Y es lógico que así sea, porque en una ciudad con tan escasas expectativas y con una importante sequía inversora, a día de hoy, por parte de las diferentes administraciones, con un paro de 11.000 personas y un panorama social y económico deprimente, solo una lotería de estas características podría ser la tabla de salvación de la capital. Hay que tener en cuenta que por encima de la euforia de cifras en las que a veces se tira un poco de la exageración, la verdad es que estamos hablando de una inversión de varios cientos de millones y la consecuencia inmediata sería no solo la presencia del propio Ejército sino la creación de un número importante de puestos de trabajo.
Hoy, la concejal de Promoción Económica, María Cantos, segunda teniente de alcalde, que ha comparecido con el regidor, Julio Millán, ha derrochado optimismo al considerar que la candidatura de Jaén es la que cuenta con más posibilidades objetivas, con los terrenos que se ofrecen en el Polígono Nuevo Jaén, más de cien hectáreas, que realmente son considerables, podían haber acogido en su día lo que hoy es Geolit, pero las disputas políticas tan presentes en la reciente historia, han impedido el progreso de la capital, no hay más culpables que los responsables públicos de cada momento, más ocupados en la pelea que en buscar salidas y avances para el progreso de esta ciudad y sus habitantes. Pues dice la señora Cantos, que por algo es un poco la madre de la criatura, al menos hay que reconocerle que se ha encargado de poner toda la carne en el asador y de buscar y encontrar muchas adhesiones, que trabajado está, ahora todo depende de una lotería porque hay más candidaturas en liza. Para mañana se ha previsto una reunión que parece importantísima con la secretaria de Estado de Defensa, y se supone que es para concretar la oferta que hace Jaén y que ha de ser valorada por el Ministerio.
La propia María Cantos, que se habrá encomendado a todos los santos que se veneran en la ciudad, ha puesto énfasis en que la situación de Jaén es excepcional. No le vamos a quitar la razón, porque la lleva. En este preciso momento en que las cosas están tan mal, agravadas por la dichosa pandemia, y que el horizonte tampoco se ve muy despejado, por mucho que la Junta haya anunciado próximas actuaciones dentro de su Plan “Andalucía en Marcha”, conseguir esta base logística del Ejército con su destacamento y toda su infraestructura no solo sería un paso decisivo para empezar a sentir que los sueños se pueden convertir en realidad, sino que, además, ayudaría a motivar a las administraciones y a la sociedad civil para seguir reivindicando hasta colocar a esta capital de provincia en una situación de salida para dar un salto al progreso y a la modernidad, que unos por otros, nos ha sido negada. Es normal por tanto que todo se fíe en este momento al logro de este objetivo y proyecto emblemático. Si lo perdemos, y más aún si esto es porque los que tienen posibilidades de sumar y apostar por el proyecto no lo hacen, sería otra enorme decepción y se tendrían que exigir responsabilidades.
Por una vez vamos a tratar de remar todos juntos. Da igual quien se cuelgue la medalla, es más, ojalá haya muchos políticos que se merecieran públicos reconocimientos si es por luchar con interés y entusiasmo, como es el caso, para que este Jaén adormilado, que tan mala suerte ha tenido con sus políticos de cabecera durante tantos años, encuentra el rumbo y, sobre todo, futuro. Sería, de lograrse, un bote salvavidas para la capital, y un foco de atracción para otras iniciativas empresariales e inversiones públicas y privadas. Vamos!!!
En la comparecencia de hoy, Millán y Cantos han estado acompañados por el concejal de Personal y Deportes, Carlos Alberca, que ha sido el encargado de contestar a las duras críticas expresadas por los trabajadores de Onda Jaén una vez que han recogido sus cartas de despido. Se ha publicado, entiendo que debe ser cierto, que la decisión municipal de mantenella y no enmendalla le va a costar a las depauperadas arcas municipales, es decir, a todos nosotros, unos cuatro millones de euros, lo que sea con tal de sacar adelante la cacicada política en toda regla. Hay que oír a todas las partes, también la versión del señor Alberca, pero este asunto ha sido pésimamente administrado y ha dejado al equipo de gobierno sin argumentos porque ha estado parapetado continuamente en la sinrazón. Por lo demás, el alcalde ha vendido un poco de humo porque su visión de la ciudad es casi idílica, incluso a pesar de la pandemia, cuando sabemos objetivamente que no es para tanto. Los políticos se agarran a un clavo ardiendo. Les pasa a todos, no crean que es cosa solo de Millán, por ejemplo el portavoz de la Junta de Andalucía y consejero de Presidencia, el señor Elías Bendodo, acaba de decir, tras la consulta a su bola de cristal, que va a llegar un “rebrote económico” tras la pandemia. Exactamente el mismo discurso que los socialistas a los que ellos criticaban. Que todo cambie para que no cambie nada.
De todas formas el gobierno municipal condiciona el éxito de su gestión a que la Junta dé luz verde a algunos proyectos que llevan años, algunos lustros esperando, la Ciudad Sanitaria, la Ciudad de la Justicia, el Conservatorio, el tranvía, etcétera, etcétera. Ahora también se interesa el primer edil por el asunto de Jabalcuz, tanto tiempo en lista de espera, es que lo que pasa en Jaén no tiene nombre, porque esto creo recordar que viene de la época de Carmen Peñalver, que algo ha llovido. Lo que está claro es, primero, que la instancia municipal tiene que sacar adelante sus propios proyectos y no “robarle” los suyos a la Junta, pero tampoco está mal que vayan de la mano con un buen talante institucional, que en esto, justo es decirlo, sí ha sido sensible Julio Millán, porque ha habido momentos de dificultad y ha optado por el silencio prudente. Claro que para el combate, para la guerra, ya tiene el alcalde el brazo orgánico del partido en el que milita, que se encarga de este cometido con toda contundencia. Hablamos de prudencia del regidor, pero ya les contaré otro día cómo ha habido ocasiones en las que ha perdido la mesura y ese no es el mejor camino.
Por último les voy a confesar mi decepción con la publicidad que desde los aledaños del poder le habían hecho a la gala de MasterChef celebrity que hizo en la noche del martes alguna promoción de la ciudad. El programa rebajó notablemente las expectativas que se habían creado. Por supuesto que brilló nuestro incomparable Castillo de Santa Catalina y eso ya tiene un gran valor, pero soy de los que piensan que la mejor promoción de una ciudad se hace dando protagonismo a su propia gente, en este caso a profesionales de reconocido prestigio, como los chef que son poseedores de estrecha Michelin. Se trajeron a un cocinero cordobés, muy bueno por cierto, que no tiene culpa ni es el problema, tampoco se ha lucido nuestro oro líquido en la forma debida y para compensar el fiasco de Úbeda. Me gustaría conocer qué ha costado y quién paga las facturas del desembarco que personalmente me ha parecido, aun respetando la opinión de quien pueda pensar lo contrario, que se ha quedado en lo más parecido a un timo.