(Artículo publicado en el Anuario de Multipress de 2018 que hoy mismo ha sido presentado y que cumple veinte años)
Antonio Garrido
Blog enjaendonderesisto
La gesta de este Anuario al mantenerse durante 20 años seguidos, y todo el camino que le queda aún por delante, es una de las agradables noticias que de vez en cuando depara esta tierra nuestra. Y lo apunto desde la resignación aceptada por el peso de los años, pues todos sabemos que Jaén tiene enormes potencialidades, tantas, que es inexplicable verla padecer y clamar por un futuro mejor, porque nadie haya sido capaz de hacer que afloren todas las fortalezas. Jaén, tan rica la pobre, que decía el poeta y político Manuel Anguita, en una frase cargada de razón. Veinte años, que según el tango de Gardel no son nada, en cambio echando la vista atrás, dan para mucho, aunque sea para lastimar nuestra memoria henchida de decepciones, porque hemos visto, año tras año, día tras día, que se dejaba un tanto huérfano a este diamante en bruto que es nuestra ciudad, porque teniendo un poco de todo, casi de todo le falta, y es porque ni ha tenido políticos con coraje dispuestos a batirse el cobre por este pueblo, al tiempo que los ciudadanos han tardado en despertar a esa llamada a la rebeldía cívica que tanto molesta a los acomodados gobernantes porque les impide manejar las hojas de ruta a su antojo.
Nacía esta publicación en el año 1998, cuando la llamada capital del Santo Reino sumaba 107.184 habitantes, cuando era nuestro alcalde un personaje tan popular como Alfonso Sánchez Herrera, al tiempo que Felipe López regía la Diputación Provincial y Manuel Chaves llevaba ya casi diez años al frente de la Junta de Andalucía con su fiel escudero Gaspar Zarrías como consejero de la Presidencia y estaban en todo su esplendor los “viernes de Zarrías”, al que el recordado Fernando Arévalo bautizó como “el virrey” por el protagonismo que asumía y la cohorte que le acompañaba en sus periplos por tierras jienenses. Chaves es aquel personaje que retó a Jaén, que puso sobre la mesa cheques en blanco para sacar a Jaén del pozo, pero que nunca llegó a hacerlos efectivos. Brindis al sol… Por descontado que ya llevaba mucho tiempo Gabino Puche puesto en el escaparate como diputado en el Congreso, parece que cuando nació la matrona debió decirle a su madre, “ha tenido usted un diputado o un político”… Por esa época era diputada socialista por Jaén la ínclita María Teresa Fernández de la Vega, la que iba a traernos la estación intermodal y la cesión del edificio del Banco de España, y se quedó en simple palabrería, blablabla, mientras que en el Senado nos representaban personajes como Cristóbal López Carvajal y Micaela Navarro, en las listas del PSOE y Ramón Palacios, en el PP. La iliturgitana Micaela Navarro es una de las supervivientes de aquella etapa de veinte años atrás, ya ha acumulado bastantes trienios, y lo que te rondaré…
En el año 1998, de la aparición del primer número del Anuario, que fiel a su cita de cada año tiene recogido el pulso de Jaén y la provincia en todos los ámbitos, ya llevábamos cinco ejercicios experimentando con la flamante Universidad de Jaén, liderada en aquel primer momento por el providencial Luis Parras, y en mi opinión lo mejor que le ha ocurrido a esta tierra desde al menos los Reyes Católicos hasta hoy, porque con el tiempo, aún es muy joven, puede ser la que haga posible el cambio mental y material que debe operarse en Jaén. Se da la agradable coincidencia de que este Anuario nació en el mismo momento en que se ponía en marcha una de las apuestas más ambiciosas de cara a la promoción de la provincia, su marca “Jaén, Paraíso Interior”, que ha sido el gran banderín de enganche a la hora de hacer valer las grandes fortalezas de Jaén, que las tiene y ahora se ha celebrado aquel descubrimiento, porque ni nosotros mismos hemos creído en nuestras posibilidades y muchas veces han tenido que venir de fuera para abrirnos los ojos: Catedral, Centro Cultural Baños Árabes, la propia Universidad, el Castilllo de Santa Catalina, nuestro reconocidísimo aceite de oliva, el Palacio de Congresos, algunos eventos culturales de calidad…
También hace veinte años se empezó a reivindicar un Museo Íbero para Jaén, y tras un proceso largo, del que apenas ya ni se habla de las numerosas vicisitudes de todo tipo a las que hubo que hacer frente, lo importante es que no se bajó la guardia en el clamor popular, con Pilar Palazón como abanderada al frente de la asociación Amigos de los Íberos, y la prueba está en la reciente apertura con una exposición temporal que dará lugar, esperemos que cuanto antes, ya que se han abierto grandes expectativas, al que tiene la voluntad de ser uno de los mejores museos de Andalucía, y desde luego singular por único. En los últimos veinte años la Junta, que es la que más competencias tiene asumidas con Jaén, ha sido cicatera, nos hizo un teatro y ¡¡¡un tranvía!!! que se encuentra terminado y en cocheras desde el año 2011. Fue una obra pública realizada con toda celeridad, algo bastante excepcional en Jaén, pero de poco sirvió. Tras una historia de desencuentros entre las administraciones, la Junta que construyó el sistema tranviario y el Ayuntamiento que debe explotarlo, ahora se dice que 2018 va a ser el año se su puesta en funcionamiento. Me cuesta creerlo, no sé si porque yo soy muy escéptico o porque los actores tienen a estas alturas escaso crédito político. Pero, bueno, vamos a ponerles a prueba por si son capaces…
En el ámbito ciudadano durante este trayecto de veinte años vimos ir creciendo la zona del Bulevar, con ese gran espacio verde que ha sido uno de los mejores logros. Y ahora estamos expectantes, con la puesta en marcha del proceso de peatonalización, en el que llevamos un considerable retraso, claro que es difícil olvidar que el anterior alcalde, Fernández de Moya, en contra de lo que se estaba haciendo en todas las grandes ciudades del mundo, echó el freno en Jaén, por simple cuestión política, quiero decir de enfrentamiento, y en otra sonora equivocación condenó a esta capital al aplazamiento de una medida a la que el sentido común ha obligado a retornar. La peatonalización no es una panacea, y en efecto debe acompañarse de medidas para evitar situaciones no deseables, pero lo que ha funcionado en las grandes urbes que quieren conservar su casco histórico y hacer ciudades más amables, tiene que prosperar en Jaén, y el alcalde, Javier Márquez, lo sabe. Y hay que vencer resistencias, en todos sitios ha ocurrido de igual forma, incluso en la calle Larios de Málaga, que es ahora un icono andaluz de una peatonalización como Dios manda.
En términos generales no están ya las ciudades para perder más el tiempo, y, por fortuna, esta ciudad se está poniendo las pilas, con respuestas que han emanado primero de un movimiento vecinal mucho más exigente, hasta que ha nacido la plataforma ciudadana “Jaén Merece Más”, que ha llamado a la sociedad a espabilar porque el sueño nos ha durado demasiado tiempo. El caso es que alegra al fin que la responsabilidad colectiva sume fuerzas y de que en esta plataforma haya entusiasmo, independencia, pasión ciudadana, y sobre todo, ganas de restituir la dignidad que a Jaén le corresponde…Y tienen tarea por delante, de hecho han presentado a los portavoces parlamentarios en la Cámara andaluza, en la llamativa y simbólica reunión celebrada en las Galerías Altas del templo catedralicio, un total de 58 propuestas por Jaén, donde están desde la propia declaración del monumento renacentista como Patrimonio de la Humanidad, hasta la puesta en valor del patrimonio, las Ciudades Sanitarias y de la Justicia, y la sustitución de las tres camas en los hospitales, que son un clamor tercermundista; se piden inversiones a los gobiernos de Madrid y de Andalucía, y se demanda una Inversión Territorial Integrada (ITI), que son ayudas provenientes de Europa de las que todo el mundo habla ahora y que en todas las instancias donde deberían conocerse se han ignorado…¿Esto es estar en lo que hay que estar?
De todos los problemas como actualmente tenemos en Jaén, el que más me indigna es el de las cifras de paro, con alrededor de 10.000 personas en desempleo permanente en la ciudad que llevan años exigiendo soluciones. Y además somos una capital andaluza que lleva siete años consecutivos perdiendo población, y esto es sintomático de que algo ocurre y de que las respuestas de futuro no llegan. A 1 de enero de 2017, que son los datos que se han hecho públicos en este momento, la población va ya por 114.328 habitantes y todos los años se sigue rebajando… Junto a este dato desesperanzador, nos tiene que preocupar el grave problema del desempleo juvenil y la fuga de talentos, cada vez más evidente. Esta ciudad sigue siendo un páramo industrial, y no podemos fiarlo casi todo al olivar, necesitamos empresas, un tejido empresarial que sea motor de desarrollo… Padecemos unas pésimas comunicaciones más propias del siglo pasado. Llevamos muchos años de espaldas al tren, con el dato ya conocido de que en 25 años se han perdido el 90% de los servicios que había, y seguimos cruzados de brazos. Lo mismo se puede decir de las comunicaciones por carretera, donde entrar en territorio jienense parece un punto y aparte. Las administraciones, Gobierno de Madrid y Junta, se muestran rácanas con Jaén. Los políticos de uno y otro bando presumen cada cual de los gobiernos que sustentan, pero dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Nada de apuestas, nada de compromisos, nada de vertebración, nada de cohesión, nada de cariño y sensibilidad. Nada de nada.
En fin. estamos pendientes de que encima no sumemos la dichosa xylella fastidiosa, también de que no roben más al olivar de Jaén, cuyo paisaje confiamos ver declarado Patrimonio Mundial, más que merecido y también trabajado, y de una OCM que empieza a ser una incógnita; cómo no, de que tengan sensibilidad, como han hecho con el Museo Íbero, en poner toda la riqueza arqueológica en el escaparate y hacerla visible para que nos sintamos orgullosos de lo que somos en la historia, sobre todo tras tener que recordarnos desde fuera, con un buenísimo reportaje de National Geographic, dónde está enterrado el origen de nuestra ciudad y el papel que nos corresponde como pueblo.
Y luego está la situación catastrófica del Ayuntamiento, una crisis económica galopante, que a estas alturas siguen sin aclararnos con total transparencia, porque no sabemos si la deuda es de 500, de 700 millones de euros, o aún mayor. Lo cierto es que han condenado al Ayuntamiento a pasar muchos años en precario, dicho con palabras generosas, para pagar excesos de gobernantes irresponsables y sálvese quien pueda. Como siempre son los ciudadanos los que pagan la barra libre de la mala cosecha de políticos que ha habido que soportar en todos los colores posibles del espectro ideológico, que además se han ido de rositas.
Terminemos, en 20 años hemos cambiado, ya lo creo que hemos cambiado, también para mejor, no caigamos del todo en el pesimismo militante. Ni quiero que la nostalgia nuble del todo la razón; el tiempo, la experiencia vivida, nos ha hecho recios y fuertes. Se han podido caer muchos mitos y sueños, es cierto, pero frente a la resignación y a la desesperanza, hay que mantener siempre la ilusión intacta y el sueño de ver un futuro Jaén más a nuestro gusto. No conozco otra manera de progresar.