Este mediodía he escuchado en Radio Jaén una entrevista con la delegada del Gobierno de la Junta, Ana Cobo, en relación con el proyecto del Ayuntamiento, que a su vez se hace eco del sentir general, al reivindicar un pabellón de deportes para la capital, propio del siglo XXI. A este respecto el alcalde se reunió hace unos días con el consejero de Turismo y Deporte y le trasladó esta petición. El Consistorio está dispuesto a ofrecer los terrenos y a facilitar el proyecto, que es a todo lo más que puede comprometerse en su actual situación económica.
No conozco mucho a la delegada del Gobierno y no tengo por tanto con ella ningún trato, tampoco debe tenerlo, por supuesto, me oriento para opinar en las declaraciones que leo o escucho, y desde este punto de vista lo que he oído de ella esta mañana me ha dejado desconcertado porque ha tratado la relación con el Ayuntamiento de Jaén con una enorme distancia política, y todo lo más que se le ha ocurrido indicar es que cuando el Ayuntamiento ponga sobre la mesa el 50% del proyecto para un pabellón deportivo se estará en disposición de seguir hablando. A mí me ha parecido un jarro de agua fría y una manera de colocar un valladar en las relaciones que desde hace unos meses tratan de normalizarse, a lo que con esta actitud se ayuda bien poco.
Cuando vino a Jaén, en febrero, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tuvo un gesto elocuente de apoyo en las declaraciones públicas y en atención igualmente a la actitud receptiva y leal del alcalde, Javier Márquez, y se dijeron cosas muy agradables y positivas para enderezar el entendimiento, pero esto que lo han entendido otros delegados, me parece que no ha sido asumido por la delegada del Gobierno, o es que se trata del papel oficial y en este caso soy yo el que no me entero de esta película.
Por un lado es absolutamente lógico que en una situación de normalidad la Junta exija que los ayuntamientos participen de los proyectos, deportivos o de otra índole, para las ciudades. Pero el panorama del Ayuntamiento de Jaén es muy especial, porque no dispone de recursos ni podrá tenerlos en algún tiempo, dada la elevada cuantía de su deuda y situación extrema, que parece que todo el mundo conoce menos Ana Cobo.
El alcalde de Jaén supongo que entendía que ya que la Junta ha sido tan esquiva con las inversiones en la ciudad de Jaén, iba a tener un comportamiento singular con el pabellón deportivo que se demanda, sobre todo teniendo en cuenta que el gobierno andaluz ha dotado a las capitales y principales poblaciones de infraestructura deportiva de categoría y en Jaén hace muchísimo tiempo que no se ve un euro. Seguramente la culpa esté repartida, pero no es justo que se hayan negado inversiones importantes para la capital del Santo Reino y ahora vayan a plantear niveles de exigencia que dudamos se utilizaran para otros casos.
¿Este es el trato de justicia y de respuesta que la Junta está dispuesta a ofrecer a Jaén, el que marca de manera tan distante la señora delegada del Gobierno? Vemos que en algunos aspectos la Junta ha levantado la veda, acaba de firmarse un convenio entre el alcalde y el delegado Antonio de la Torre y el de Fomento y Vivienda, Rafael Valdivielso, también está muy atento a las cuestiones municipales, y no son los únicos casos, por fortuna hay más y se evidencian pasos importantes.
En el tema del proyecto de pabellón deportivo insisto en que no se puede pedir al Ayuntamiento que se retrate, aunque sí debe hacerse al Consejo Superior de Deportes, claro que sí, e incluso creo que si se habla con el presidente de la Diputación, Francisco Reyes, es posible que la corporación provincial se involucre, teniendo en cuenta su apoyo a los clubes con la campaña “Jaén, paraíso interior”, que afecta muy claramente al equipo de fútbol sala que en poco tiempo se quedará si pabellón para poder competir en la liga en la que se encuentra.
Creemos que en este momento complicado del Ayuntamiento la Junta debe echar una mano, sobre todo reconociendo que es deudora con esta capital y no puede contribuir con una mayor asfixia al Consistorio. Por esta razón pienso que tendría que ser el pleno del Ayuntamiento, por unanimidad, el que exija a la Consejería de Turismo y Deporte, y previamente a la delegada del Gobierno, tan celosa de la norma y de su visión más estricta, que reconozcan que están obligados a dar a Jaén lo que tantas veces le han negado, y espero que no nos hagan recordar todos los asuntos pendientes que retratan con claridad lo rácana que ha sido la administración andaluza para con Jaén.
Esgrimir ahora razones que no se pueden entender por los jienenses, conocedores desde siempre de que la Junta miraba hacia otro lado cuando esta capital andaluza le demandaba, me parece una nueva forma de agravio y de abundar en la conocida indiferencia.
El Parlamento andaluz, si es necesario, debería abordar también esta reivindicación de Jaén, para que todo el mundo conozca en definitiva que no se solicita un trato especial, solamente se pide la atención que merece un territorio al que históricamente se ha tratado con planteamientos lejanos a la justicia y al equilibrio entre provincias, por ese en cierto modo el PSOE local está pagando en las urnas una factura política que en parte la tenían que satisfacer sus compañeros de la Junta, y les ha faltado a ellos energía para urgirlo con la voz alta y clara.
Jaén necesita en este momento una serie de infraestructuras y equipamientos que dependen en gran medida de las políticas y la respuesta de la Junta. Sigue pendiente y ya han pasado los plazos que se dieron en febrero, lo que tenga que decir la comisión creada con respecto al polémico tranvía, asunto que ya veremos, y hay una lista de temas que están en lista de espera. En concreto el pabellón de deportes propio de este tiempo, en una ciudad donde no han crecido los equipamientos deportivos, es una necesidad imperiosa. Si la Junta no está, como de hecho se esperaba, a la altura de las circunstancias, esta ciudad se lo va a recriminar en el único sitio donde puede hacerlo.
Y sobre todo, insisto, no se entiende que la conversación hace cinco meses entre Susana Díaz y Javier Márquez, haya quedado en agua de borrajas. Jaén no se lo merece, debería tenerlo en cuenta la delegada del Gobierno, que más que una política convencida y comprometida, me ha parecido hoy una funcionaria encargada de transmitir un mensaje no ya legalista sino frío e insensible.
Foto:
Ana Cobo, delegada del Gobierno de la Junta en Jaén.