Por ANTONIO GARRIDO / Aplazo para mañana los temas políticos, he de asimilar todavía la velocidad de vértigo en la que desarrollan los acontecimientos y que pueden desembocar a corto plazo en una situación inesperada, al menos en este momento procesal. La política es tan cambiante que te puede sorprender cuando menos lo esperes. Todo es posible en Jaén.
La semana empieza con la información a primerísima hora de los datos del paro registrado. Las cifras en febrero han vuelto a subir en la provincia, que suma 611 desempleados más, nada que a estas alturas nos sorprenda, una vez que concluyeron las faenas agrícolas y sabiendo que el año en nuestra provincia se divide en ciclos. Por tanto volvemos a la casilla de salida y hemos de decidir, sobre todo los responsables de las instituciones de las que depende, si nos resignamos a repetir esos ciclos, como si nos hubiéramos hecho a las estadísticas, y no encontremos otro camino para darle fortaleza a esta tierra. En los próximos meses puede que sea peor, esta es nuestra gran pandemia.
Me niego a pensar que se haya arrojado la toalla y que nos hayamos rendido a la evidencia de los datos. Actualmente tenemos 43.112 parados registrados. Y en cuanto a la foto fija del mercado laboral jienense es muy transparente, en el sentido de que las afiliaciones la Seguridad Social bajan de manera estrepitosa, más de 13.000 afiliaciones menos, eso es simple y llanamente destrucción de empleo, lo cual es indicativo de que la campaña de la aceituna constituye a todas luces la principal y casi única tabla de salvación para miles de trabajadores y que los datos del paro registrado hay que tomárselos como referencia, pero no hay proporción entre los unos y los otros. Las afiliaciones son el auténtico medidor, esas personas han dejado de cotizar y por tanto de estar en el mercado laboral, lo demás pueden ser datos para conformar y conformarnos a nosotros mismos de que mal que bien, vamos tirando.
Entendiendo todos los condicionamientos, parece que una buena parte de quienes tienen responsabilidad de gobierno, en el conjunto de las administraciones, no acaban de enterarse de que el paro es con diferencia el gran problema de Jaén, dibujando un panorama desolador. Pero creo que o no saben hacer nada por remediarlo, o simplemente no quieren.
La valoración de los agentes sociales es pesimista, aquí la historia se repite y los discursos también, y la de los partidos políticos, como siempre, leyendo los datos de acuerdo a sus intereses y echando balones fuera porque la responsabilidad siempre es del otro, con lo dados que son los políticos a reivindicar sus gestas y a colgarse las medallas, en momentos como el de hoy todo son evasivas. Los responsables acuden siempre a las estadísticas que más les benefician, por ejemplo el PSOE se centra en que la cifra de paro es la más baja de los últimos 16 años, claro, naturalmente, qué van a decir, y le dan mérito “a las políticas del Gobierno”. Me fío más de los empresarios, pesimistas y en la creencia de que no hay que fiarse de tanta euforia y que es probable que lo peor está por llegar. Nosotros no estamos por alentar el alarmismo, pero de la misma manera es conveniente poner los pies en el suelo y no tomar al pie de la letra los datos, porque la Inteligencia Artificial y hasta la natural, son capaces de obrar milagros para dar una imagen más optimista. Ya quisiéramos. Es verdad que todo hace indicar que en las variables anuales vamos mejorando, o lo parece, pero de todas formas hay que trabajar las soluciones y no esperar, como le ocurre a algunas administraciones, que el problema se resuelva por generación espontánea, de modo milagroso, incluso con rogativas.
No hace demasiado tiempo la Universidad de Jaén abordaba en una interesante jornada la radiografía del mercado laboral de la provincia y a través de las diferentes ponencias se presentó el cuadro de una situación endémica, y gracias a que tenemos el bosque olivarero que, con todas sus dificultades, genera jornales y aunque sea durante unos pocos meses aplaca una delicada situación sociolaboral, incluso en circunstancias tan adversas como las últimas campañas. Este año esperamos que el panorama mejore, no ha llovido mucho, pero algo ha caído para crear mejores expectativas. Las administraciones central y autonómica se quedan cortas, muy cortas, a la hora de las respuestas, como siempre, y hay que remitirse a los datos oficiales, en cambio la Diputación Provincial, aunque no tiene competencias específicas al respecto, lleva haciendo esfuerzos notables e invirtiendo muchos millones, con un presupuesto limitado que, a la vista está, da para mucho, es una especie de multiplicación de los panes y los peces.
Creo que hay que dejarse de paños calientes. Los planes de empleo son un alivio, indudablemente es así, pero muy limitado a juzgar simplemente por la evidencia de los datos. ¿Se puede hacer algo ya o esperamos al mes que viene y a seguir condenando a que miles de personas estén pendientes de recibir unos fondos estatales de ayuda, porque se les han negado otro tipo de expectativas, que tienen que ver con el trabajo y la dignidad?
Por lo demás, mi archivo me recuerda que un 3 de marzo de hace siete años, en 2017, el presidente de la Diputación, Paco Reyes (parece que le gusta que le llamen así) ofreció una rueda de prensa en la que anunciaba la construcción de un Palacio de Deportes Provincial en el entorno de las instalaciones de IFEJA, en aquel momento dijo que tendría una capacidad mínima para 5.000 personas y que sería financiado por la Diputación Provincial de Jaén y la Junta de Andalucía. Aquella era de las mejores noticias que se han producido en los últimos años para la capital y por extensión a la provincia, porque aquel sueño se hizo realidad, como no podía ser de otra manera estando detrás la Diputación, que siempre ha sido sinónimo de estricto cumplimiento y de buena gestión, a cada cual lo suyo. Bien es cierto que en aquel mismo momento había voces reivindicativas en la ciudad, sobre todo la plataforma Jaén Merece Más que al margen de solicitar otra ubicación demandaban una infraestructura capaz de albergar a más público y ese clamor se hizo realidad.
Desde hace unos años, en cumplimiento de una hoja de ruta estricta, disfrutamos en la ciudad de Jaén de uno de los mejores Palacios de Deportes de Andalucía, del que disfruta sobre todo el Jaén Paraíso Interior de Fútbol Sala, que tantas satisfacciones nos ha dado en este recinto, pero que alberga usos múltiples y constituye uno de los grandes orgullos de Jaén en la última década. La nueva Junta de Andalucía siguió asumiendo sus responsabilidades, aunque ya ha habido desencuentros, cómo no, en tanto que con el gobierno de Javier Márquez se llegó con facilidad a un acuerdo para la cesión de los terrenos, con lo cual de alguna manera en el proyecto colaboraron las tres administraciones y hoy es una magnífica realidad. La Diputación, quiero entender que por su solvencia, se ha quedado con la gestión de todo el conjunto de lo que conocemos como IFEJA. Ahí tenemos una espléndida manzana que tiene mucho que ver con proyección de Jaén y futuro. Justo lo que necesitamos.
Foto: El Palacio de Deportes Olivo Arena, una de las mejores infraestructuras de la última década en Jaén.