente, organizada, y este no es el caso de ahora mismo. De hecho en la concentración de la mañana dominical citada el núcleo principal eran los componentes del partido político y menos los seguidores de la plataforma.
Cuestión distinta es que sin entrar en el detalle de los asistentes a la protesta por el desprecio del ferrocarril a Jaén, aunque en su momento álgido el grupo era bastante nutrido y había representaciones muy dispares de la sociedad jienense, todo hay que decirlo, lo más destacable es que se recupere la calle, como va a ocurrir mañana, y que poco a poco, con acciones como esta, las administraciones sientan unas veces que no están solas, y otras que los jienenses cumplen con una obligación, sobre todo a través de los colectivos organizados, y es exigir permanentemente a los poderes públicos para que no se duerman en los laureles. Muchos estamos convencidos de que si los partidos fueran más exigentes, quiero decir sus dirigentes, pero también sus bases y simpatizantes, en lugar del seguimiento ciego de sus dictados, los que sean, y me refiero por igual a los grandes partidos, hoy Jaén estaría en otra división, no permaneceríamos anclados en tercera o en regional.
En enero pasado confieso que en la concentración a la que asistí me pregunté varias veces por la razón de que en vez de encontrarnos reunidas en torno a 200 personas, no había 2.000 o 3.000, por lo menos. No tengo elementos de juicio para valorar si se trata del poder de convocatoria, al fin y al cabo Jaén Merece Más planteó una metamorfosis y esto no todo el mundo lo entiende, pero me quedo con la esencia, lo que defendía era de interés general, algo de lo que nos quejamos todos y se habla con frecuencia en las redes sociales. Más todavía, hay cuestiones que son estrictamente políticas puras o ideológicas, pero que Jaén demande un buen servicio ferroviario propio del tiempo en el que estamos, esto es sentir ciudadano. Movilizarse por este tipo de cuestiones, como por la defensa de la sanidad pública, la educación, en definitiva todo lo relacionado con el estado de bienestar y de los servicios, no debe admitir la más mínima discusión.
Para mí lo más importante de estos actos reivindicativos, es que ojalá se empiece a animar la calle y que los jienenses abandonemos el conformismo y la resignación a los que estamos atados desde siglos y despertemos del sueño de esa atávica apatía. Por eso comentaba con algunas personas que nuestra capacidad de respuesta es tan suave que los gobiernos se pueden permitir, en Madrid y en Sevilla, hacer y deshacer conscientes de que el material humano de Jaén no es peligroso, somos como los perros ladradores, poco mordedores. ¿Tenemos lo que nos merecemos?
En fin, la situación real de la provincia, con una enorme cantidad de municipios en regresión demográfica, y, lo peor de todo, la pesimista previsión de estudios acreditados que de aquí a 2040 pronostican una pérdida entre 60.000 y 100.000 habitantes en el territorio, creo que son motivos suficientes para tomarlo muy en serio. En efecto, no podemos esperar sentados a que el futuro nos sorprenda, porque es nuestra obligación reclamar actuaciones y medidas de prevención a las administraciones competentes, y desde luego los poderes públicos no pueden dejar esta herencia a políticos que vengan después, primero porque sería una enorme irresponsabilidad, y, fundamentalmente, porque el Jaén de ahora es el obligado a poner medios para que las generaciones que vienen detrás, empezando por nuestros propios hijos y nietos, se encuentren con un Jaén mejor. Ocurre con mucha frecuencia en la política que los asuntos de mayor dificultad se transfieren, en tantas ocasiones vemos que los políticos no divisan un horizonte superior a las próximas elecciones, cuando lo que hace grande a los responsables públicos es que su obsesión sean las nuevas generaciones.
Y sí, ya lo creo que me apunto a la filosofía de no entrar en la dialéctica del lamento, pero tampoco del conformismo, y claro que el futuro puede deparar oportunidades, en una provincia con tantas fortalezas como es la nuestra, pero al mismo tiempo las oportunidades que tuvimos en el pasado viendo pasar trenes en marcha que no hicieron parada en Jaén, esas no volverán y lo digo porque ese discurso de la memoria se olvida con mucha facilidad.
Foto: La famosa imagen de la «cobra» no necesita comentario, es bien explícita.