Por ANTONIO GARRIDO / A estas alturas no creo que haya quien se sorprenda de que la de Jaén es una provincia eminentemente taurina, nuestra geografía ha dado importantes figuras del toreo, es un referente en el ámbito de la ganadería, conocido y reconocido en el mundo, los festejos suelen ser plato fuerte de las fiestas de la mayor parte de las grandes ciudades y también de algunos pueblos, y por si todavía se sigue dudando, existe una Federación Taurina con carácter provincial que congrega nada menos que a 27 colectivos y a alrededor de 5.000 personas. Jaén forma parte de la historia taurina de nuestro país, hemos sido centro neurálgico muchas veces, con fechas tan señaladas como la famosa Corrida del Siglo, proyectada a todo el mundo, y otras muchas, entre las más recientes, la presencia de José Tomás hace casi dos años y el acontecimiento más cercano en el que El Cordobés escogió Jaén para cortarse la coleta.
En consecuencia la decisión del Ministerio de Cultura y Deporte y de su titular, Esnert Urtasun, de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia, se ha recibido con un enorme malestar e indignación, de hecho la citada Federación ha manifestado su protesta enviando al Gobierno este mensaje: “La Federación Taurina de Jaén entiende que la decisión del ministro y sus sectarios argumentos van en contra de la Ley 18/2013, de 12 de noviembre para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural, que protege la cultura de los toros y las tradiciones más arraigadas en la inmensa mayoría de los pueblos de esta provincia de Jaén y, en general de muchas regiones de España». En esa misma línea, esta institución expone que «los toros forman parte intrínseca de la cultura española desde tiempo inmemorial. De esa cultura que, en palabras de Antonio Gala, “no es la que hacemos sino la que nos hace. No es la que tenemos sino la que nos tiene”. La cultura no se vota, ministro. La cultura se protege».
Me imagino cómo debe estar de afectado el gran Lope Morales, que es uno de los más acreditados taurinos de nuestra tierra y junto a él muchos y buenos aficionados cabales que llevan toda la vida defendiendo la también llamada fiesta nacional. Ellos han dado la cara, quienes no lo han hecho son muchos alcaldes y concejales socialistas que nunca han negado su apoyo a los acontecimientos taurinos, se les ha visto en todas las plazas, han organizado actos de promoción, etc., pero no ha habido ni uno solo por la geografía taurina de Jaén que salga públicamente a defender su posicionamiento y su derecho a discrepar de un socio de gobierno que además se ha aprovechado de su cargo para barrer para casa. Antes de continuar diré que soy taurino, ahora por circunstancias poco practicante, y más que una defensa de este universo de los toros, especialmente en el ámbito que nos afecta, la tierra de Jaén, porque los taurinos saben defenderse solos y lo hacen y lo harán de maravilla, estas líneas pretenden ser un ataque, sí, al despropósito, a la falta de diálogo, al ordeno y mando, al por ser vos quien sois.
Ha tenido que ser, una vez más, Emiliano García-Page, el que da la cara ante el revuelo formado, que las comunidades gobernadas por el PP aprovechan para anunciar que ellas sí, al menos un número bastante significativo, seguirán apoyando a los toros y donde no hay premios los crearán para dar respuesta a la tajante actitud del ministro, que no ha hecho más que dejarse llevar por su rechazo visceral a lo taurino, no es preciso recordar la historia reciente de los toros en Cataluña, la comunidad del hoy titular de Cultura y miembro de Comuns Sumar. No es extraño ni tampoco supongo que casual que mañana mismo el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén, Jesús Estrella, vaya a informar del fallo de los Premios Taurinos de Jaén. Y lo que te rondaré. Urtasun ha dado carnaza en víspera de las elecciones catalanas, tiene toda la pinta de ser una andanada cultural y Page ha arremetido contra él porque a su juicio se pone en el papel de repartir carnés de modernidad, y le dice: “hay un ministro encargado de cuidar al sector taurino” que lo que hace es tratar de cargárselo. Un ministro, y además un ministro populista, de esos que se jactan de decidir mirando a los tendidos, hacia la gente, decide unilateralmente, dictatorialmente, al parecer sin consultarlo con el PSOE o llevarlo al Consejo de Ministros, usando y abusando de su autoridad, y en este asunto en concreto usa los procedimientos clásicos del despotismo ilustrado, “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, y si pudiera no dudo que decidiría por decreto la supresión de citas taurinas en todas las plazas de España, todo es empezar, pero se olvida este demagogo en campaña que alrededor de los toros hay también mucho empleo y un potente sector económico.
Lo ha dicho el mismo García-Page que es la conciencia crítica de su partido, lo que muchos piensan y no se atreven a decir porque están abducidos por Sánchez, y es que se ha puesto a un lobo a cuidar de las ovejas. Pues ojo con este amago de rebelión de los taurinos, porque estamos a pocas semanas de las elecciones europeas y a Sumar no le arriendo las ganancias, pero es que indirectamente Sánchez y el PSOE se pueden ver afectados por estas salidas de pata de banco que no obedecen a estrategias ordenadas sino a filias y fobias personales y políticas que cada vez son más difíciles de aceptar, hay veces en las que en lugar de ciudadanos nos pretenden tratar de súbditos.
Foto: Jaén ha sido en varias ocasiones centro nacional de la tauromaquia. Esta imagen es un ejemplo, hace casi dos años la presencia en el Coso de la Alameda de José Tomás, que puso el cartel de «no hay billetes». (Agencia EFE).