Las cifras del paro registrado en febrero han vuelto a castigar duramente a la provincia, que suma 4.498 desempleados. Sí, ya sé que han terminado los trabajos de la aceituna y que el año en nuestra provincia se divide en ciclos. También conozco que la situación de un año a otro varía muy poco, hacia arriba o hacia abajo. Pero igualmente es una terrible realidad que somos la provincia con más paro de España y que no podemos quedar resignados a repetir los ciclos como si nos hubiéramos hecho a las estadísticas y no encontremos otro camino para darle fortaleza a esta tierra.
Me niego a pensar que se haya arrojado la toalla y que nos hemos rendido a la evidencia de los datos. Actualmente tenemos 52.084 parados registrados. Y en cuanto a la foto fija del mercado laboral jienense es muy transparente, en el sentido de que las afiliaciones la Seguridad Social han pegado una bajada de campeonato, 21.135 personas, lo cual es indicativo de que la campaña de la aceituna es a todas luces la principal y casi única tabla de salvación para miles de trabajadores.
Entendiendo todos los condicionamientos, parece que una buena parte de quienes tienen responsabilidad de gobierno, en el conjunto de las administraciones, no acaban de enterarse de que el paro es con diferencia el gran problema de Jaén, dibujando un panorama desolador, de nuevo a la cabeza nacional del desempleo, con lo cual las alarmas están ya disparadas y lo que te rondaré. Pero creo que o no saben hacer nada por remediarlo, o simplemente no pueden, porque me niego a pensar que no quieran. En definitiva se desprecia continuamente, desde siempre, lo venimos repitiendo hasta la extenuación, la realidad que dibujan las estadísticas sobre Jaén, que son el reflejo de una foto fija bien amarga para muchísimas personas y familias.
La valoración de los agentes sociales vuelve a ser pesimista, qué menos, aquí la historia se repite y los discursos también, y la de los partidos políticos, como siempre, leyendo los datos de acuerdo a sus intereses y echando balones fuera porque la responsabilidad siempre es del otro, con lo dados que son los políticos a reivindicar sus gestas y a colgarse las medallas, hoy todo han sido evasivas. La verdad es que he llegado a sentir vergüenza ajena al escuchar a algunos líderes regionales de los dos principales partidos, cada uno con su mensaje a piñón fijo, el PSOE culpando de todos los males al gobierno de Juanma Moreno, como si fuera la primera vez que las cifras del paro nos hacen sonrojar, y desde el ejecutivo regional su vicepresidente, Juan Marín, valorando positivamente los datos, que justifica simple y llanamente en el final de la recogida de la aceituna, y parece que dando por hecho que por lo demás todo marcha sobre ruedas. Nos gustaría saber qué tendrá que pasar en Jaén para que los principales responsables de las instituciones públicas se den por aludidos y decidan coger el toro por los cuernos, o qué ha de pasar para que los jienenses abandonen su siesta y demanden soluciones urgentes ante esta situación excepcional.
Nos asaltan hoy dos reflexiones. Una, el mensaje de pesimismo que los datos trasladan sobre todo a los jóvenes jienenses, cada vez más preparados, con una Universidad que quiere formar talentos, y a los que obligamos a coger las maletas y marcharse, en la mayoría de los casos para no regresar. No olvidemos que también estamos en cabeza del paro juvenil, lo digo para que no se olvide. También, ahora que se preparan las celebraciones del día de la mujer, recuerdo que el paro femenino es, con diferencia, el que sufre el duro revés, y parece que esta situación no forma parte de la hoja de ruta de la igualdad que se reivindica. La segunda es una pregunta dirigida a nuestros políticos, de izquierdas y de derechas, de arriba y de abajo, en el sentido de si esta situación tan arraigada, tan cruda y tan real es el proyecto de futuro que tienen para esta provincia y si no les causa rubor alguno no estar ocupados permanentemente en esta cuestión.
Creo que hay que dejarse de paños calientes. Los planes de empleo son un alivio, indudablemente es así y hay que urgirlos, pero limitado a juzgar simplemente por la evidencia de los datos. ¿Se puede hacer algo ya o esperamos al mes que viene y a seguir condenando a que miles de personas estén pendientes de recibir unos fondos estatales de ayuda, porque se les han negado otro tipo de expectativas, que tienen que ver con el trabajo y la dignidad?