Por ANTONIO GARRIDO / En los últimos días y hasta hoy mismo, los jienenses hemos asistido a una serie de reacciones tras conocerse un dictamen del Consejo Económico y Social de la Ciudad (CES), fechado el pasado 3 de octubre, solicitado por el propio Ayuntamiento, por el alcalde y la Sección de Gestión Tributaria, para conocer la opinión del órgano consultivo, no vinculante, en torno a la modificación de ordenanzas fiscales para el próximo año. Los informes del CES local suelen ser modélicos, este lo es, porque en los 120 folios de su exhaustivo análisis de la situación demuestra, una vez más, su rigor e independencia. Está para ayudar a la ciudad y no para decir lo que el poder de cada momento quiere escuchar o leer, por tanto el que quiera tener una información exhaustiva que recabe ese documento para darse cuenta de que este órgano de asesoramiento es un plus para el Ayuntamiento, y es el pleno de la Corporación el que tiene siempre la última palabra. Seguro que sus conclusiones no son del gusto de todos, pero los actores políticos harán bien en dejarse aconsejar porque los argumentos son irrefutables.
Hoy mismo, el alcalde de Jaén, Agustín González, conciliador, ha tenido que salir al paso para mostrarse conforme con la argumentación del Consejo Económico y Social, y tras un acuerdo al que se ha llegado con el socio de gobierno, Jaén Merece Más, confirma que el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) no sufrirá alteración. El partido provincialista señala tajante que ha sido él quien ha frenado la que venía a ser una mala noticia para los jienenses. El regidor ha hecho además de poli bueno, corrigiendo de paso unas inoportunas declaraciones de su concejal de Hacienda, José María Álvarez, que poco menos acusaba al CES de haberse dejado influenciar por rumores cuando ha actuado en respuesta a una petición expresa municipal, sin duda un problema de falta de diálogo, cuando menos.
Insisto en el informe impecable del CES tras visualizar su profunda argumentación y conclusiones, dignas de que sean conocidas por la ciudadanía, al menos para que se sepa que tiene quien le defienda. En el trabajo de referencia en el que en tiempo récord ha contado con la participación de miembros del Consejo y expertos en la materia, el dictamen considera que aparte del incremento de los tipos impositivos, existen medidas a explorar, menos gravosas para los ciudadanos, como por ejemplo la instauración de políticas de contención del gasto corriente, la optimización de los recursos humanos, y la mejora de la recaudación, entre otras soluciones. En otro párrafo recuerda la larga travesía del desierto que se lleva con el duro revés municipal de la ruina económica, y aunque reconoce que si bien algunas medidas son necesarias, ciertamente, no es favorable a que “siempre afecten a la parte más débil, esto es al ciudadano de Jaén que ninguna culpa tiene de la situación municipal y menos aún de la mala gestión de los recursos económicos efectuada”. Más claro, el agua. Insta a aprobar unos presupuestos serios y rigurosos, y recuerda también la subida impositiva del año 2019, asimismo inesperada, de la que reconoce que sirvió para “sancionar” por esta vía a los ciudadanos. Estoy de total acuerdo con el dictamen cuando demanda de la Administración central que busque de una vez por todas una vía de escape donde la única solución no sea la “fácil y socorrida” subida de impuestos. Y añado yo, ni prescindir de una plantilla que entre todos han ido engordando, y que tampoco es culpable de la irresponsabilidad de quienes han mandado el Ayuntamiento. De aquellos polvos, estos lodos.
Además, el CES, para dejarlo todavía más claro, aunque se muestra respetuoso con la legalidad de las medidas que pudieran adoptarse para la modificación de las ordenanzas fiscales, reitera lo que han puesto sobre la mesa en numerosas ocasiones, porque no pueden ser ajenos a la realidad, tantos años que han transcurrido con una notoria escasez inversora en la capital, que se traduce en la falta de mejoras e inversiones en la misma y en un déficit en la gestión de importantes servicios municipales. Supongo que se deja abierta la vía para aprobar, esto sí, algunos aspectos impositivos más específicos, como Actividades Económicas, Vehículos de Tracción Mecánica, Construcciones, etc.
El PSOE puso el grito en el cielo cuando el concejal de Hacienda salió a la palestra y se sabía que vendrían las reacciones en tromba. En este tan delicado asunto, aunque es normal que haya dejado oír su voz, lo que se precisa es una política de unidad, también ante el Ministerio de Hacienda, porque el departamento de María Jesús Montero ha dado la receta al Consistorio: o subida impositiva o reducción de puestos de trabajo. Dos medidas extremas en las que se hace recaer sobre los jienenses en general y empleados municipales en particular, la pésima gestión de unos ayuntamientos que nos han hipotecado de por vida. No se trata ni siquiera de buscar un trato de favor para Jaén, que lo merecería, porque eso es también política, salir en defensa de los perjudicados por una práctica de gestión suicida, proporcionar un bote salvavidas para que Jaén no se ahogue y aunque sea con dificultad, encuentre un camino más llevadero. He repetido hasta la saciedad que no hay en este momento en la capital ningún asunto de mayor relevancia para exigir unidad de acción, y especialmente debe tomar nota el PSOE, partido de gobierno, que sabe de lo que hablo. Los dos partidos mayoritarios se reprochan mutuamente del pozo en el que nos han metido, pero en vez de mandarse recados lo que deberían hacer ambos es pedir perdón en nombre de las siglas a las que representan porque nos han arruinado la vida a los jienenses.
Por su parte, Jaén Merece Más, ha salido hoy al ruedo, con su flamante portavoz municipal, Luis García, y su coordinador, José María Mesbailer, y aparte de reivindicarse como artífices del acuerdo para que no haya subida del IBI y de estar negociando con el PP el resto de ordenanzas que pudieran verse afectadas de cara al próximo año, aprovecha para exigir al alcalde y a su grupo, tras 15 meses de gobierno conjunto, “que las cosas tienen que cambiar”. Luis García es tajante al señalar que solo han de tener aplicación aquellas subidas que sean impuestas por el Estado y que Jaén Merece Más “no ha venido a meterle la mano en el bolsillo a los jienenses ni va a aceptar nunca que los jienenses paguen los platos rotos”. El portavoz de Jaén Merece Más aprovecha para lanzar un aviso a navegantes, en el sentido de que si no se cumplen las 100+1 medidas para el acuerdo de gobierno, “será el PP el que rompa el pacto”. Y piden, ante la situación creada en este momento a raíz de la asignatura de los impuestos, medidas como la congelación de la oferta pública de empleo, reducción del gasto, es decir, “hacer más con menos”; movilización del patrimonio no utilizable, y exigencia de responsabilidad compartida tanto a la Junta de Andalucía como al Gobierno de España.
En fin, ¿que los jienenses paguen, vía impuestos, los platos rotos de los políticos? Pues debe ser que NO. Por lo demás, ya sé que estamos en un momento procesal muy goloso para explicitar las diferencias, pero por sentido de la responsabilidad y porque hay una ciudad detrás que no se merece que se le sume al actual panorama el espectáculo del descrédito político, en este asunto deberían cerrar filas, ver más lo que les une que lo que les separa. El problema es grave, muy grave, pero con un Ayuntamiento en el que cada grupo mire en una dirección diferente estamos condenando a la ciudad hacia no se sabe dónde. Es lo que me preocupa como jienense. Este es mi mensaje: sentido y sensibilidad.