Por ANTONIO GARRIDO / Estamos en un momento procesal en el que en la política, sobre todo en los dos grandes partidos, se libran batallas por el poder. El PSOE está a punto de celebrar su congreso y Pedro Sánchez, tiene una flor en el trasero, es evidente, y según leo estos días está preparando una amplia renovación en su equipo sin que nadie le tosa. En el Gobierno y en el partido sigue manteniendo su perfil autócrata. En Andalucía pasará después lo que él ordene, y tiene toda la pinta de que seguirá Espadas, a pesar de que el casi paisano no representa lo que el electorado exige aquí y ahora. Pero bueno, ahí lo van a dar todo. Por el poder precisamente, aunque sea orgánico, apoyará el socialismo de la provincia a Espadas, lo mismo que hizo en su tiempo con Susana Díaz, con la que Jaén estuvo a muerte, a pesar de tantos pesares, ahora hasta Reyes la critica, vivir para ver, y creo que lo que está en juego es que si Sánchez esquiva a socialistas jienenses como Juan Francisco Serrano en su equipo, al lado de Cerdán, pretenderían situarlo a la derecha de Espadas en Andalucía, Reyes no da puntada sin hilo, aunque esto son simples conjeturas. Lo que sí está claro es que la delegación del PSOE de Jaén al congreso de Sevilla ha sido milimétricamente ungida, todos con el aparato, todos con el sí, prietas las filas, todo en orden como le gusta al líder Sánchez. Pero el poder va por barrios. El PP tiene una asignatura pendiente, un problema que se empieza a enquistar, me refiero al conflicto entre Núñez Feijóo e Isabel Ayuso, la presidenta madrileña. Está claro que no hablan el mismo idioma y que Ayuso cada vez está más sola respecto de la dirección, pero no tanto de la militancia, especialmente la de su comunidad, aunque tiene fans por toda España. El día que quiera echar un pulso puede ser peligroso para el actual presidente. Este panorama se traslada a las comunidades, y en el caso de Andalucía un poco menos porque las encuestas son un respiro para Moreno Bonilla, que a pesar de tantos frentes abiertos, sobre todo en servicios esenciales, sanidad, educación, dependencia, etc., goza de una cómoda estabilidad, según dicen las encuestas.
Manuel Chaves, ¡hombre, Chaves!, de visita en Jaén, ha dicho al respecto que los políticos en ejercicio saben advertir los “nubarrones”, y puede ser cierto, pero a veces la euforia te pone un velo en los ojos y solo ves lo que quieres ver. Chaves en Jaén, arropado por un buen número de socialistas, actuales y otros que vivieron su etapa, y que tuvieron la oportunidad de estar en buenas posiciones, porque Chaves, que para la provincia lo resumiría en que fue un presidente que en los temas cruciales nos dejó en la estacada, sin embargo sí favoreció a mucha gente, para según qué personas fue un bendito. Yo, que conocí bien su etapa, o eso creo, no le estaría elogiando como se hizo en la tarde del lunes, fue una etapa de gobierno trascendental y se perdieron decenas de oportunidades, una pesadilla, tantos anuncios y tantos fracasos, y los jienenses, como siempre, nos dejamos engañar con los cantos de sirenas y con los consejeros de la tierra que nos vendían el cielo semana tras semana, pero nunca llegamos a la tierra prometida. Un libro se presentaba en un edificio de la Universidad, la antigua Escuela de Magisterio, y me chocó que colocaran en el frontispicio un cartelón del PSOE, que pudo ponerse a un lado del escenario, más que nada para preservar estos espacios institucionales. Al gobierno que encabezó Manuel Chaves se le reconoce por la creación de la Universidad de Jaén, junto a las de Huelva y Almería, y es cierto, ocurrió en su mandato por un compromiso del Parlamento. Lo que no ha trascendido es que hubo un momento en que la creación de la UJA peligraba y que el consejero y además jienense Antonio Pascual se impuso, de no haber sido así, a lo mejor hoy estaríamos comentando otras claves. En fin, sean comedidos. Chaves asistía a la presentación de un buen libro, esto sí, del profesor Salvador Artacho, imprescindible para conocer la historia del socialismo en la provincia y por ende del propio territorio y de Andalucía. Pero sí, Chaves paseó henchido, entre abrazos y frases de cariño, incluidos los elogios de Reyes, amor con amor se paga. Así se escribe la historia.
Aunque lo que más está movilizando a la opinión pública en las últimas semanas, si es que se puede hablar de movilización en una sociedad tan resignada e indolente como la nuestra, y en la que algunos agentes sociales se ven obligados a aparecer en los medios porque no hacerlo sería hasta ofensivo, es el nuevo capítulo de agresión directa al territorio por parte de Renfe. Sí, ya sé que el caos ferroviario lo vive toda España y que este ministro sigue la estela de todos los que le precedieron, los peores a Fomento y Transportes, de hecho Óscar Puente está achicharrado y creo que va a durar en el Consejo de Ministros menos que un bizcocho en la puerta de una escuela, aunque depende de cómo le pille al jefe. En el colmo del desprecio absoluto a esta provincia acabamos de enterarnos de que nos van a afectar las obras de la remodelación de la línea ferroviaria entre Algeciras a Zaragoza, de tal modo que nos van a dejar aislados durante un año, esto en el mejor de los casos, ya que once túneles de esa infraestructura pasan por la provincia y esto quiere decir que mientras duren las obras nos comunicarán por autobuses en los tramos afectados, nada que nos sea desconocido, pero que pasará a ser habitual. El rechazo es generalizado, se han oído voces desde todos los ángulos, sin embargo no he leído ningún comunicado del PSOE de Jaén, que parece que no va a con él, por eso cuando se habla del poder político y del peso del PSOE jienense, me da por pensar para qué lo usan, porque jamás les he visto dar un puñetazo sobre la mesa, y que se note.
Precisamente hoy ha tenido lugar en la Diputación el debate sobre el estado de la provincia, que denuncia el PP que llevaba más de 1.000 días sin celebrarse, aunque con la correlación de fuerzas no depara más que imagen y puntos para quien ostenta el gobierno y por tanto la mayoría. Nada especialmente novedoso. El presidente Reyes ofrece un discurso dual, por un lado muestra las grandes debilidades del territorio y por otro los activos, y sigue reclamando discriminación positiva a los dos gobiernos, el de España y el de Andalucía, pero se le nota dónde tiene su corazoncito político. “La provincia no puede ser considerada de segunda y merece el mismo trato que otras, y debe ser prioridad para los diferentes gobiernos”, es el resumen de su mensaje. Él conoce la provincia como pocos, por eso cuando habla de despoblación, de menos recursos económicos para los ayuntamientos cuando van adquiriendo más competencias, o al referirse a problemas concretos de retroceso del llamado estado del bienestar, en este caso competencias andaluzas, que mayoritariamente se coincide en que no pasa por sus mejores momentos y en esto le doy toda la razón. Entre lo positivo siempre destaca fortalezas en determinados ámbitos de todos conocidos y jamás se olvida del Cetedex que se nos vende como la redención.
En contraposición al PSOE, que ve más cosas que están bien, nos encontramos al grupo de la oposición, Partido Popular, para el que existen menos ámbitos favorables en tanto que su discurso va más dirigido a Madrid que a Sevilla. Cuestión de intereses…políticos. Los populares y en su nombre, el portavoz, Luis Mariano Camacho, lamenta que Reyes «saque el rodillo» y que mientras su grupo ha aprobado 11 de los 20 propuestas socialistas, el gobierno provincial únicamente les ha aceptado una, relacionada con el ferrocarril, que con la que está cayendo, le hubiera dejado en mal lugar. Lamenta Camacho «que·se ignore a la oposición, lo que contrasta con la realidad de la provincia, donde el 64% tiene un alcalde o alcaldesa popular».
Dejando al margen esta puesta en escena que repito que hay que saludar, aunque se queda en un simple brindis al sol, la Diputación Provincial es en términos generales un buen ejemplo de funcionamiento y, pese a sus limitaciones presupuestarias, un pilar sobre el que se apoyan los grandes desafíos del territorio. Como todo tiene sus tics, en parte por tanto tiempo gobernando un mismo partido, pero no se le puede negar que representa bien, y en algunos casos hasta muy bien, los intereses generales de la provincia. Ya he repetido hasta la saciedad que el llamado ayuntamiento de ayuntamientos más que para hacer política en sentido estricto, porque cada decisión que se adopta ya es política, está para prestar servicios y resolver problemas de los ciudadanos, y eso lo suele hacer bastante bien. Cuando quien decide es la calle Hurtado en lugar de la Plaza de San Francisco ya empezamos a hablar en otro idioma. La gestión y la política, dos términos que a veces se llevan mal, incluso muy mal.
Volviendo a la línea Algeciras a Zaragoza, si los perjuicios que se van a causar fueran para mejorar nuestro propio transporte, un tren más rápido o la llegada al fin del AVE, se entendería el sacrificio y las molestias, pero tomarnos de conejillos de indias, mejorar la comunicación de otras zonas mientras nosotros nos desangramos, esto es difícil de digerir. Jaén, relativamente tan cerca de Madrid y en la realidad para nosotros siempre tan lejos. Es un castigo para Jaén, como siempre lo tuvimos hasta donde alcanza la memoria, no ha habido un solo ministro de Fomento que haya jugado en favor de Jaén, pero no por congraciarse sino por justicia. Desde el desprecio de nuestro territorio en el AVE a Sevilla en la etapa de González, que no tiene perdón de Dios, con la complicidad de tantos políticos inútiles para la causa provincial, al pésimo Álvarez Cascos que con Aznar fueron los responsables de la “cobra” que desvió el AVE Granada-Madrid para evitar Jaén hasta cualquiera de ellos, con independencia de los partidos, excuso decir la etapa del nefasto Ábalos, y no lo digo ahora, ya lo comenté el día que vino a apagar no el fuego sino los pequeños rescoldos del Colce, ese lamentable episodio que en muchos jienenses prendió la mecha de la indignación y del compromiso, hay muchos hijos nacidos de aquel engaño.
No sé si lo arreglarán, pero si estamos en 2025 en esas circunstancias, todas las oportunidades a las que se ha referido hoy el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, en el debate sobre el estado de la provincia, se vienen abajo. Sin comunicaciones simplemente Jaén no es, no nos engañemos, estamos perdiendo un tiempo precioso, no solo no avanzamos en convergencia sino que nos alejamos a pasos agigantados. Confiar en la política es, y lamento decirlo, pero somos experimentados, no asumir nuestra propia realidad. El futuro hoy más que nunca depende de nosotros. Cuánta falta haría ahora una muy potente plataforma ciudadana sin siglas para defender a Jaén de las agresiones que le llegan desde todos los puntos cardinales. Me da pena, no lo puedo remediar. Me duele este Jaén, sobre todo el Jaén confiado, al abrigo de los partidos políticos que nunca nos defendieron y de las promesas incumplidas, porque me temo que esa es nuestra condena por los siglos de los siglos.
Por lo demás, a falta de unos Presupuestos Generales del Estado que ya van tarde y seguimos con la rémora de los 69 milloncejos de la última hornada, creo que la peor cifra de la historia, en un gobierno del que los socialistas presumen del “compromiso” y la “apuesta”, pura palabrería, el próximo día 29 creo que es el día escogido para conocer los Presupuestos de la Junta para 2025. En estas fechas estamos viendo llegar a Jaén a algunos consejeros a vendernos un poquito de humo con obras tales como la del Conservatorio, que nos quieren presentar como emblemática, o la ampliación del Instituto Santa Catalina, cuando no la terminación de algunas obras menores. Creo que están preparando el terreno, tal vez la llegada del tío Paco con las rebajas, y por cierto tengo la duda de si el papel del alcalde es acompañar a cada consejero que viene a Jaén y elogiar el papel de estos responsables públicos, porque la Junta tiene a sus propios políticos. Creo que es hora de distinguir las respectivas responsabilidades y cada mochuelo a su olivo.
Precisamente mañana está prevista una reunión en Sevilla de representantes del equipo de gobierno con Antonio Sanz, que es el que reparte juego y conoce las reivindicaciones de Jaén, para que PP y Jaén Merece Más se traigan logros, o no, y sobre todo la concreción que hacen las cuentas de la Junta para 2025. En Jaén Merece Más han repetido hasta la saciedad, de cara al segundo año de mandato, que dependiendo de los compromisos adquiridos será el momento para decidir sobre el pacto municipal. No sé lo que depararán los presupuestos, pero a este paso el nivel de cumplimiento de las 100+1 medidas firmadas ante notario para acceder al gobierno local es muy pero que muy bajo. Ellos lo saben, mucho ruido y pocas nueces. Cuidado con los incumplimientos porque, y en eso sí estoy de acuerdo con Chaves, posiblemente será lo único, la adhesión lo mismo que llega se va, hay ejemplos evidentes. Si la Junta pasa un año más de Jaén y además la sanidad no remonta y la dependencia es un proceso escandalosamente lento, y en ambos casos lo sufren las familias, siempre se puede recurrir al dicho popular: “no hay mal que cicn años dure, ni cuerpo que lo resista”.