Se ha sabido que Talgo construirá los nuevos AVE con una inversión pública de 768 millones. El fabricante de Talgo ha sido pues el ganador del megaconcurso organizado por Renfe para adquirir un mínimo de 15 trenes, de los que se espera, no hay que hacer ninguna apuesta ni nada por el estilo, que ninguno de ellos sea para Jaén. No olvidemos que seguimos siendo la única capital de provincia española que no ha tenido la suerte de estar conectada con la capital de España con un tren digno, tipo Talgo, ni siquiera la mayoría de los usuarios demandan AVE, aunque sí un tren digno y propio del siglo XXI en el que nos encontramos, y que haya el trayecto entre Jaén y Madrid en dos horas y media o algo así.
Está bastante claro que en Jaén estamos más que quemados con el tren. Recuerdo un acto hace años en el Foro Jaén, donde se hablaba de la situación general de la provincia y especialmente de nuestra ciudad, donde salió, como no podía ser de otra manera, la situación de atraso ferroviario. Felipe López, que esa noche era el invitado, por cierto en una intervención muy explicativa en la que se esforzó en ofrecer datos y opiniones, en explicar con toda claridad los planes puestos en marcha por las administraciones, lo que hizo sin concesiones políticas, si bien la segunda parte ya derivó en un debate sosegado, pero donde a raíz de los planes que se contemplaban en el “Activa” que se fue, sobre ferrocarril, ya hubo preguntas concretas y reflexiones sobre lo mal que vamos en esta ciudad en materia de cantidad y calidad de trenes. Y es que no satisfizo el tren a Madrid que nos pusieron a los jienenses en su día ni tampoco fueron una panacea los nuevos servicios que se inventaron hacia Córdoba y Sevilla, utilizando el intercambiador de Alcolea, que luego los populares suprimieron con nocturnidad y alevosía.
Los jienenses tenemos la sensación de haber sido castigados por Renfe cuando las estadísticas hablan de un aumento permanente en los usuarios de los trenes con salida o destino Jaén. El caso es que en la espera permanente de proyectos que nunca llegaron a materializarse, seguimos comunicados con Madrid con trenes impropios de este tiempo de modernidad, y todo porque, según parece, Renfe estaba esperando adquirir más de un centenar de trenes y alguno podía ser para nosotros, pero, vamos, más de lo mismo.
Los trenes Madrid-Jaén o viceversa se suelen llenar y muchos de sus usuarios han de venir sentados en los pasillos o de pie, con lo que se está dando una imagen que no se corresponde con un servicio propio del siglo XXI en el que nos encontramos. Los políticos dicen entender los argumentos que los ciudadanos esgrimen. Pero por el momento no hay que esperar cambios que resulten satisfactorios. De manera que está bien claro que si queremos mejores servicios, en cantidad y calidad, y si como es bien visible no nos conformamos con lo que tenemos en este momento, que es poco, malo y encima nos lo tratan de vender como digno para Jaén, lo que hay que hacer es reivindicar desde las administraciones y colectivos que pueden hacerlo, quiero decir, salir a la calle hasta nos lo comprometan con día y hora,
La relación del tren con Jaén no puede limitarse a que nos den de vez en cuando un caramelo y nos pongan alguno de los vagones que sobran en cualquier otro lugar, lo que tenemos que hacer los jienenses de una vez por todas es exigir trenes de primera como los primeros. Por otro lado leía hace poco en el Diario Jaén que la presidenta de la Junta, Susana Díaz, de visita en Almería, abogó por una pronta presencia de la Alta Velocidad en la zona, para seguir haciendo prosperar a dicha provincia andaluza. Nada que objetar al respecto. Sólo que nos hubiera gustado que alguna vez venga aquí en visita oficial tranquila y sin prisas, y no como lo hace habitualmente, para lanzar mensajes y compromisos contundentes, en vez de estar casi plenamente centrada en el debate político y sus aspiraciones partidistas que nos parecen bien pero que no resuelven nuestros problemas, que es lo que nos importa.
No sé si la señora Díaz sabe, porque se lo haya estudiado y se lo hayan dicho sus compañeros de partido, que tanto le ríen las gracias, los déficits de infraestructuras de comunicaciones con que contamos en la provincia. El desarrollo no empieza y termina con la autovía del olivar, que por supuesto nos viene muy bien, ni siquiera en las del dichoso tranvía que nos han colocado sí o sí y al que hay que hacerle un hueco por vergüenza torera, pero hacen falta más inversiones en carreteras por el Gobierno central y por la Junta.
Seguramente la presidenta ignora que los socialistas jienenses, que tanto poder tocaron durante años, no movieron un dedo para hacer posible que la línea AVE discurriera en su trayecto hasta Córdoba, por algún punto de la provincia de Jaén, porque nos habría dado la vida en forma de progreso. Y tal vez conozca que en materia ferroviaria somos si no la última provincia de España, que casi seguro que sí, al menos estamos en el pelotón de las menos dotadas. Ni siquiera un mínimo servicio tipo Talgo para acercarnos a Madrid, como señalábamos al principio, y además en un tiempo más competitivo de lo que hoy existe, que es tercermundista en el servicio y en tiempo.
Es una afrenta, sinceramente así lo entiendo, que la jefa del ejecutivo andaluz, que de Jaén lo que más reclama son los votos, que por cierto le vienen muy bien, vaya a Almería a animarles sus esperanzas de Alta Velocidad, mientras de alguna manera, con la indiferencia, está dejando que Jaén siga postrada, porque una de las causas más evidentes del estancamiento son sus pésimas comunicaciones. Los empresarios las reivindican, los ciudadanos d a pie lo demandan sobre todo a gritos en las redes sociales, pero hasta hoy nadie parece hacerles caso. Y digo más, con este panorama ¿para qué queremos a los políticos que dicen representarnos?
Por lo pronto se anuncia la celebración en Jaén, en deferencia a esta ciudad, de la Mesa por el Ferrocarril que ya se ha movilizado en lugares como Almería y Granada y han forzado visitas inminentes del flamante ministro de Fomento. En Jaén no se le espera, Jaén es diferente, aquí podemos esperar, no hay ningún problema.