Si se aplicaran criterios democráticos estrictos, Miguel Moreno, alcalde de Porcuna, sería el próximo presidente provincial del Partido Popular sin ninguna duda. Esta es la opinión generalizada, a excepción de algunos de los partidarios del hasta ahora presidente provincial, que no darán fácilmente su brazo a torcer. Se ha sabido que la próxima semana, los dos aspirantes a la presidencia provincial del PP, Miguel Moreno y Juan Diego Requena, han sido convocados en Sevilla para celebrar un encuentro. La idea que tiene el partido a nivel regional es que, a la vista del resultado de la consulta celebrada el pasado jueves, como mínimo se hace necesaria una integración, sugerencia que Requena ha rechazado al menos por el momento.
Los dos precandidatos se consideran ganadores, bien es verdad que en la elección directa las urnas han hablado y han dado una victoria incontestable a Miguel Moreno, con una diferencia de varios cientos de votos que corresponden a la expresión de los afiliados y una distancia que en conjunto se ha quedado en más de 15 puntos, según ha señalado esta tarde Miguel Moreno, en el caso de que prosperen las impugnaciones anunciadas, con lo cual se debería proclamar como único candidato. Aunque el porcentaje fuera algo menor, esta es la democracia directa, que debe prevalecer sobre la elección de compromisarios que, con todos los respetos, es otra cosa. Por eso hay quien prefiere la última opción, porque se presta más al caciqueo y al “todo vale”, pero desde el punto de vista democrático, que debe entenderse que está por encima de cualquier otro criterio, Miguel Moreno es el indiscutible ganador. No obstante hay que oír también a la otra parte, pero sus argumentos son bastante endebles, al menos por el momento.
Es bastante curioso que los partidos reclaman cuando se trata de los adversarios el respeto a las mayorías de las urnas y sin embargo no sean capaces de reconocerlas en los casos en los que deben asumir ellos mismos este criterio. Lo lamento por Juan Diego Requena, que es posible, no lo sé exactamente, que haya sido una víctima y se haya dejado seducir por los cantos de sirena.
El partido en Sevilla, que ha sido muy crítico con Fernández de Moya, y sus razones tiene, verá cómo media en esta situación tan conflictiva. Lo que les parece mentira a la mayoría de los dirigentes regionales es que el todavía presidente provincial y Secretario de Estado, es decir, un cargo institucional que debiera estar dando ejemplo, esté inamovible en sus posiciones con tal de mantener su influencia de poder en la provincia.
Al PP de Jaén, a la comisión organizadora del congreso provincial, la COC que ha tomado protagonismo cuando realmente en una situación de normalidad tendría que pasar desapercibida, les vendría bien mirar el diccionario de la RAE para recordar el significado de la palabra democracia, en su primera acepción: “Forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos”. Esta afirmación está por encima de cualquier reflamento interno, que por cierto los partidos se los saltan a la torera con toda naturalidad, y ha sido el caso. Por si queda aún alguna duda, les sugiero esta frase muy aclaratoria de un político destacado como fue Winston Churchill: “La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”. Esto es lo que se ha hecho en Jaén, ni más ni menos.
Ya ha pasado, por fortuna, el tiempo del caciquismo y de mover lo indecible para quebrar la voluntad de la mayoría, como se ha hecho lamentablemente en el proceso del PP, y por este motivo se va a llegar a las impugnaciones en los órganos del partido y denuncias en los tribunales si hubiera lugar, porque hay una serie de hechos que no deberían quedar impunes, y el candidato Moreno y sus colaboradores han referido unos cuantos, a cual más grave. Por ejemplo, en el ámbito local de Jaén, la actuación de ciertos funcionarios municipales en horas de trabajo participando en la campaña oficialista. ¿Lo sabía esto el alcalde, y si es así, ha adoptado ya las medidas oportunas? No hablemos de concejales, que también, pero a estos se les considera cierta libertad de movimiento, allá cada uno.
En definitiva lo que quiero decir es que sería el caos para el partido, si bien a algunos les haría falta una lección de humildad, llegar a ciertos extremos, pero el conjunto de la militancia no lo merece, porque son gente buena en toda la provincia, que tiene sus ideas y las quiere defender en un ámbito de normalidad, y no estar sujetos a las tensiones de quienes se han subido al poder y están dispuestos a mantenerse al precio que sea. Dividirlos, y además hacerlo de manera alevosa, sin pensar en el daño irreparable que se estaba haciendo a las siglas, que para algunos importan bastante menos que el interés de las personas.
Foto: Miguel Moreno Lorente.