Por ANTONIO GARRIDO / En el pleno municipal de hoy en el Ayuntamiento de Jaén se ha vuelto a demostrar que ninguna de las administraciones que operan en esta capital tienen voluntad política por recuperar la Cámara de Comercio, que era una herramienta fundamental al servicio del empresariado, especialmente de los más activos y emprendedores. No es que estén en contra de la Cámara, que en la mayoría de los casos no es así, sino que siguen al dictado las consignas de los partidos, como siempre el verdadero cáncer de Jaén, y no se mueven por la defensa de los intereses generales.
Hoy se ha dado el caso de que la moción presentada por los concejales no adscritos pero que forman parte de Siempre Jaén, demandaba que no se pierdan los recursos económicos que se canalizan a través de las entidades camerales en beneficio del sector empresarial. Ha sido defendida por Bruno García y la portavoz del grupo, María Cantos, se ha lamentado, muy contrariada, por lo difícil que resulta en esta capital sacar temas adelante que son vitales para el desarrollo económico. Nada nuevo bajo el sol. No olvidemos que fue en julio de 2014 cuando se constituyó el pleno de la Cámara que llegaba con el ánimo de «normalizar» su funcionamiento, presidida por el empresario de Sierra Mágina, Manuel Barrionuevo, que más que ha hecho por salvarla es materialmente imposible. Los problemas empezaron con la venta del edificio de la Cámara de Comercio, recientemente le llegaría el turno a la joya de la corona, el vivero de empresas, en fin…
Siempre Jaén se ha quedado en solitario con su moción, rechazada por el resto de grupos. El PSOE, porque fue el partido que decidió poner fin a la Cámara, pero que en sus funciones de gobierno no supo cómo hacerlo y tuvo años para intentarlo, porque esta historia empezó en 2014, no fue ayer. El PSOE no supo o no quiso, pero el PP, que había prometido que cuando llegara al gobierno andaluz, como así fue, sería una de sus prioridades, se olvidó, además de que tampoco ha encontrado la fórmula para cerrar de una puñetera vez el lamentable episodio de la antigua Cámara y propiciar una nueva que nazca pujante y con un control estricto para que no corra la misma suerte de la anterior, en la que además de la falta de control de la Junta, como institución tutelante, había una responsabilidad de los dirigentes, sálvese quien pueda, y todos se fueron de rositas y las víctimas, los perdedores, han sido los 37.000 empresarios de la provincia que potencialmente podían salir beneficiados con las ayudas. Y por encima de todo la capital, olvidada por completo de ese dinero perdido, que me aseguran se trata de cantidades bastante elevadas, para hacer frente a muchos proyectos, pero nadie ha mostrado la menor preocupación por ello.
Hoy en el pleno la posición del Partido Popular es la de que Jaén necesita una Cámara de Comercio fuerte, pero que hay que ser prudentes para que se produzca la extinción de la anterior. Debe parecer poco tiempo ocho años, podemos aguantar otros tantos, mientras miramos a las estrellas y vemos pasar el tiempo. Dicen más los populares, que una vez llegue el momento tendrán que ir todos a una para crear la nueva Cámara. Voluntarismo, pero poco más. Lo que ha dicho María Cantos es fácil de ser compartido y es que muy probablemente esta triste experiencia sufrida por los empresarios de la capital y también de 94 municipios, porque Linares y Andújar sí tienen sus propias cámaras, no se hubiera permitido en otros territorios de Andalucía. En Jaén todo es más fácil, y en este asunto, además, aparte de la asociación “Renacer” que se movió lo indecible, hasta que se cansó o la cansaron, tras varios años llamando a puertas y encontrando buenas palabras, pero a la postre la más terrible soledad.
El PSOE dice no y por parecidas causas PP se abstiene, naturalmente el apéndice de Ciudadanos vota con lo que diga el alcalde, contando además con que la diputada Mónica Moreno, a quien reconozco otras actuaciones y valores, no estuvo muy acertada en la defensa de la ley de cámaras, porque más parecía que nos colocaba a Jaén el rejón de muerte. El voto negativo de Podemos es entendible dentro de su estrategia y la abstención del PP, repito, es un quiero y no puedo para no salirse de lo políticamente correcto.
He escrito de este asunto hasta la saciedad, pero añado que una Cámara de Comercio potente en la capital, en este momento, sería una tabla de salvación empresarial. Es verdad que la antigua Cámara dejó trampas, pero no es menos cierto que con la nefasta política seguida por la Junta con el PSOE y con el PP, que venía a resucitarla, ha perdido la economía de Jaén, ha perdido Jaén. Suma y sigue.
El pleno ha dado más de sí, se ha hablado de presupuestos y se ha aprobado, qué falta hace, un plan integral de limpieza y conservación de fachadas, propuesta por el PP, y a pesar del equipo de gobierno, que debe entender que Jaén está de dulce. Mañana seguiremos porque hay tajo.
Foto: La Cámara de la capital, Jaén, tendría que ser un referente en el conjunto de las entidades camerales de Andalucía.