Por ANTONIO GARRIDO / Decíamos ayer. En los últimos días hemos asistido a la resurrección, siempre tan recurrente, de viejos proyectos, de antiguas aspiraciones, de esos asuntos que se van eternizando porque en Jaén parece que todo cuesta más. El alcalde presenta ante Adif una inquietud, el regidor cree que la estación de Renfe estrangula a la ciudad. En su día lo que se hizo fue un simple desplazamiento, simple pero costoso, porque el Ayuntamiento estuvo pagando esa deuda hasta no hace tanto. A grandes males, grandes remedios. ¿Por qué no es posible en Jaén el soterramiento que sí se ha hecho en otras ciudades? Es normal que un alcalde no piense solo en la ciudad de hoy sino en la que viene, en el Jaén a medio y largo plazo, con muchas asignaturas pendientes, como esta de la estación del ferrocarril, por supuesto de la intermodal que es un Guadiana que de vez en cuando aparece, pero a la que nunca se le ha metido mano en serio, no sé si por temor a la confrontación made in Jaén, donde cualquier iniciativa se convierte en un suplicio, y a veces para evitarlo los actores prefieren mirar hacia otro lado. El caso es que esta capital necesita con urgencia afrontar varios retos, uno de ellos es la intermodal y otro buscarle soluciones al gravísimo problema del tráfico y del aparcamiento, común a todas las ciudades, el parque automovilístico crece continuamente y hay poco espacio para los coches, que por cierto pagan sus impuestos y cada vez son mayores las restricciones. Mientras llega el futuro sin coches, que llegará porque este panorama no puede durar eternamente, hay que encontrar soluciones. Hasta hace poco Jaén era una ciudad abarcable, de unas dimensiones medianas, para disfrutar de calidad de vida. Hoy se está poniendo complicado y más que lo será si no se atacan frontalmente determinados retos que no admiten demora.
Por lo que se refiere a la reunión del alcalde en Adif, más de lo mismo. Bien sabemos cuáles son nuestras carencias, lo conocemos nosotros y los responsables de las comunicaciones por vía férrea. La de veces que se ha trasladado la inquietud de los jienenses manifestada en múltiples conversaciones, amén de informes, estudios, etc. A título de recordatorio, en Adif y en la operadora Renfe tienen material suficiente para conocer lo que opinamos desde antiguo de los servicios de trenes impropios del siglo XXI, aunque conviene añadir que el abandono no es de ayer ni de hace dos años, es viejo, y se ha ido retrocediendo, de modo que no estamos mejor que hace quince o veinte años, hoy estamos aún peor. En la política que se sigue desde el Ministerio responsable siempre nos responden con buenas palabras y en realidad son largas cambiadas. ¿Se acuerdan del famoso informe del CES provincial elaborado en 2017, que en teoría iba a ser el instrumento para dar un nuevo trato a Jaén? El gobierno socialista, como los anteriores, nos regaló, una vez más, su indiferencia, sí, el ínclito Ábalos, como los anteriores y los siguientes. Es vergonzosa la historia de Jaén y el ferrocarril.
La culpa no es exclusiva de la política, ya lo creo que no, es en gran medida una responsabilidad social, de los jienenses, todos y todas. Las veces que se ha convocado para protestar la respuesta ha sido muy tibia, nada proporcional a la gravedad del problema. Y a veces las protestas han sido tan light que sirvieron para que no nos tomaran en serio, como aquel día en que el entonces flamante alcalde, Julio Millán, nos sacó a pasear a un centenar de vehículos, por imposición de la Subdelegación del Gobierno, cada vez que me acuerdo no sé si reír o llorar de rabia, y en vez de clamar en favor de nuestra dignidad pareció que nos organizaban un día de picnic. Clamar contra nadie, así nos fue, así nos va. Hasta que Jaén entero no salga a la calle exhibiendo unidad y reclamando los trenes que les corresponden, nos podemos seguir olvidando.
Como un ejemplo entre muchos que se podrían utilizar de la historia más o menos reciente, hay un testimonio que data de 1878, cuando se celebraba un acto en la capital en el que el ministro de Fomento, que por esa época era Queipo de Llano, respondió de forma contundente a un valiente y reivindicativo discurso del entonces director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, exigiendo, y algo ha llovido, buenas comunicaciones férreas, que sigue siendo en nuestra época un estandarte del fracaso de la política y de la sociedad, de los dos, a lo largo de los tiempos. Pero bueno, decía Queipo de Llano: “La locomotora no la proporcionan los gobiernos ni las influencias de nadie; la locomotora busca riquezas y elementos y allí donde los encuentra marcha, allí se presenta. Si algún día humea el vapor en esta vieja capital, no agradecerlo al Gobierno ni a nadie, sino a vosotros mismos, que habréis demostrado que os sobraban elementos para dar vida a vuestro anhelado ferrocarril”. Es una respuesta demasiado frecuente, pero bien sabemos que la espera complacida le ha jugado a Jaén muy malas pasadas, eso y el caciquismo cuando no la falta de compromiso de tantos y tan destacados políticos como ha dado este pueblo nuestro.
Estos días que he estado un poco ausente por respeto a la Semana Santa y para reflexionar, que también conviene hacerlo de vez en cuando, he visto que se ha firmado un protocolo para llevar a cabo el colector de Los Puentes, y aparece la Junta como hacedora. Permitan mi escepticismo militante porque desde la tormenta del año 1996, va para 28 años, la política, siempre tan ineficaz, tan poco resolutiva, más aún cuando existen dificultades de antaño que nunca se resolvieron, no ha sido operativa. Las hemerotecas son testigos de centenares de reuniones, de compromisos, de dirigentes vecinales que se fueron sin ver resultados…Por eso, permitan ustedes que me crea lo justo lo del colector de Los Puentes, porque necesito verlo, y también porque lo mismo que se firman los papeles se hacen constar las dificultades, no es imposible pero tampoco es tan fácil como parece y el optimismo de los políticos nos pretende convencer. Decíamos ayer…no voy a repetir los argumentos que durante años he venido esgrimiendo sobre Los Puentes, únicamente me resta añadir que seguimos dando vueltas a la noria de los asuntos pendientes y que el nuevo alcalde, Agustín González, lo de nuevo en realidad ya va sobrando, intenta ahora que la ilusión está en todo lo alto, dar respuesta uno a uno a todos los proyectos que se han ido acumulando porque por muy diferentes razones no se pudieron salvar las barreras de la legalidad, de la inversión, de la voluntad política, lo que fuera en cada caso. Este es el que llaman “estilo Jaén” que con toda justicia se le puede asignar a todos los gobiernos, con independencia de los colores, todos han heredado esta manera de ser.
Por lo demás, la Marea Blanca salió a la calle para manifestarse contra una sanidad pública andaluza, que es la que nos afecta, y que hace aguas, dicho sea con pesar porque se trata de algo muy serio en lo que si se hace la crítica debe estar asistida de la razón. Es verdad que hay una campaña de carácter político que tiene su particular visión, pero la realidad objetiva de cualquier ciudadano, desde el sentido común, es para preocupar. Además todos tenemos a personas cercanas que han padecido o padecen las consecuencias de un sistema público manifiestamente mejorable, un deterioro evidente del que se está beneficiando el sector privado de la medicina. No soy contrario a él y en una sociedad libre pueden y deben convivir, siempre y cuando la sanidad pública goce de todo el apoyo y consigamos entre todos que sea modélica. Una lástima que con lo que estamos viendo la sociedad sea tan insensible y no se levante, porque da alas al poder, poco más de un millar de personas en la manifestación de Jaén para un asunto de tanta trascendencia, es un dato revelador.
No me extraña que las encuestas apenas censuren al presidente de la Junta, Juanma Moreno, que al parecer sigue teniendo el mismo crédito, o tal vez más, que cuando ganó por goleada los últimos comicios autonómicos. Difícil de entender, pero es lo que hay. Eso sí, cuidado con el exceso de confianza, porque un día cambia la dirección del viento y se acabó. Es cierto que el sistema presenta carencias, que hay una enorme falta de especialistas, pero ya ha pasado tiempo suficiente para poner la excusa de la herencia recibida. No se pueden echar balones fuera cuando se asume una responsabilidad y se han hecho promesas firmes. En Jaén la realidad es que la mayoría de los quirófanos están sin uso, que hay una impresionante lista de espera, que la atención primaria en la que se ha detectado una ligera mejoría igualmente presenta carencias…y a quienes padecen esta realidad del sistema no se les puede tratar de convencer con la renovación de instalaciones, infraestructuras o medios de diagnóstico, necesitan cada cual respuesta a “su” situación, no paños calientes. La remodelación que hizo Juanma Moreno, que por cierto se ha encontrado ahora con el caso del alto cargo que se pasa a una aseguradora privada, las puertas correderas que están más vivas que nunca, ha resultado fallida. Y el problema nos coge de cerca, porque la responsable política de la sanidad andaluza es de Jaén, y menudo marrón tiene Catalina García. No quisiera estar en su pellejo. Por cierto, una representación de Jaén Merece Más asistió a la manifestación y ha hecho pública una fotografía, para que se sepa. No figuran en ella ninguno de los concejales.
Finalmente, el PSOE de Reyes ha anunciado hoy una campaña “por tierra, mar y aire” contra la Junta de Andalucía y su presidente, Juanma Moreno, con el argumento de que “quiere hundir a Jaén”. Al parecer, por lo que ha anunciado el secretario provincial de los socialistas, se trata de una operación sin precedentes, por “el maltrato, el castigo y el ensañamiento del presidente de la Junta con la provincia”. Anuncia, tomen nota: mociones en los ayuntamientos, ruedas de prensa por toda la provincia, asambleas y difusión de material audiovisual en redes sociales, etc. Esto es política, y además se entiende que se trata de una reacción socialista, rearmándose pensando en las próximas citas electorales, y tal como se ve el panorama no sería extraño ir pensando en un adelanto de las generales porque la estabilidad brilla por su ausencia y tras los comicios catalán y autonómico se verá qué perspectivas existen. Sí me sigue llamando la atención la vara de medir de los políticos, que únicamente ven la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. El PSOE nunca clamó contra los incumplimientos flagrantes de los gobiernos socialistas de la Junta, y eso que fueron clamorosos. Y tampoco lo ha hecho con los de España, y menos aún con Pedro Sánchez, que tiene firme al partido, empezando por Jaén, en el primer tiempo de saludo. No le quito la razón en cuanto a que la Junta actúa con Jaén como lo han hecho siempre los demás, lo he repetido hasta la saciedad en estas crónicas, pero en política para ser creíbles, hay que predicar con el ejemplo. Nunca se puede presumir de lo que se carece, porque el problema real de Jaén, la angustia del olvido, la sistemática falta de inversiones, no es lamentablemente cosa de uno, es cosa de dos. Hacemos muy mal en no juzgarlos como se merecen y en no denunciarlos ante la plaza pública, porque con estos entretenimientos lo que permiten es tratar de ponerse a salvo. Una parte de la sociedad se lo permite, que normalmente coincide con la división sociológica que nos distingue, pero el respeto a la dignidad de Jaén no debiera tolerarlo.
Foto: Cabeza de la manifestación del domingo en apoyo de la sanidad pública.