Por ANTONIO GARRIDO / El secretario provincial de los socialistas, Francisco Reyes, parece que ha estado despierto y ha actuado con diligencia urgiendo a su comité provincial a poner sobre la mesa los nombres de los candidatos a las próximas elecciones generales del 23 de julio, al Congreso y al Senado. La presencia en el número 1 es de suponer que se ha pactado, y no ha debido existir discusión porque el que fuera alcalde de Bedmar, Juan Francisco Serrano, pertenece en este momento al aparato del partido y estaba claro que debía entrar en la nómina de los elegidos. Me pregunto si por esas maniobras orquestales de la política nos hubieran asignado a Jaén un cunero, como han hecho con Granada, donde van a presentar nada menos que a nuestra íntima enemiga política Carmen Calvo. ¿Se la imaginan de candidata por Jaén?, en tanto que a Luis Planas lo colocan en el mismo puesto por Córdoba, y a la mayoría de los ministros los han repartido por el territorio. El que la lleva la debe entender. El sábado, el Comité Federal dará el visto bueno a las candidaturas y continuará el proceso de cara a esos comicios en pleno verano, pero que se prevén tan importantes porque se juega el modelo de gobierno para los próximos cuatro años. Reyes ha demostrado para qué sirven los trienios en el partido, entre otras cosas para adelantarse a las situaciones. Una de las principales novedades, tal vez la que más, quitando las ausencias, es la vuelta de Ana Cobo, la superdelegada del Gobierno que fue de la Junta, que ha estado en los últimos años de un lado para otro, en stand by, y que ahora es rescatada, además es de Linares y parece que lo presentan como un cambio de una cara por otra.
Ya que estamos con el PSOE me parece a mí que una de las razones por las que puede seguir perdiendo apoyos es por altanería política, no tiene mucho sentido dejar de reivindicar a los propios, que han estado durante los últimos años al frente del gobierno de la nación, y en cambio plantear exigencias continuas a la Junta de Andalucía. Ojo que no le estoy negando en absoluto su legitimidad para hacer oposición y controlar la acción de gobierno, que además es para lo que los jienenses les han elegido, pero igualmente se les demanda coherencia y memoria. El ejemplo más reciente lo acaba de protagonizar el diputado en el Parlamento andaluz y exalcalde de Martos, Víctor Torres, muy cañero y me parece bien, pero se retrata cuando exige a la Junta que “deje de marear la perdiz” y trabaje en la conexión ferroviaria Córdoba-Jaén-Granada, pero más aún, llama “bulos” a las opiniones de la derecha jienense sobre el ferrocarril. Es verdad que la derecha tampoco tiene autoridad para denunciar estos temas, porque no los abordó en su momento, pero se pasa de frenada el parlamentario cuando afirma que “el Gobierno de Pedro Sánchez ha traído las mejores noticias ferroviarias de la última década a la provincia, por mucho que le moleste al PP”. No se lo cree ni él.
Entiendo que hace su papel, pero la opinión pública no se lo toma en serio, debería estar el diputado cuando los ciudadanos comentan estas noticias en los desayunos o mismamente en las redes sociales, los ponen a parir, pero a todos. Y el colmo es cuando el señor Víctor Torres recurre al que parece ser el “milagro Sánchez”, ese estudio para conectar Jaén con la alta velocidad a través de Montoro, que no deja de ser una ocurrencia política, un disparate, y ni les cuento cuando vuelve a afirmar que este Gobierno ya en funciones, ha seguido mejorando la conexión entre Linares-Baeza y Madrid como futura línea de altas prestaciones, e incluso se atreve a pronosticar que “hoy la alta velocidad está más cerca que nunca de Jaén”, mientras sigue culpando al PP de que no sea ya una realidad. ¿Se acuerdan del AVE a Sevilla y de los fastos del 92? Ese es el retraso que llevamos en esta provincia y si no que se lo pregunten al amigo Salvador Cañones, que es el que más sabe de esto, y que tiene los argumentos para callarlos a todos, parar tanta demagogia. Por cierto, que sigue siendo el colmo de la aceptación por los políticos de las nimiedades, el hecho de que en el haber gubernamental se coloque la remodelación del vestíbulo de Atocha y el que parece próximo acondicionamiento de los accesos a la estación de la capital. Con estos argumentos, cualquiera se los toma en serio. Y no, no son capaces de reconocer que no han podido con el tren. Para verdad el único que lo suelta de vez en cuando es el propio líder de los socialistas jienenses, Francisco Reyes, y le honra. El tren es la asignatura pendiente de todos los gobiernos, ninguno de los dos ha hecho los deberes, ni los políticos responsables de PSOE y PP, se les ha negado sistemáticamente y ninguno ha sido capaz de plantarse en defensa de los intereses de su territorio. Así que menos demagogia y menos prepotencia, que el que más y el que menos tiene memoria histórica.
Todos los días no se pueden lanzar las campanas al vuelo, hay jornadas a las que la actualidad las carga de realismo y nos muestran carencias. De vez en cuando las instancias más o menos oficiales, qué van a hacer, nos muestran la mejor cara de las cifras, y además es verdad que lo cortés no quita lo valiente, que suspendemos en determinados ámbitos y progresamos adecuadamente en otros, no todas las variables son negras o blancas, hay matices. Ayer recibí en mi correo, como cada equis tiempo, el informe que elabora Analistas Económicos de Andalucía, que es una sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco, que analiza la evolución de los principales referentes económicos de las provincias andaluzas. Y se muestran de manera evidente las debilidades de Jaén para rebajar una posible euforia, pero, sobre todo, porque ahora estamos en un momento político nuevo y los responsables públicos deben tomar nota en lugar de tratarnos como si estuviéramos en el mismo paraíso. Dice muy en resumen el estudio citado que para el 2023 en que nos encontramos, las tasas de crecimientos pueden oscilar entre el 0,1 de Jaén y el 2,20 de Málaga. En determinados aspectos ni nos nombran, probablemente porque no pretenden deprimirnos, pero ahí queda el dato de que Jaén es la última provincia en crecimiento del PIB, por poner un ejemplo muy ilustrativo. Seguimos estancados, en tanto que otros territorios como Málaga, Cádiz o Almería, se disparan. Me preocupa esta foto fija de nuestra geografía y ni siquiera los datos positivos, que los hay, logran disminuir la inquietud que nos produce esta coyuntura. Pero sí, nos consuela algo que ha subido el empleo un 3,6%, que ha aumentado levemente el empleo agrario, y que sigue la expansión en las exportaciones. En cambio baja el empleo industrial y disminuye el número de las afiliaciones a la Seguridad Social. En fin, estos registros son las cosas de comer y requieren una atención preferente porque tenemos la responsabilidad de elevar todos esos niveles en positivo.
Ya en materia ciudadana ayer leí en el Diario ABC, en crónica del periodista Daniel Illana, la noticia de que se retrasó un entierro en el cementerio de San Fernando de Jaén porque la maquinaria no cumple la normativa. Ha tardado en producirse porque el Reglamento de Policía Mortuoria hace tiempo que está obviado por el Consistorio. No existe un horno incinerador de restos no humanos, que es preceptivo; se carece de plataforma eléctrica elevadora de nichos, el personal es muy escaso y en precario, cuando hace años estaba muy bien dotado de profesionales competentes; existen deficiencias estructurales importantes, además la sala de autopsias se está cayendo, en fin, el estado general es deficiente y parece como que no existe, cuando debería estar cuidado y con personal suficiente para atender todos los servicios, aparte de los medios materiales imprescindibles a día de hoy. Es curioso que en los últimos meses el Ayuntamiento ha abierto las puertas al empleo con generosidad, que esta es una historia que merece una especial atención, porque aparte del famoso proceso de estabilización del que se ha beneficiado el propio concejal de Personal y sus allegados, un día sí y otro también ha habido procesos de selección en los que existe el convencimiento de que con las armas de la ley, eso sí, han confeccionado trajes a la medida. La famosa RPT debe ser el siguiente paso, no ha habido tiempo. Así que si se vieran en la tesitura de abandonar el gobierno previamente se han ocupado de extender sus redes. Más o menos como todos, dicho sea de paso, porque en una capital en la que sabemos que hay una gigantesca ruina económica, los políticos responsables parece que están en su cortijo y que da lo mismo ocho que ochenta. A lo que iba, ha habido puestos de trabajo para casi todos los servicios, menos para el cementerio. Me han dado cuerda y me he olvidado del cementerio viejo, el de San Eufrasio. Cerrado a cal y canto, únicamente se abrió para las excavaciones para la memoria histórica y pare usted de contar. La política de cementerios no ha sido el fuerte, al menos en actuaciones, antes había al menos grupos ciudadanos que urgían atención, sobre todo para recuperar el viejo camposanto, pero ni la cesión del Obispado al Ayuntamiento ha acelerado proyectos, los muertos pueden esperar, aunque en menudas condiciones…
Foto: Imagen de la remozada Plaza de San Juan de Dios, en el casco antiguo.
Claro que para ser justo, también le quiero reconocer al gobierno municipal de Julio Millán buenas actuaciones, porque tiene algunos concejales en el equipo que se lo curran bastante bien. Me gustan, por ejemplo, las placas que se han colocado dedicadas a personajes que han dejado huella en la ciudad, que no es el Barrio de las Letras que pretende implantar Agustín González, una idea preciosa porque conozco el de Madrid y es un fenomenal atractivo, pero es algo que se agradece y que enriquece. También valoro el paso al frente que ha dado este equipo para la mejora del casco antiguo, pasando al fin de las palabras a los hechos. Siempre defendí que pasaría a la historia el alcalde que fuera capaz de implicarse a fondo con el casco histórico y con Jabalcuz. Pues al casco antiguo parece que le ha llegado la hora y los propios vecinos son los que en redes sociales felicitan y se felicitan, y me uno a ellos sin paliativos. Hay algunos ejemplos más, pero la actuación en la Plaza de San Juan de Dios me ha llenado por completo, la desaparición de los coches, los bancos, la sobriedad de este encantador rincón jaenero. Respeto otras opiniones, faltaría más, pero por mi parte siento que voy a ir más de una vez a visitarla porque se le ha dado dignidad al entorno, y es lo que hace falta a esa zona. Me siento un enamorado del casco antiguo de Jaén y sueño con que alguna vez se le trate como merece.
Foto: Cuidado con la soberbia política con el ferrocarril, ninguno de los gobiernos tienen autoridad, porque han dejado pasar esta importante carencia histórica de Jaén.