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Por ANTONIO GARRIDO / En las últimas semanas la Caja Rural de Jaén ha afrontado con serenidad, no exenta de sentimiento, el trámite que durante unos meses se ha ido posponiendo, porque en las empresas cuesta trabajo despedir a su capital humano, en este caso la persona que ha pilotado con enorme éxito un periodo histórico para la entidad, tanto por la cuenta de resultados, que ha ido mejorando cada año, como por la proyección en el conjunto de la provincia, su presencia en la totalidad de la geografía jienense, a lo que hay que añadir el hecho de constituirse en un instrumento financiero que ha sido la tabla de salvación para resolver grandes y pequeñas situaciones económicas en organismos públicos y privados, sin olvidar que Caja Rural lleva mucho tiempo convertida en el mecenas capaz de contribuir con su apoyo, sobre todo económico, al sostenimiento, por toda la geografía provincial, de actividades de diversa índole, en especial culturales, sociales y deportivas, aunque la joya de la corona, la institucionalización de este compromiso elevado a la enésima potencia, fue la puesta en marcha de la Fundación, en 2007, que en sus años de vida constituye uno de los mayores logros, muy por encima de los esfuerzos antes conocidos de todas las entidades financieras juntas que operaban y operan en nuestro territorio. No ha sido fácil despedir a un profesional de tanta solvencia como Enrique Acisclo Medina, el alma mater, la garantía de la estabilidad de la Caja, de su éxito, de sus cuentas de resultados y de ser la empresa que se ha ganado a pulso por su gestión, por su imagen, pero sobre todo por sus hechos, la popularidad y el prestigio de que goza en la provincia. El trance ya ha pasado, o se está en ello, pero eso sí, se va por la puerta grande, y bien merecido que lo tiene.  

Enrique Acisclo Medina (Madrid, 1953), que se acaba de jubilar, aunque seguirá formando parte de la que ha sido su empresa en calidad de asesor, desembarcó en La Rural tras una anterior etapa en el Banco Urquijo, Caja Granada y Caja de Jaén. Tiene derecho al descanso, faltaría más, después de toda una vida entregada en cuerpo y alma a su trabajo que al tiempo ha sido su pasión. Llegó a la capital de la mano del que fuera máximo ejecutivo de la Caja Provincial de Ahorros de Jaén, José Luis Ruiz de Marcos, para poner en marcha el ente económico creado por la Diputación, que fue en su día, año 2010, absorbido por Unicaja.  Enrique Acisclo, pese a su juventud, corría el año 1984, y tenía 31 años, estaba avalado por un profundo conocimiento del negocio y el mercado financiero y el entonces providencial presidente de transición de Caja Rural, Álvaro López Guerrero, lo fichó para encarar el futuro después de los difíciles momentos vividos por el episodio, doloroso para la economía provincial, de la intervención dictada por el Gobierno socialista, con la batuta de Miguel Boyer, de las organizaciones cooperativas Uteco, Cooperativa Provincial Agrícola y Caja Rural, creadas por Domingo Solís. No sabemos si fue una buena o mala decisión, lo que sí es cierto es que el acuerdo adoptado tras la llegada al Gobierno de Felipe González y su correspondiente inyección financiera, fue la coartada para negar a Jaén el pan y la sal durante largo tiempo. También constituyó una pesada losa para Caja Rural el pago de las obligaciones económicas que se derivaron de aquella operación.

A Enrique Acisclo le tocó el reto nada fácil, superado con creces, de reflotar la Caja Rural de Jaén. Ha sido un personaje clave, que ha contado con el respaldo de los consejos rectores y de su presidente durante la etapa más prolongada, José Luis García-Lomas, con quien el director logró formar un tándem con resultado muy productivo. Seguramente no hay institución o colectivo de cualquier índole en Jaén que no se sienta concernido por la amplia labor de apoyo que le ha venido prestando la entidad. Desde la Universidad hasta los eventos de la Institución Ferial, pasando por la ayuda a los ayuntamientos en apuros, las empresas que tratan de abrirse camino, o las organizaciones no gubernamentales, ha sido y es una gran tabla de salvación. La Caja Rural siempre está ahí como un gran paraguas, con todas las causas en las que Jaén se involucra. Enrique Acisclo, que ha aparecido siempre en un segundo plano para dar protagonismo al presidente y al consejo rector, ha sido el líder de un equipo humano que ha logrado con toda solvencia el éxito indiscutible de una marca, cuyo secreto es el de haberse identificado plenamente con Jaén hasta el punto de ser Jaén misma. En resumidas cuentas, una persona sencilla y cercana, y a la vez tan efectiva y competente.

Hace unos meses se incorporó al equipo de Caja Rural, tras previa selección y pensando en este momento que tendría que llegar, un ejecutivo, el jienense Fernando Planelles Carazo (1971) que llegaba en plena madurez, y es cierto, ha trabajado codo con codo con Enrique Acisclo y ha sido el hasta director general el que ha conducido el proceso para su sustitución, de tal modo que Fernando Planelles ha sido elevado a esa categoría tras un tiempo conociendo a fondo los entresijos de la entidad. Se le asigna por parte de los órganos rectores un director general adjunto, de amplia experiencia, como es el caso de Álvaro Martínez Rodríguez, Un equipo para continuar en la senda de todo este tiempo atrás, pero con un reto impuesto por el consejo de administración, tal como presentó en una jornada de trabajo en el pasado mes de mayo: “Mirando el futuro”, que quiere decir, estar en alerta permanente de los retos en el complicado escenario económico. La Caja Rural de Jaén, encabezada hoy por Juan Núñez Pérez, al frente de su consejo de administración, desde que sustituyó al inolvidable José Luis García-Lomas, ya se preparaba para este nuevo tiempo imponiendo una nueva cultura traducida en otra imagen corporativa, mayor presencia en las redes sociales y al mismo tiempo una apuesta inequívoca por la sostenibilidad y por el lanzamiento de nuevos productos basados en este mismo concepto, todo ello para adaptarse a los nuevos tiempos y para enfatizar los grandes valores que atesora la entidad. La renovación, manteniendo la esencia, es un paso valiente, porque es indicativo de que lo mejor probablemente está por llegar. Como dijo en el pasado mayo el presidente, todo el camino que se recorra en esta nueva andadura tendrá un solo objetivo, no dejar de ser motor de desarrollo. Liderar el negocio financiero y ser el principal referente en las tierras de Jaén.

La provincia ha de poner su confianza, lo mismo que hasta ahora ha hecho con el tándem Núñez-Acisclo, y antes García-Lomas-Acisclo, con el papel que desempeñen Juan Núñez en la presidencia y asistido por su consejo rector, y Fernando Planelles como máximo responsable ejecutivo al frente de la dirección general de la entidad. En sus manos se pone no ya un modelo económico que funciona y es rentable, sino que, como indica su propia hoja de ruta, mira al futuro, la entidad pretende estar ocupada y preocupada por la gestión de este año y del que viene, lógicamente, pero al tiempo pretende adelantarse a los acontecimientos, constituir un instrumento ágil y ser cada vez más provechosa y competitiva en el marco de referencia. No se quiere salir ni un milímetro de su empeño, sus signos distintivos: compromiso, honestidad, transparencia, solvencia, solidez…todo ello compatible con mantenerse como la principal institución financiera concernida en el desarrollo de la provincia, y presente en todos los foros donde se dirima ese propósito. Fernando Planelles constituye la prolongación de la esperanza, cuenta con un aval a mi modo de ver importantísimo, es jienense y por tanto conoce la filosofía de la nueva empresa a la que se ha incorporado, además de su acreditada experiencia en el sector tras su paso por compañías como el Banco de Andalucía, Cajasur o Ibercaja, de hecho su última responsabilidad era la de director territorial de Ibercaja en Extremadura, Andalucía y Canarias. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Jaén, encima Generación UJA, y completó sus estudios en The Valley Business & Tech School. Le avala su trayectoria, pero además quienes le conocen lo tienen en consideración como un profesional solvente, y algo que al menos para mí resulta importante, es y se siente de Jaén y participa plenamente de la política de Caja Rural como fortaleza de la provincia, su paño de lágrimas y fortín contra la exclusión financiera. Hay que desearle suerte, sus logros nos afectarán a todos.  

Es muy grato asistir al nacimiento de esta nueva etapa que se inicia en la Caja Rural de Jaén, 67 años después de su creación (1957). Los que conocemos sobradamente a la entidad desde hace más de medio siglo y hemos sido testigos de toda su trayectoria, desde la etapa inicial con Domingo Solís al frente hasta los problemas derivados de su intervención, el tiempo de tránsito bajo la presidencia del empresario Álvaro López Guerrero y los 36 años de liderazgo del recordado José Luis García-Lomas, que junto a Enrique Acisclo fueron providenciales para consolidar la gran empresa financiera al servicio de la provincia, el dinero de Jaén, para Jaén, no solo podemos constatar que su hoja de ruta ha sido sorprendente y que se ha hecho insustituible para el territorio, tanto es así que si tuviera alguna adversidad sus efectos serían perniciosos para esta provincia, por lo cual no solo nos alegra su fortaleza en lo que se refiere a su cuenta de resultados, sino a que no decaiga ni un ápice su labor de mecenazgo permanente. Porque es su logro, tener a Jaén detrás o al lado, las administraciones, la Universidad, los colegios profesionales, y una cantidad de colectivos de diversas naturaleza.

Estamos siendo testigos, de alguna manera, a un cambio de equipo, pero no de modelo, sigue la apuesta por un compromiso fuerte, arraigado, el que protagonizan Juan Núñez, como presidente, y Fernando Planelles, como director general, y detrás todo el equipo directivo y el personal, las cientos de personas que forman la familia de La Rural. Ya dijimos hace unos meses que se estaba escribiendo el guion de un cambio tranquilo, desde el reconocimiento al gran timonel de la entidad en el periodo más fructífero de su historia, Enrique Acisclo Medina. Pero las personas pasan y las entidades siguen, es ley de vida, por lo que el futuro debe ser espléndido con el apoyo de Jaén y de los jienenses. Suerte y larga vida a nuestra Caja Rural de Jaén.

Foto: Enrique Acisclo se jubila en la dirección general de Caja Rural. Le sustituye en el cargo el jienense Fernando Planelles.

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