Por ANTONIO GARRIDO / Como suele ocurrir cada año, desde que se inició el actual ejercicio de 2023 se vienen conociendo los datos oficiales del INE, en los que se refleja con claridad que en los últimos años se ha producido un estancamiento poblacional en la capital, que pensamos que no es algo improvisado, sino que posiblemente sea la consecuencia de políticas en las que, por la ausencia de proyectos atractivos de nuevos zonas residenciales, los pueblos de los alrededores, como bien se conoce, fueron acogiendo a una parte de la población que aspiraba a vivir al menos en el ámbito de influencia de la capital, en su área metropolitana. De aquellos polvos vienen estos lodos, el hecho cierto es que en el último año se ha producido una nueva bajada, esta vez, también hay que decirlo, no ha sido tan drástica como en otros años, de todas maneras partíamos de 111.932 habitantes en el censo y hemos bajado a 111.669 en la actualidad, 263 habitantes menos. Si lo que analizamos es la década, baste decir que en el año 2013 en Jaén contábamos con una población de 116.176 habitantes, por lo cual a día de hoy la pérdida es de 4.507.
Esta realidad debe seguir preocupando por lo que supone de síntoma de ausencia de Jaén como foco de atracción real y cuando vuelve a aparecer el soniquete tan repetido en los últimos años de fortalecer la capitalidad. A pesar de ello no queremos ser pesimistas, todo lo contrario, pensamos que Jaén es una ciudad de futuro porque es un lugar ideal para vivir, abarcable, con la dimensión adecuada, solo que hay que poner a disposición de quienes se quieran quedar en ella todas las condiciones que plantea el ciudadano más exigente y esta es una de las asignaturas que esperamos resuelva en su día un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) inexistente, porque cumplió el anterior, tuvo dificultades el que hizo el anterior Ayuntamiento, el llamado Plan Márquez, y después con la llegada del actual Ayuntamiento no se vio la necesidad de impulsar uno nuevo o la revisión, si procedía del anterior, el caso es que sigue habiendo prioridades y entre ellas se encuentra el asentamiento de la ciudad, el modelo exacto de lo que se pretende de ella, y para esto los políticos responsables no se pueden dormir en los laureles. Es bastante chocante que en los tiempos actuales una ciudad se rija sin tener puestas al día sus normas de planeamiento. El equipo de gobierno no lo creerá necesario ni urgente, pero para los que estamos fuera y por lo que siempre hemos escuchado decir a los responsables políticos y a los técnicos, un buen PGOU es la mejor hoja de ruta para desarrollar una ciudad. Lo demás son excusas, pretextos.
La situación de pérdida poblacional, dicho sea de paso, para situar el panorama en su justo término, no es diferente en el conjunto provincial, donde el pasado año se han perdido 3.429 habitantes. Tampoco en este ámbito la sangría ha sido especialmente dramática, lo peor de todo es la tendencia, y por lo que se refiere al comportamiento de la última década, baste decir que en 2013 había en el territorio provincial 664.916 habitantes, y a día de hoy tenemos 41.155 menos, es decir, 623.761. Vamos cuesta abajo, embalados y sin frenos. No digo que sea un caso excepcional el de Jaén, porque no es así, pero sí se puede afirmar que este es nuestro problema y tenemos la obligación, sobre todo los responsables públicos, de atajarlo, pero tampoco quieren reconocer que nos encontremos en la España Vaciada, a pesar de que hay pueblos que se están quedando muy mermados, o por lo menos que sobreviven gracias a la gente mayor y los jóvenes emigran si tienen oportunidad de hacerlo. En general, en un recorrido por municipios, lo que se percibe es un desgaste, que también en gran medida, esto es una evidencia, tiene mucho que ver con el cambio demográfico, la baja tasa de fecundidad, es decir, nacen menos personas que mueren.
El caso de Linares es el mismo de Jaén capital, ha pasado en los diez últimos años de 60.470 vecinos a 55.729, lo que quiere decir es que se han dejado por el camino nada menos que 4.741 habitantes. Aunque en casi todos los municipios hay retroceso, aunque sea mínimo, no existen alarmas que llamen la atención, hay otros pueblos que más o menos se mantienen en sus últimos registros conocidos, es el caso de Mancha Real, Martos o Mengíbar.
La excepción sigue siendo La Guardia de Jaén, que año tras año sigue ganando habitantes, aunque el ritmo últimamente se ha frenado, pero en una década gana alrededor de 500 habitantes, hoy tiene 5.151, y con respecto al último año el crecimiento ha sido de 69 habitantes más. Como se conoce, La Guardia se encuentra a escasos kilómetros de la capital, y su fortaleza para atraer población es su importante núcleo residencial, donde viven durante el año, aunque aumente su población considerablemente en verano, cientos de familias que normalmente hacen vida laboral en Jaén. También los datos conocidos recientemente con la estadística de declaraciones del IRPF, dados a conocer por la Agencia Tributaria, concedían a La Guardia el puesto 376 de toda España entre los pueblos más ricos, con la cifra de casi 25.000 euros por habitante.
Hay que reconocerle el mérito a los ayuntamientos que en su día supieron actuar con la suficiente perspectiva política, económica y sobre todo urbanística, para atraer la atención y el interés de tantas familias que buscaban en la mayoría de los casos vivir cómodamente en un ambiente de tranquilidad, mientras que otros aprovecharon la feliz circunstancia para hacerse en este lugar, con eje sobre todo en la antigua carretera N-323, de una segunda vivienda. De la misma manera sucede con la zona de Entrecaminos, el complejo residencial cercano al Puente Jontoya.
De todas maneras el interés mostrado en su momento por el Ayuntamiento de La Guardia, que no vamos a discutir, que coincidió con el boom de la construcción y que hizo avanzar a un ritmo vertiginoso al municipio, es directamente proporcional a la inacción que ha caracterizado en casi todas sus etapas al Consistorio de Jaén capital, que no supo o no pudo ver este reto y perdió una oportunidad de oro para poner a disposición de los jienenses que en ese momento querían invertir, terrenos suficientes en zonas atractivas para frenar el éxodo a otros lugares que supieron ‘vender’ sus recursos y hoy se mantienen en sus posiciones de privilegio. Lo peor del caso es que la capital no ha corregido esa deriva y esto no es más que otro factor que se suma a otros que retratan una posición que es todo lo que se quiera menos favorable.
Al margen de esta cuestión que llevaba tiempo queriendo comentar y que es preocupante, insisto, por la tendencia, ya saben que hay estudios de instancias oficiales que a veinte años pronostican un importante descenso de habitantes tanto en la capital como en la provincia, hay otras cuestiones que forman parte de la actualidad de este día.
Una de ellas la presentación que ha hecho ante los medios el candidato electo del Partido Popular a la Alcaldía de Jaén, Agustín González Romo, acompañado de los inseparables que habrán identificado los lectores en multitud de ocasiones en las últimas semanas y meses. He visto y he leído con atención todo lo que se ha publicado tanto en medios digitales como en redes sociales de este acto que es el primero con protagonismo exclusivo del aspirante a presidir el próximo Ayuntamiento. Ya les conté la opinión favorable que me merece, y que tuve la oportunidad de comentar a propósito de la presentación de su libro sobre los emotivos paseos jaeneros con Bruce, la mascota de la familia, pero hoy esperaba algo más, aún no le veo con la suficiente autonomía para volar libre de cargas y gravámenes políticos, mantiene el seguidismo, la misma versión de los hechos e igual opinión sobre algunos de los más importantes asuntos ciudadanos. En la presentación del libro a la que aludo reclamaba cierto grado de independencia, dentro de lo que cabe, claro, por tanto no le voy a echar cuentas y voy a pensar que este ha sido un primer contacto y que la verdadera artillería, su identidad personal y política está por llegar. Les pongo un ejemplo para que sepan por dónde voy. Al referirse al Cetedex, en mi opinión al menos un candidato que opta a la Alcaldía, y que al igual que Julio Millán, su adversario, se puede ver en esa responsabilidad, ha de tener ya el suficiente tacto para poner a sus palabras un tono casi institucional, porque si gana se verá en el escenario de pilotar ese proyecto, en el caso, que ya no quiero poner en duda, de que siga adelante, aunque hay muchos interesados en que fracase, el famoso «cuanto peor, mejor» tan extendido. No es una defensa de los indefendibles, es un grito de esperanza por Jaén, mi Jaén, nuestro Jaén.
Tenemos ejemplos anteriores muy cantosos, como cuando el PSOE ponía reparos de cualquier nivel a la presencia en la capital de El Corte Inglés y llegado el momento, es decir, la ascensión al poder municipal, les faltó tiempo para ponerse en primera fila, alcaldesa, consejeros, etc., para salir en la foto para la historia en la inauguración de la gran superficie. Misma situación se dio con respeto al centro comercial Jaén Plaza, y me ahorro los argumentos que son bien conocidos, fue Javier Márquez quien lo gestionó, este es el hecho cierto, aunque, a decir verdad, y en parte por los problemas con el PGOU, no todo fuera un camino de rosas. Por lo demás Agustín González ha escogido a una excelente responsable de su campaña, tengo la mejor opinión de Mónica Moreno, lástima que Ciudadanos saltara por los aires (ahora pretende reinventarse) y que viera su sitio en el PP de Juanma Moreno, pero es buena compañera de viaje. Ella y una buena lista, renovada, ilusionante, lo que ya sabe el candidato que hay que hacer y que no sé si le dejarán los que manejan los hilos. Dicho todo lo anterior de otro modo más entendible: me gustaría que Agustín González fuera en esta aventura electoral tan importante para él, su partido y la ciudad, él mismo. Amén.
Y un hecho político que aunque no radica en la capital de alguna manera le salpica. Se trata del abandono de su cargo de concejal y del PSOE del conocido concejal baezano Bartolomé Cruz, un peso pesado socialista con muchos trienios que ha dedicado bastantes años tanto al partido como a la ciudad. Dice adiós a todo y lo hace, “más forzado que por decisión propia”, según explica, y señalando con el dedo a los responsables, aunque a veces ni los nombre, al tiempo que revisa su experiencia de 22 años, al compás de los versos de Machado: “Y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Me consta que ha sido y es la comidilla de Baeza, una conmoción política local. No conozco las verdaderas razones del casi paisano “Bartoli”, como así se le conoce en Baeza, creo que lo que se siente es ninguneado en las áreas municipales de las que ha sido responsable, discrepa del proyecto emblemático en estos momentos en la ciudad monumental Patrimonio de la Humanidad, es decir, la transformación del paseo, una de las señas de identidad baezanas, y además, aunque todo lo anterior no es poco, aprovecha para hacer también diana de su salida al secretario provincial y presidente de la Diputación, Francisco Reyes, al entender que no conduce de manera diestra la estrategia de la formación política a la que él ha pertenecido.
El mismo Cruz fue durante algún mandato diputado provincial por el partido judicial de Baeza y seguramente se vio frustrado al ser elegido, como otras veces, el que era alcalde de Ibros, como es el caso actualmente. Precisamente la agrupación socialista de Baeza, de la que el mismo edil saliente fue en su momento secretario general, se posicionó hace un par de año favorable a un relevo en la secretaría provincial, en una crisis en la que optaba al cargo para sustituir a Reyes, el alcalde de Marmolejo, Manuel Lozano, pero tras una negociación, posiblemente cerrada medio en falso, aquella aventura fue a pique y permitió a Reyes seguir liderando el partido y ahora aspira a repetir al frente de la Diputación, puesto en el que Erik Domínguez reza en su religión todo lo que sabe para que esto no ocurra, una batalla muy particular que se añade a la interrogante de saber quiénes se sentarán en los sillones de las alcaldías de cada uno de los 97 municipios.
Y sigue celebrándose la Feria Internacional de Turismo, FITUR, en Madrid. Ya no es la Diputación ni la capital, son muchos los pueblos que acuden allí, una mayoría, y muy bien que hacen, a enseñar todo lo que les distingue y les enorgullece. Ahí no existe posibilidad de crítica, el escaparate no puede ser más hermoso, lo que sí es un poco grosero es la reiteración en la puesta en escena, creíamos, con el paréntesis de la pandemia, que ya había pasado la tradición de convertir esta cita madrileña en una feria de las vanidades. Pero estamos en elecciones y urge estar en la pasarela. Estoy por ver a los verdaderos protagonistas de Fitur para los intereses reales de la provincia de Jaén, que son los empresarios y los profesionales, que conectan con los grupos y se traen resultados. No digo que no tengan que estar los políticos, claro que sí, pero tal vez de una manera más discreta, no tan exagerada que al final produce hartazgo.
Pero vayamos a lo positivo, lo que conviene a la provincia de Jaén en Fitur, y es que hemos llevado todo lo que tenemos, y es verdad que pocos territorios pueden sumar una serie de recursos tan variados y tan completos como los nuestros, que además permiten la posibilidad de elegir distintas formas de hacer turismo y siempre en escenarios espléndidos. En realidad es que somos muy afortunados.
Foto: Esta imagen tan espectacular de Jaén preside el stand de la Diputación en FITUR 2023.