Hasta ahora es bien cierto que en los últimos años, desde que el tranvía a ninguna parte se encuentra paralizado en cocheras, hemos estado más pendientes de aspectos relacionados con los problemas para acelerar su funcionamiento y tan complicado ha sido que han pasado nada menos que ocho años y no se ha avanzado absolutamente nada. Más bien todo lo contrario, en todo este tiempo la infraestructura ha seguido produciendo gastos y cero ingresos, por lo cual el negocio ruinoso sigue al límite, creo que aquí estriban las dificultades no contadas hasta ahora para acelerar los trámites y acortar plazos en la medida de lo posible. Pues bien, la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, se ha despachado hoy en comisión parlamentaria donde ha cifrado nada menos que en 38 millones de euros el sobrecoste acumulado por el sistema tranviario. La señora Carazo ha presentado un panorama nada amable con la anterior gestión socialista en el ejecutivo andaluz, ha dicho que el desvío presupuestario es ya del 45% y se ha referido a interioridades que no han trascendido a la opinión pública, tales como pleitos, recursos, sentencias, demoras, revisiones, en fin, lo que ella ha resumido como una “herencia envenenada”. Y tal vez lo que te rondaré, porque hace unos días se ha dicho que el convenio entre Junta y Ayuntamiento se va a firmar en 2020, pero no se le ha puesto fecha y puede ser en enero o cuando Dios quiera. Sabíamos que las gruesas palabras de la consejera tendrían réplica y han llegado de parte de la parlamentaria socialista Mercedes Gámez, que ha solicitado de la Junta que «deje de manipular y engañar» y que «centre sus esfuerzos en ponerlo en marcha, si es que tiene voluntad política de hacerlo». Dicho esto ya estamos con el enfrentamiento de siempre en el que no sabemos a quién creer, aunque en mi caso Mercedes Gámez me parece una política sincera y fiable, pero la verdad es que este juego permanente de ping pong no ayuda mucho a cerrar este asunto de una vez por todas.
Ahora entiendo que no sea tan sencillo marcar la cita, porque lo que deducimos de la intervención de la consejera es que se trata de poner en orden el entramado económico del dichoso tranvía, por lo que estamos conociendo, a lo que es bastante probable que tengamos que añadirle la parsimonia de los actuales gestores, porque es bien sabido que no hay nada mejor que echar las culpas a los demás para justificar la ausencia de un afán de resolver de una vez por todas la situación. El caso es que cuando nos den las cuentas bien desmenuzadas de toda la inversión del tranvía nos vamos a llevar las manos a la cabeza, porque entre pitos y flautas seguramente se podrían haber construido no uno sino dos sistemas tranviarios en la ciudad. Meterse en el fondo de este asunto nos daría para trasladar una historia muy poco ejemplar. Lo que nos va a quedar por saber es lo que hubiera ocurrido si cuando estaban los vagones en pruebas en el año 2011 no se produce su paralización por orden judicial, a causa del recurso de la empresa Castillo, por considerarlo competencia desleal, ya que el servicio se ofrecía de forma gratuita durante este periodo de pruebas.
Con el paso del tiempo no se encuentra explicación a que un juez decretara el fin de las pruebas y diera la razón al dueño de los autobuses y que además nadie moviera un dedo por recurrir esta decisión a mi modo de ver tan desacertada. Claro que acto seguido el PP, con Fernández de Moya a la cabeza, ganó por holgada mayoría absoluta el Ayuntamiento de Jaén, y ya se juntó el hambre con las ganas de comer, todos recordarán que fue el político que había anunciado que jamás se subiría a este medio de transporte, por tanto lo que hizo fue poner todas las trabas habidas y por haber. De aquellos polvos estos lodos. Pero volviendo al planteamiento inicial, es posible que el de Jaén, cuando se sustancien todos los gastos desde el primer hasta el último día, resulte ser el más caro de la historia. Y todavía no ha terminado.
Por lo que respecta al ámbito municipal me parece buena idea la reunión mantenida en los últimos días por responsables del Ayuntamiento en torno al Plan Estratégico de la Provincia y los aspectos concretos relacionados con la ciudad, pero no estaría nada mal que se retomara la idea de elaborar un Plan específico para la capital, ya que el que se hizo hace unos años desde la Universidad de Jaén, muy trabajado, se obvió y nadie ha hecho el menor intento por recuperarlo. Cuando tomó posesión el actual alcalde, Julio Millán, esbozó una hoja de ruta con una ingente cantidad de iniciativas y proyectos, hasta el punto de que cualquiera podía entender, más aún con la ruina económica del Consistorio, que era imposible de afrontar en un solo mandato. En los meses que han transcurrido no diría yo que todo sea improvisación, supongo que el equipo de gobierno tendrá su agenda de prioridades y actuaciones, pero un plan estratégico sería el mejor referente para saber qué se pretende hacer, y al tiempo para que lo sepamos también los jienenses y no nos tengan expectantes aguardando sorpresas. El caso lamentable de Onda Jaén, que no sé si será como han dicho los trabajadores una “cacería política”, pero sin duda lo parece, es un ejemplo de lo conveniente que es tener un rumbo con los proyectos definidos y no salirse, salvo alguna excepción puntual, del marco de referencia establecido.
También hemos visto que el alcalde y el rector de la Universidad han firmado un convenio de colaboración para sumar actuaciones en pro del desarrollo de la capital. Buena iniciativa, sin duda, pero esta foto ya la habíamos visto antes con los anteriores alcaldes y que sepamos no hubo traducciones prácticas, además el texto del convenio es lo suficientemente neutro para que ignoremos exactamente qué se quiere hacer. Cuando se firmó el convenio entre Juan Gómez y Javier Márquez el referente era el casco antiguo, ahora sucede lo mismo. Se había prometido un cambio de gobierno, también en las formas, lo que quiero decir es que tal vez hagan falta menos fotos formales, que tanto gustan a los políticos, y más hechos contantes y sonantes.
Por cierto, ya que estamos con el Ayuntamiento, he visto en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) del martes pasado la relación del personal de confianza o asesoramiento especial en nuestro Consistorio jienense, un total de 25 personas, que suman una cantidad cercana a los 800.000 euros anuales. Sé que esto siempre ha existido y que parece inevitable, pero casa mal con la realidad económica que hoy por hoy tiene el Ayuntamiento. La fotocopia del boletín está circulando por las redes sociales porque la gente busca el morbo, los nombres y los sueldos, por mi parte llamo la atención sobre el concepto y sobre esa doble vara de medir, tan estrictos para determinados gastos y sin embargo flexibles cuando interesa que así sea.
En cuanto a la política, silencio en el PSOE jienense por las sentencias del Caso ERE, también en el resto de España y en Andalucía, seguro que han decidido darse su tiempo, tal vez hasta que amaine el temporal, porque las redes sociales sí arden en las últimas 24 horas con este asunto, sobre todo de los adversarios, que estaban esperando la oportunidad para lanzarse en tromba contra quienes han sido condenados, incluso contra los que no. La verdad es que se trata de un asunto muy escandaloso, ya lo hemos dicho todo al respecto, pero hay algunos que no se cortan en los excesos e incluso en el mal gusto, y tal vez haría falta un poco de memoria para no caer en el ridículo. Es buena y necesaria la crítica, es normal que la indignación de la gente por la falta de ejemplaridad de determinados políticos explote, pero hasta eso hay que saber hacerlo con formas.
En Ciudadanos se llevan muy a nivel interno las reacciones tras la retirada de Albert Rivera y la nueva etapa que se abre en el partido con el más que probable liderazgo de Inés Arrimadas, que parece que quiere hacer una amplia renovación en el partido naranja. Está en el aire la continuidad o no, entre otros dirigentes, del actual secretario de Organización, Fran Hervías, un hombre directamente relacionado con la implantación territorial de Ciudadanos y en el caso de Jaén el principal aval para la incorporación al proyecto de María Cantos y su equipo.
Siguen llegando inmigrantes temporeros a la ciudad. La desesperación por un puesto de trabajo hace que se desoigan las consignas y la negativa del efecto llamada, porque hay una cosecha en la que en principio no se necesitará mano de obra de fuera. Los inmigrantes, en grupos o en solitario, vuelven a ser parte de nuestro paisaje, y las organizaciones humanitarias hacen su trabajo, al que debemos sumarnos todos porque esta gente necesita ser bien acogida, algo que en Jaén siempre hemos hecho bien. Por eso vuelven cada año buscando el calor de esta tierra que siempre ha sido, a Dios gracias, un ejemplo de solidaridad.
Por último estábamos a la espera de que esta noche, en la gala Michelín que se ha celebrado en un teatro madrileño, nos pudiera «caer» a Jaén una nueva estrella Michelín que añadir a la ya conseguida por el restaurante Bagá, del gran Pedrito Sánchez. Un establecimiento de Jaén optaba a esta distinción y la ha conseguido, se trata del chef Juan Aceituno, con su restaurante «Dama Juana», en el barrio de San Ildefonso, que tenía todas las papeletas. Se lo merece por su trayectoria y lo que ha innovado en la cocina, y es ya un referente gastronómico en Jaén. Enhorabuena y otro motivo de orgullo para la buena cocina con sello jienense.