Desde ayer se sabe que con fondos de la Unión Europea (UE) van a llegar a la comunidad andaluza 240 millones de euros con destino a las ayudas de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (DUSI), y que en la provincia de Jaén los municipios de Linares, Úbeda y Martos se van a repartir la nada despreciable cifra de 25 millones de euros, que dan para desarrollar algunas actuaciones de acuerdo con los programas presentados en su día, acompañando a la solicitud de esta importante inyección económica.
Se trata de lo que ya se conocía como Plan Urban, que en su momento dejó algunos beneficios en Jaén, bien es cierto que en esta oportunidad la capital de la provincia se queda fuera de toda cobertura. Curiosamente los tres ayuntamientos beneficiados son de gobierno socialista, por lo cual hay que entender que presentaron buenos proyectos, dado que la decisión dependía en gran medida del gobierno de España, como interlocutor ante la instancia europea. Por ello no es extraño que ayer mismo saliera el presidente provincial del PP y diputado al Congreso, José Enrique Fernández de Moya, a ponerse la medalla, claro que no puede extrañarnos, también se arroga para él el pago de las pensiones a los jubilados jienenses, la nómina de los funcionarios, etc. etc. Vamos al más puro estilo L´État, c´est moi (el estado soy yo).
En cambio de lo que parece ser que no ha dicho nada el exalcalde, es de que el Ayuntamiento que él dejó no se haya podido beneficiar, con la falta que le hace, de unos fondos europeos. Para eso sí merecería la pena endeudarse, porque si tiene que aportar el 20% es una inyección inversora de las que Jaén lleva tiempo huérfana y lo que le queda, porque uno de los efectos más indeseables de la ruina, es precisamente no poder distraer ni un solo euro para las actuaciones que justifican la existencia de un Ayuntamiento, pues el de Jaén solo se limita ahora, a duras penas, a pagar las nóminas a sus 1.400 y pico empleados.
Hay un refrán que dice que a perro flaco todo son pulgas, y qué verdad es, se acumulan los problemas. El Ayuntamiento está en las últimas, pero sinceramente tengo la sospecha de que se ha rendido a la adversidad. Lo digo por las ayudas de la Estrategia DUSI, que vendrían de perlas para ese casco antiguo que tanto preocupa a todo el mundo, pero que muy pocos cuidan como se merece. Obras son amores y no buenas razones. El antiguo Plan Urban sigue existiendo en el Ayuntamiento, pero ignoro cuál es su dedicación. En la situación en que se encuentra la ciudad creo que es un error garrafal entregarse a la resignación y no estar por el contrario en una actitud dinámica de emprendimiento, viendo todos los boletines de la Diputación, de la Junta, del Estado, de Europa, para tratar de agarrarse a cualquier bote salvavidas que pueda representar un beneficio para la ciudad. Hay sitios a los que agarrarse, seguro, pero esta actitud es incompatible con el lamento y la renuncia.
Sí, ya sé que el alcalde y algunos concejales viajan y llaman a puertas, pero en la situación en la que se encuentra el Ayuntamiento todos los corporativos no tienen otra mejor misión a la que dedicarse que la de buscar recursos debajo de las piedras. No quiero caer en la demagogia, por tanto no voy a decir que no se hace nada, pero sí puedo asegurar por la simple observación de la realidad, que al menos no se hace lo bastante. En resumen, en cuestión de ayudas, ni hay ni se las espera. Jaén lo lleva crudísimo.
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El casco antiguo es el que más agradecería ayuda económica para ponerlo realmente en el escaparate.