Por ANTONIO GARRIDO / En muchos momentos de los últimos años me he acordado de la famosa frase que el genial Quino ponía en boca de Mafalda: “Paren el mundo, que me quiero bajar”. Pues es exactamente el mismo sentimiento que me embarga ahora en que los responsables públicos más que estar pendientes del progreso y desarrollo de Jaén parecen centrados en ver cómo nos siguen haciendo la puñeta, enfrentados los unos con los otros, desde que el mundo es mundo, con un nivel de crispación que sigue la hoja de ruta de lo que sucede arriba, aunque en Jaén nunca nos ha hecho falta, nos las apañamos nosotros solos para embarrar el ambiente y presentar ante los ciudadanos la peor imagen posible. El problema es que hay una gran parte de la ciudadanía a la que le gusta el espectáculo y quienes lo deploramos da la impresión, al menos si nos atenemos a las redes sociales, que tantas veces se convierten en redes fecales, puede constar que nos hemos quedado en una gran minoría. Esto de la “Operación Pandilla” donde todo es deplorable, desde los comportamientos políticos, que en momentos rozan lo ridículo, incluido el propio planteamiento judicial donde dos magistrados sostienen tesis diferentes sobre un mismo tema, me produce asombro. Conste que no entro en el fondo del asunto, que quede meridianamente claro que el que la haga, la pague, además sin compasión alguna, porque ya está la política tan denostada que solo falta que aplaudamos determinados comportamientos que son los que se dirimen.
Pero este juego sucio en el que han entrado los dos partidos mayoritarios con el “y tú más” me parece indignante. Lo que hay que pedirle al juez es que ya que ha decidido reabrir el caso, proceda con celeridad para que la vida política y en especial el Ayuntamiento no se resienta. Y para que permita, en aras de la calidad humana, que los unos y los otros sean capaces de pedir perdón, aunque por lo que estoy viendo en las redes sociales el juego consiste en dar publicidad, es lo que hace el PP con sus adversarios del PSOE. No me cabe duda de que en todo este penoso asunto lo que hay es un trasfondo político. El PSOE, por medio de su secretario provincial, Francisco Reyes, ha iniciado una cruzada muy fuerte contra Juanma Moreno, pienso que en el fondo bastante cruel porque tal vez hay otros medios para reivindicar y exigir, y también hay que partir de la legitimidad suficiente, y entiendo que el PP usa ahora todas sus armas, como Reyes, “por tierra, mar y aire” para desacreditar al PSOE y las citaciones del juez como investigados de tres destacados socialistas se lo ha puesto en bandeja de plata. Por eso indico que ojalá no pasen años para aclarar este despropósito y el juez, que da la impresión de tenerlo claro, ejecute, es decir, dicte resolución, providencia, sentencia, lo que corresponda.
Digo que todo es política porque no hay más que asistir a los actos y comprobar quién es quién. Ayuntamiento y Junta representadas por los populares. Diputación y Subdelegación del Gobierno, por socialistas. Así se vienen cubriendo los representantes institucionales de los partidos, naturalmente haciendo gala de la potencialidad de sus siglas. Para eso fue nombrado Manuel Fernández Palomino en el cargo de representante en la provincia de la Administración Central, para no dejar un flanco sin cubrir, para estar presente en todos y cada uno de los actos a los que es convocado en razón de su cargo, y si no lo invitan ya se buscan un motivo para aparecer. Esto y las campañas, las mociones, naturalmente todo contra Juanma Moreno, al que el PSOE ha convertido en el enemigo público número uno, es ahora su hoja de ruta. Está bien que le pongan las pilas al presidente de la Junta, que el hombre parece que está disperso, y hay un problema gravísimo como es la sanidad, pero para esa labor están los parlamentarios, salvo que al partido le parezca escasa esa actuación. La pregunta que me hago hoy es ¿cuándo nos vamos a dedicar a trabajar full time y a orillar los asuntos internos, en consecuencia a no judicializar la política, salvo en casos necesarios, para centrar todos los esfuerzos en la ciudad que merecemos? No niego que en muchos momentos recientes de la vida de la ciudad, Jaén me ha dado mucha pena, ahora es esa la sensación. Y vuelvo a mi manía de siempre, que por encima de todo, lo que hace falta es que se haga visible y bien visible la figura del liderazgo, que en este momento creo que corresponde ejercer al alcalde, Agustín González, claro que para eso necesita distanciarse lo imprescindible de los dictados partidistas, porque en realidad es la maquinaria de los partidos políticos la que marca la estrategia de las instituciones, y el sentido común y el interés general dicta que cuando se entra por la puerta del Ayuntamiento se ha debido dejar fuera el carné del partido para exhibir el honroso de ciudadano. Veo difícil un cambio que beneficiaría a todo Jaén, ya es evidente que el panorama, tanto exterior como de país, no ayudan. Hay mucha tensión, riesgos severos de conflictos internacionales, y en el panorama nacional con varias elecciones a la vista y una crispación que va in crescendo, más que esperar que amaine lo que hay es que temer que explote. A todos los niveles se hace realidad otra conocida frase en boca de Mafalda: “El problema es que hay más gente interesada que gente interesante”. Viene ad hoc.
En cuanto a la remodelación planteada por el alcalde, que justifica por la salida de Erik Domínguez y la llegada al cargo de concejal de Elena Araque, se ven buenos oficios de González Romo tratando de navegar en un cierto río revuelto. Ha apagado algún fuego que otro, y tras las experiencias vividas, que han sido intensas en estos primeros meses del mandato, me da la impresión de que el alcalde también ha optado por pacificar la relación con el socio Jaén Merece Más, algo que le viene buen a su propio interés, porque si tiene a los tres concejales contentos se alejan los peligros, de alguna manera lo hemos visto en la última crisis, aunque se nos hayan transmitido otros cuentos chinos. Ya otro día, con más tiempo y espacio, les hablaré de los concejales del equipo de gobierno y también de la oposición. Les vengo haciendo seguimiento y casi estoy preparado para dar la versión que tengo de los más mediáticos, los que parece que se lo curran más, quiénes están en la gestión y quiénes en la política, etc., etc. Por cierto enhorabuena por la elección de los “Premios Jaeneras”. Buen trabajo de la Concejalía de Igualdad porque todas las designadas merecen sobradamente el reconocimiento. Me permiten barrer para casa, a la profesión, y me parece un acierto distinguir a Manuela Rosa, por su labor como periodista, como un referente de Diario Jaén y sé de lo que hablo porque me recuerda tantos años de profesión. Ella sabe de mi admiración y afecto. Me gustaría que en cualquier ocasión estos premios reconocieran otra trayectoria periodística impecable, la de la jefa de sección de Ideal en Jaén, Remedios Morente, con la que trabajé muchos años y además de una grandísima profesional es una incansable luchadora por la causa de la mujer. Hay más, afortunadamente es así, pero me permito romper una lanza por las que conozco y sé lo que valen.
Abundando en estos premios, que insisto no admiten controversia, sí noto que hay un sector que no se encuentra representado, el de las mujeres empresarias, en especial el gremio de las autónomas, siempre tan recurrentes para la política, que por encima de los discursos triunfalistas de los gobiernos de que están recibiendo ayudas a mansalva, no es cierto, la mayoría de ellas pueden corroborar que pasan por un momento delicado y que están agobiadas de impuestos, de inspecciones, de controles...todo lo que no se atreven con muchos grandes, parece que se lo hacen a los más frágiles. Lo de siempre, débil con los fuertes, y fuertes con los débiles. Esta es la carta de presentación de la ínclita ministra Montero. Mucho ruido y pocas nueces. A los jurados de los Premios Jaeneras, un poco de sensibilidad con las emprendedoras, ellas hacen más grande a Jaén, y este año han sido olvidadas.
Por lo demás me encantó sumarme al sentir del colectivo que defiende que ninguna actuación política atente contra un patrimonio de Jaén como es el Parque de La Alameda, uno de los lugares emblemáticos de Jaén que tenemos la obligación de preservar, en primer lugar por su historia, pero también porque tenemos que legar a las futuras generaciones una ciudad mejor, y la solución que la política ha encontrado para el lugar no es la adecuada y rompe la tranquilidad y la paz que impregna este hermoso oasis de Jaén. Por supuesto que pensar así no es ni mucho menos estar en contra del magnífico Centro de Salud, es una barbaridad reducir las protestas a este sinsentido. La del sábado fue una concentración firme pero modélica, y justa, los organizadores son gente con la cabeza bien amueblada que no admiten consignas interesadas y que tienen claro que el objetivo es la defensa del interés general. En la concentración, que tuvo lugar en la mejor plaza de Jaén, y no era para menos, hubo jienenses representando a un amplio espectro social y también político. Es verdad que anoté clamorosas ausencias, pero ya sabemos de sobra que algunos y algunas deben tener claro que no se puede servir a dos señores a la vez. El sábado había que estar con la Plataforma «La Alameda no se toca» y quienes han renunciado a estar presentes deben saber a quién o a quiénes obedecen. Algunos lo tenemos meridianamente claro, gobierne quien gobierne, el futuro de Jaén se defiende. Enhorabuena a la Plataforma por su neutralidad, por sus formas y por tenerlo tan claro, espero que las instancias oportunas sigan dando argumentos para evitar males mayores. La política no admite que se le reproche su ceguera, pero la sociedad civil debe seguir hasta el último resuello, desde el convencimiento de que hay alternativas y Jaén no merece menos, como hemos clamado a voz en grito. Bonito día para levantar a la sociedad civil. Esto no ha hecho más que empezar. Para cambiar el rumbo de los hechos, por supuesto hay que apelar a la celebración de la Comisión Municipal de Patrimonio para que emita dictamen, ojalá los políticos no se salgan con la suya y por la contundencia de los hechos se les haga ver que el tiempo les juzgará.
Por último, todo un privilegio asistir a la prueba final del Premio Jaén de Piano, sobre todo por la satisfacción que produce cada año contemplar a un Teatro Infanta Leonor lleno de un público entregado y fiel a esta magnífica cita que este año ha conocido su 65 edición. Todo perfecto, el lujo de la Orquesta Filarmónica de Málaga dirigida por la experta y prestigiosa batuta de Salvador Vázquez. Una organización impecable del área de Cultura de Diputación, con un personal que conoce hasta el más mínimo detalle para hacer grande el concurso. Un gran jurado, presidido por el pianista Albert Attenelle y con Ernesto Rocío como secretario, y figuras del universo musical y pianístico. Y tres jóvenes finalistas que subieron al escenario para dar cuenta de su virtuosismo y de la calidad de sus interpretaciones. En una sola sesión, el público, que como es habitual otorgaba su propio premio, podía apreciar al pianista que le había causado mejor impresión, para el resto el jurado no solo ha tenido en cuenta las actuaciones de la final, sino la ejecutoria a lo largo de todas las pruebas. Ha sido prácticamente unánime que el premio del público haya recaído en el pianista búlgaro, muy vinculado con España, Roberto Rúmenov, que entrega la Asociación de Amigos del Certamen. El primer premio, en principio, contra todo pronóstico, al menos de los asistentes a la final, ha sido para la joven pianista de Corea del Sur, Jooyeon Ka, en tanto que el segundo se lo ha llevado Roberto Rúmenov, y el tercero de los premios se lo ha adjudicado el participante chino Deren Wang, que desde el principio figuraba entre los favoritos. Una noche mágica con el piano como protagonista y con Jaén dando una ejemplar respuesta. El Premio Jaén de Piano, que organiza la Diputación, es nuestro gran emblema. Larga vida y que siga siendo el gran embajador de Jaén en el mundo. Eso sí, como apostilla, ya me gustaría que tanto la Junta de Andalucía como la Universidad de Jaén participaran activamente del patrocinio del Premio Jaén de Piano. No puede ser que determinadas instituciones con presencia y responsabilidad en el territorio estén fuera de un acontecimiento que debiera ser “de todos”. Pero esto es Jaén.
Y tanto que es Jaén. No me puedo creer que después de diez años luchando para que los Paisajes del Olivar Andaluz sean declarados Patrimonio de la Humanidad se esté a punto de tirar la toalla porque sigue habiendo oposición por parte de algunos agricultores, específicamente en la Campilla, en lugares como Porcuna, Lopera o Arjona. Aunque después de algunos recelos, que en determinamos momentos fueron llamativos, parecía llegado el consenso, esta protesta airada de agricultores, precisamente en este momento procesal, hará que los dos próximos meses se incremente la información, si bien ya se había expuesto por las instituciones competentes que la declaración no supondría ningún perjuicio para los agricultores afectados. Después de tanto tiempo invertido en confeccionar el expediente, los gastos que se han derivado, la implicación de tanta gente, sería decepcionante decir adiós como ha anunciado hoy la comisión institucional de la candidatura, es decir, o existe consenso o decididamente se retira la candidatura. Es una oportunidad histórica, para los críticos de la política es absurdo pensar que Francisco Reyes se coloque la medalla o se vaya a llevar la declaración a su casa cuando deje sus responsabilidades. Y a quienes en general puedan estar en contra, tal vez deberían transmitirle la idea de que antes que el interés material, que por supuesto debe preservarse, porque solo faltaría, lo que está en juego es el reconocimiento a un emblema económico, social y cultural de Jaén y de otras provincias hermanas de Andalucía. Ojalá que en dos meses se puedan vencer los obstáculos, la rendición, el fracaso, nos dejaría otra amarga frustración.
Foto: Imagen del acto, aún reciente, de la toma de posesión del subdelegado del Gobierno de España en Jaén, el socialista Manuel Fernández Palomino. Él está en el uso de la palabra, y le escuchan Francisco Reyes (PSOE) y Jesús Estrella y Agustín González Romo, ambos del PP.