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JAÉN, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2017

El actual secretario general provincial de los socialistas jienenses se ha llevado de calle las primarias que acaba de celebrar su partido. Ha obtenido más de 4.000 avales de la militancia (se necesitaban 1.365) y ha dejado a sus dos rivales, Valeriano Bermúdez y Félix Manzaneda, en la cuneta, sin posibilidad siquiera de presentar cartas credenciales. Eso sí, todos han hecho campaña y desde el primer momento ya se presumía el resultado. Después, en las imágenes que han llegado de las reuniones, se constataba que en aquellas donde el protagonista era Reyes resultaron mayoritarias, y los otros dos candidatos se las vieron y se las desearon para terminar un camino en el que decidieron participar con la ilusión de que en un sector al menos del partido hubiera deseos de cambio.

A pesar del resultado que ha sido abrumador para Reyes, hay que valorar como positivo el hecho de que haya existido debate y cierta contestación interna, porque esto le da mayor credibilidad al partido. Tal vez faltó un gesto de valentía para rebajar el 20% de los avales, pero es fácil advertir, con los resultados en la mano, que el triunfo hubiera sido inamovible para Reyes, por varias razones, por un lado porque el actual secretario general aglutina un proyecto que sigue siendo mayoritario como indican todos los datos, y en segundo lugar porque la alternativa ha despertado solamente algunas simpatías en sectores minoritarios, en muchos casos vinculados a personas que ya estuvieron en la política y fueron separadas de los cargos y han hecho un frente común, legítimo, claro está, pero con un discurso que no ha llegado a ilusionar al conjunto de la militancia. De toda la vida ha habido en el PSOE y en los demás partidos este grupo más o menos numeroso de agraviados, que tienen derecho a manifestarse, faltaría más, pero que difícilmente llegan a ver que se tienen en cuenta sus propuestas por la ley de las mayorías y las minorías.

A Francisco Reyes se le podrán hacer otros reproches, pero en el ámbito orgánico no ha dejado de actuar en ningún momento como secretario general y líder de los socialistas jienenses. Ha estado en cada momento donde se requería su presencia, su dedicación plena a la Diputación, de la que es presidente, no le ha restado ni un ápice a las tareas orgánicas del partido, y en esta campaña ha hecho además propuestas significativas que han sido muy bien acogidas en el seno de la organización. Además siempre he valorado el fervor que le tiene el partido en su pueblo natal, Bedmar, es profeta en su tierra y esa adhesión general en el ámbito local, que es donde mejor se le conoce, es como la prueba del nueve para destacar en otros ámbitos. En lo esencial Reyes ha cambiado poco, tiene mucho poder, esto es reconocido, pero mantiene su misma cercanía y las responsabilidades no se le han subido a la cabeza. Los cargos no le han apartado de la realidad y continuamente vuelve a su pueblo para recordar sus orígenes.

Francisco Reyes, a sus 55 años, es en este momento el político más relevante de la provincia y el que tiene más poder en sus manos, y esto no es una opinión, es una evidencia. Dirige el principal partido al día de hoy y preside la Diputación, a la que ha convertido en la única institución provincial firmemente comprometida con el presente y el futuro, a la que ha llenado de competencias, propias y añadidas, y lo mismo realiza una labor importantísima en promoción para vender dentro y fuera las grandes fortalezas de Jaén, con la joya de la corona del “Jaén paraíso interior” que cumple 20 años, o que se preocupa por el olivar y ha pedido para el paisaje olivarero la declaración de Patrimonio de la Humanidad, sin olvidar la tutela del Consejo Económico y Social de la Provincia o el Plan Estratégico, por poner solo unos ejemplos. En definitiva desde la presidencia de la Diputación está dirigiendo una política, a veces casi en solitario, para tratar de transformar la realidad de una provincia a la que las estadísticas siguen situando a la cola.

Reyes, en definitiva, que lo ha sido casi todo en la política con proyección provincial y que tal vez no ha querido optar a otras experiencias fuera de Jaén, tras siete años en el cargo de secretario general del PSOE jienense, al que llegó en 2010, es el capitán general con mando en plaza, y como acaba de recordar tras conocer su éxito sin paliativos en las primarias, además de manifestarse orgulloso por el respaldo, siente el peso de la responsabilidad. No es para menos. La provincia, ante el cúmulo de problemas que hay que resolver, lo primero que hace es mirar al PSOE. El secretario provincial de los socialistas, que es susanista hasta la médula, como a estas alturas todo el mundo conoce, y que ha demostrado su compromiso con Jaén, que no es de palabra sino de hechos, tiene sin embargo una asignatura pendiente, exigir a la Junta que cumpla con Jaén vía presupuestos, hasta ahora no mezquinos sino irrisorios.

Lo que Jaén le puede echar en cara al líder de los socialistas es que el PSOE no sea capaz de mantener una actitud más reivindicativa y exigente ante la Junta de Andalucía para atender más y mejor las urgencias que tiene la sociedad jienense, que es la que le vota o la que espera de los socialistas que no sean cómplices de Sevilla sino defensores a ultranza del avance y la modernidad de la capital y la provincia de Jaén. Reyes tiene legitimidad y cartel para no ser garante subsidiario de la política del gobierno andaluz y no debería caer en el error de certificar la frustración, precisamente él que está demostrando con múltiples acciones que aspira al progreso de esta provincia.

En fin, su éxito en las primarias no ofrece la más mínima duda, es el producto de un trabajo bien hecho en términos generales y ahora se presenta un tiempo nuevo, lo primero de todo es ver qué equipo va a conformar en el congreso en el que oficialmente revalidará la secretaría general el próximo 21 de octubre.

Y luego está su actitud personal. Hace unos meses, con motivo de un problema de salud que le aquejó, en una situación de debilidad por la que podemos pasar cualquiera, Reyes comprobó con largueza, que su esfuerzo no ha sido estéril, que hay mucha gente que agradece la dureza de la actividad política y cuando una persona es honrada a la hora de hacer su trabajo y dedicarle todos los días muchas horas a esta tierra. Y es que Reyes es uno de esos políticos que caen bien y se ha granjeado simpatías, dentro y fuera de la política, incluso en sectores alejados del socialismo, como es visible en algunos mensajes de las redes sociales. Por último, ciertamente se trata de un hombre de partido, comprometido con el socialismo hasta los tuétanos, y ya se sabe que las organizaciones políticas tienen unos códigos muchas veces difíciles de entender, lo que sí es apreciable es que este bedmarense se deja la piel en el empeño. Ahora le toca seguir marcando una nueva hoja de ruta y deberá tener en cuenta la frase que alguien dijo: “El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad”. Se lo debe a su Jaén.

 

Foto: Francisco Reyes Martínez, el primer día de la campaña en su pueblo, Bedmar.

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