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Esta mañana he asistido en la Diputación Provincial al acto de presentación en sociedad de la actualización del II Plan Estratégico de la Provincia de Jaén, elaborado por la Fundación Estrategias. Lo primero que me ha llamado la atención es el poder de convocatoria del acto, en el Aula de Cultura, y creo que guarda relación con el trabajo serio que se está desarrollando bajo la batuta de una profesional rigurosa, seria y muy capaz, como es la profesora de la Universidad de Jaén, Inmaculada Herrador Lindes, como directora de la Oficina Técnica de la Fundación, que ha continuado la senda iniciada en su día con el ímpetu y compromiso que caracteriza al profesor Martín Mesa, anterior responsable y en la actualidad director de la Cátedra de Planificación Estratégica de la Universidad.

 

He visto a una presencia muy representativa de los diferentes estamentos sociales, las instituciones de todos los colores, al igual que los partidos, organizaciones y colectivos muy diversos, lo cual indica que el documento que se iba a presentar contaba con un valor añadido considerable de interés. No cabe duda de que parece casi un hecho milagroso que un miércoles, a las once y media de la mañana, nada menos que la teoría del II Plan Estratégico concite el interés de tanta gente. A lo mejor es que algo empieza a cambiar en Jaén y esta sociedad está dispuesta a comprometerse más con su futuro. De todas maneras hay una explicación posible, el Plan es la consecuencia de las aportaciones de mucha gente y está tan involucrada y es tan parte activa de la nueva hoja de ruta que muchas personas han debido sentirse concernidas y han asistido.

 

El Plan Estratégico es una iniciativa que ya tiene mayoría de edad, ha cumplido 18 años, atrás quedó una primera edición y desde hace varios años se está trabajando en la segunda, con horizonte en el año 2020, natural que plantee objetivos a medio y largo plazo, por eso se trata de una planificación estratégica.

 

El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, ahora en su calidad de presidente de la Fundación Estrategias, ha sido rotundo al afirmar que Jaén no está para ocurrencias del primero que llega, por tanto se ha manifestado en favor de la planificación. En este caso ha habido 200 expertos en las diferentes materias abordadas, en torno a ocho comisiones, y con la tarea desarrollada se han planteado 102 objetivos estratégicos, una vez que algunos han sido eliminadas. En el curso de los trabajos de los últimos años ha habido que quitar y poner en la lista de los temas, por tanto se han considerado cambios de rumbo, aunque no por ejemplo en el ámbito del aceite de oliva, que es en este momento el gran activo para considerar a la provincia. Reyes ha pedido, como hasta ahora, implicación con el Plan, del que ha dicho que está más vivo que nunca.

 

¿Ha cambiado Jaén en los últimos años? El político y responsable institucional cree que sí, que el cambio ha sido grande si se analiza con perspectiva, pero acto seguido se ha declarado insatisfecho porque Jaén necesita más, aunque cree que no hay otro camino para avanzar que el de la planificación estratégica. Igualmente ha valorado el papel de la Universidad de Jaén, que ha dicho ha sido lo mejor que le ha pasado a la provincia en los últimos 25 años.

 

El rector de la UJA, en su calidad de vicepresidente de la Fundación Estrategias, Juan Gómez Ortega, ha subrayado de entrada en su intervención que la Universidad es un elemento crucial para el futuro de la provincia, y ha dejado claro el compromiso de la institución con los objetivos del Plan. Ha señalado, además, que la vida del Plan consiste es saber realimentar los contenidos y adaptarlos a cada momento, y al tiempo aprovechar las oportunidades que suelen ser efímeras y escasas.

 

Finalmente ha indicado que desde la UJA se perciben muchas posibilidades de oportunidad en la provincia, lo que quiere decir que es factible crecer y mejorar, todo lo cual puede llegar si el Plan es efectivo y se impide con decisión que se quede en un documento de papel.

 

La directora de la Oficina Técnica, Inmaculada Herrador, ha sido la encargada de subrayar la importancia del documento actualizado y de 18 años del Plan que se valoran satisfactoriamente, a pesar de que los resultados no se vean al cien por cien como ocurre con este tipo de empresas. Se ha referido a que este II Plan marca objetivos hasta 2020 y se ha comprometido a trabajar sin descanso para ir firmando cartas de compromiso e ir haciendo realidad cada una de las propuestas que han sido recogidas por las diferentes comisiones.

 

Hace pocos meses el propio Francisco Reyes se mostraba “satisfecho” por los 400 millones que durante el pasado año han invertido las diferentes administraciones e instituciones que forman parte de este proyecto y están comprometidas con la provincia. Ya sé que para llegar a esa cifra, que me parece importante, se ha hecho un ‘totum revolutum’, en el sentido de que se ha cogido la calculadora y se ha hecho la suma de muchas aportaciones, desde la línea de microcréditos para emprendedores a la Autovía del Olivar, pasando por los planes de empleo, el Degusta Jaén, los planes de actuación turística de embalses o el Campus Científico-Técnico de Linares, por poner unos ejemplos, pero se aceptan los criterios con tal de que sean aportaciones para Jaén y que previamente hayan sido presentadas como objetivos. Finalmente con lo que hay que quedarse es con los resultados del II Plan  Estratégico, nada menos que 416 actuaciones distribuidas en 62 proyectos estructurales y que pretenden dar respuesta a 102 objetivos estratégicos.

 

Al principio de la existencia del Plan Estratégico reconozco que me mostré muy crítico con este proyecto, más que nada porque en Jaén estamos hartos de hacer diagnósticos y de perder el tiempo en marear la perdiz en lugar de actuar, de hecho se editó un libro al que llamé el “Libro gordo de Petete II”, al ser muy voluminoso, pero el tiempo y el buen trabajo desarrollado viene a demostrar que esta es una herramienta útil y que se hizo bien en crearla porque si mal están hoy las cosas, lo más probable es que estuvieran peor de haber faltado este instrumento de diagnóstico al servicio de la provincia, donde están la Diputación, la Universidad, todas las administraciones, y la implicación llega a centenares de personas a través de las diferentes estrategias que tienen que ver con las comunicaciones, convivencia y bienestar social, calidad ambiental, industria, Jaén como centro mundial del aceite de oliva, cultura y educación, innovación, y, por último, Jaén, paraíso interior.

 

Puede entenderse un poquito de complacencia con los resultados, pero el hecho cierto es que el Plan Estratégico, en su primera edición como en esta segunda, resultan eficaces, en la medida en que sirven para hacer el diagnóstico y comprometer las inversiones a los organismos que son responsables. Bien es verdad que hay más conclusiones que soluciones, porque las administraciones se lo piensan a la hora de invertir, pero el papel del Plan es el de ser como una especie de mosca cojonera para que las diferentes administraciones conozcan bien cuáles son sus deberes, y si no los hacen esta es otra historia.

 

Con todo, en los últimos tres años se han impulsado y ejecutado 62 proyectos estratégicos y esto ya justifica plenamente la existencia de este Plan. No es una solución milagro, pero el tiempo la ha señalado como una favorable iniciativa, aunque a veces se estrellen de manera estrepitosa las hermosas teorías sobre nuestro porvenir, porque esto no es fácil, hay que trabajarlo.

 

Nada mejor que en este ámbito para saber sobre el diagnóstico de la provincia la implicación de las administraciones, y cómo algunas se escaquean de sus responsabilidades por lo que los avances no son los deseados, así por ejemplo nos sigue pareciendo que tanto la Administración central como la Junta se van aún de rositas cuando deberían liderar las inversiones, en definitiva hay muchos problemas aún vivos en Jaén, como el ritmo de tortuga en infraestructura de comunicaciones, las amenazas en el olivar con una PAC perjudicial, los pasos atrás en el ferrocarril o una inversión pública testimonial y nada más.

 

Nos consta que con el Plan hay un alarde de optimismo y de ganas de avanzar, pero está visto que sacar a Jaén del pozo en el que está requiere en efecto de una planificación estratégica, pero a la Diputación que verdaderamente está siendo una locomotora no le siguen el resto de administraciones, la Junta invierte mucho menos de lo que debería y no hay más que repasar la larga lista de cuestiones pendientes, y el Gobierno central está muy lejos de un compromiso estable con Jaén por mucho que traten de vender lo contrario en esta actitud tan autocomplaciente que distingue a la clase política.

 

Pues eso, los Planes Estratégicos se van imponiendo porque con ellos se puede hacer una fiable hoja de ruta. La propia capital jienense debería estar en disposición de rescatar el que se hizo no hace mucho para esta ciudad, a cargo de un equipo de la Universidad, porque no es aconsejable actuar a salto de mata, sobre todo cuando se puede señalar el camino y ayudar para que Jaén camine en la dirección adecuada. En definitiva, un Plan Estratégico no es la panacea pero hace el diagnóstico más fiable y enseña el camino para avanzar y señala asimismo tanto a los que se implican con el proyecto como a los que no quieren saber nada de él e incluso le ponen todas las trabas posibles. Insisto es que es especialmente aconsejable, yo diría que urgente en la capital, para definir prioridades y saber qué se hace con infraestructuras pendientes, por ejemplo deportivas, o cómo se puede actuar en el casco antiguo, sin olvidarnos de todas las asignaturas pendientes que sería el momento de colocarlas sobre papel, Ciudad Sanitaria, Ciudad de la Justicia, etc., etc., etc. Si están por escrito bien definidas y ya no dependen de las declaraciones de los políticos, que con tanta facilidad prometen y se desdicen, es seguro que aumentarán las oportunidades y habrá herramientas para reivindicar y exigir.

 

Por último quiero felicitar tanto al profesor Antonio Martín Mesa, que fue el primer director de la Oficina Técnica del Plan, como a la profesora Inmaculada Herrador, que es la actual responsable, porque el trabajo que les ha tocado realizar ha sido y es impecable y en él se asientan en gran medida los éxitos obtenidos, en ellos y en las instituciones que desde el primer momento, como la Diputación o la Universidad, han considerado las conclusiones como compromisos de cabecera.

 

Foto:

En primer plano Inmaculada Herrador, en la presidencia, con Francisco Reyes y Juan Gómez.

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