Por ANTONIO GARRIDO / Lunes de resaca después de todo lo vivido en el pasado fin de semana, las celebraciones festivas y los tragos amargos, de todo hay en la viña del Señor, en la capital y por toda la provincia, donde se han dado para sus nuevas corporaciones todos los acuerdos y desacuerdos posibles. En realidad cada pueblo tiene su identidad y a veces tienen más fuerza decisoria las relaciones personales que las ideológicas. En Jaén capital el nuevo alcalde, Agustín González, se ha armado de valor, las buenas vibraciones le acompañan, lo que le faltan son horas al día para desarrollar su agenda. Ya ha dicho que en muy poco, en esta misma semana, estarán adjudicadas las distintas responsabilidades del gobierno municipal, aunque ya se adelantaron las correspondientes a los socios de Jaén Merece Más. La ciudad es lógico que esté expectante y es normal que desde la oposición municipal, con el PSOE a la cabeza, se haya pedido luz y taquígrafos para las 101 medidas que componen el Acuerdo por Jaén firmado por PP y JM+. Es esencial este documento para que la comisión mixta que ha de formarse tenga su hoja de ruta, para que la propia oposición municipal fiscalice y, por supuesto, para que sea conocida y también siga su evolución la ciudadanía, la que ha votado a ambos partidos y la que no.
Esta misma tarde ha trascendido por fin el documento y a mi parecer la única virtualidad es que está firmado ante notario y por tanto está comprometido, pero no deja de ser un rosario de propuestas, en su mayoría conocidas, que tampoco se olvide están refrendadas por la política y los que hoy figuran mañana pueden no estar. Las cuestiones que se suscitan en el corto plazo están todas ellas en línea de salida, entre las cuales figura el tranvía, que sería no de notario sino de juzgado de guardia que no se afrontara de una vez por todas. Por lo demás y sin perjuicio de analizar el documento con detalle, porque lo merece, un tanto desde quien esperaba tal vez algo más rotundo, más luces que sombras, lo que me sigue sorprendiendo es que en el capítulo del largo plazo sigue habiendo proyectos que duermen el sueño de los justos, me refiero a la ejecución de las Ciudades Sanitaria y de la Justicia, aunque se demande para la primera la declaración de interés autonómico.
Ya sé que, lo he dicho, es imposible que en cuatro años se le pueda pagar a Jaén y la provincia la deuda histórica de las dos administraciones de décadas, pero hay un largo me lo fiáis excesivo que incluso afecta a la Universidad, que está en el medio plazo, cuando su modelo de financiación ha de estar aprobado en este mismo año, probablemente en octubre. No les miento si les digo que esperaba algo más, especialmente en plazos, y no para todo, sino para las cuestiones más demandadas, porque el largo plazo me hace pensar que se deja a la voluntad política de los gobernantes, y ya sabemos lo esquivos que han sido históricamente con Jaén y lo jienense. En resumidas cuentas, no es que no me gusten los cien puntos, son asumibles, necesarios y bastantes de ellos estratégicos para esta capital, pero no sería honesto decir que me ha llenado de satisfacción. Prefiero dar tiempo al tiempo y verles trabajar a pie de obra en vez de lanzar las campanas al vuelo. Soy militante del escepticismo, un Santo Tomás cualquiera, cincuenta años navegando en este mar proceloso del estilo Jaén me permite esa visión, que estoy dispuesto a cambiar tan pronto como los hechos me convenzan. Por lo pronto, y entiendo ahora las reticencias a hacerlo público, le vamos a hacer un marco para el seguimiento, una vez que se nos da esa oportunidad la debemos aprovechar.
Hay temas como el del Cetedex, y no solo él, que merecen estar muy alertas. ¿Se acuerdan que en la pasada campaña, semanas atrás, se hizo el paripé de que unos cuantos trabajadores movieran tierras en el solar del Polígono Nuevo Jaén? Cualquiera que pase por allí puede comprobar que no hay absolutamente nada, que aquello fue un gesto electoralista para hacerse unas fotos y mostrar ante los medios que teníamos la luna a nuestros pies. Ahora nos enteraremos de la verdad sin florituras, porque he notado también cierta tibieza en las declaraciones que le he leído esta mañana, en el Diario Ideal, al rector de la Universidad, Nicolás Ruiz, del que no me ha sorprendido menos que con respecto a la tan polémica financiación para la UJA de la que ha hecho cuestión central en su camino al Rectorado, ahora se muestre mucho más prudente, tanto es así que declara a la periodista Manuela Millán que de lo que conoce del nuevo modelo le gusta la música y tiene que detenerse en la letra pequeña del texto, aunque como tal el modelo no parece que vaya a estar ultimado hasta después de octubre, es decir, pasará la prueba de la apertura oficial del curso como un paseo militar. Pero bueno, cada cosa en su sitio, es normal que el rector sea elegante y no tenga salidas abruptas, la lealtad institucional es un valor en sí misma, pero para eso estamos, para recordarle a él y al lucero del alba, si fuera necesario, todos y cada uno de los compromisos adquiridos.
Pero volviendo al Ayuntamiento, hay que ser muy exigentes con la transparencia y ese compromiso de hacer público el protocolo notarial constituye, con aplausos y críticas, que habrá de todo, la prueba del nueve de la garantía y de la confianza en torno a la nueva etapa que se pone en marcha. En las primeras semanas, además de las felicitaciones, las puertas de los munícipes se tendrán que abrir en innumerables ocasiones para recibir a los que buscarán respuestas a ¿qué hay de lo mío? Una de las primeras en felicitar al Ayuntamiento y a su alcalde, es la federación vecinal OCO, la más representativa y numerosa de las existentes, un movimiento vecinal que en los últimos tiempos ha estado muy olvidado, según la propia versión de Pepi Alcántara, que efectuó esta denuncia en el Foro Jaén, en el debate sobre la ciudad que tenemos y la ciudad que queremos. La propia OCO aprovecha para ponerle deberes al nuevo equipo, y no una, muchas, al mismo tiempo que reconoce la gestión del Ayuntamiento presidido por Julio Millán en relación con los barrios.
Y se cumple un año del triunfo electoral del gobierno de la Junta, presidido por Juanma Moreno, que pienso que sigue siendo líder indiscutible pasado este tiempo, casi sin despeinarse, no hay más que ver la forma en que es recibido en Jaén cada vez que viene, igual en todo el territorio andaluz, ahora le sonríe la suerte y cualquiera le tose cuando el PP gobierna las ocho capitales andaluzas, aunque en el caso de Jaén sea con Jaén Merece Más porque el PSOE fue la lista más votada. Pero el resultado de hace un año fue apoteósico, 6 diputados en el Parlamento andaluz y más de 135.000 votos, frente a 86.000 del PSOE y 4 parlamentarios, en tanto que Vox, con más de 40.000 votos en la provincia, se adjudicó un escaño. Juan Bravo, hasta entonces consejero de Hacienda de la Junta, lideró la candidatura, pero después emigró a Madrid, reclamado para el equipo de Feijóo, y la cuota jienense en el gobierno de Moreno Bonilla es la consejera de Salud y Consumo, Catalina García Carrasco. Ha sido un año de tanteo, de anuncios, de visitas, de preparativos electorales, pero en absoluto se puede hablar de que haya sido un año productivo para Jaén, se van haciendo aplazamientos sine die y la prueba más evidente es que no solo no está funcionando el tranvía, promesa de campaña de 2022, sino que todo hace indicar que hay que esperar a la Ciudad Sanitaria, no se sabe hasta cuándo, y la Ciudad de la Justicia, que quitaba el sueño al consejero del ramo, ya ni se habla expresamente de ella. Es más, he leído unas declaraciones de la nueva fiscal-jefe de la Audiencia en la que dice esperar a que durante su mandato, que son cinco años, se vea algún movimiento. Con qué optimismo lo dice… En fin, qué quieren que les cuente…Aquí se nos dan mejor los aplausos, los vivas, los olés, las adhesiones inquebrantables…Jaén puede esperar.
Foto: En los terrenos del Parque Empresarial donde se espera que vaya el Cetedex, el movimiento de tierras fue solo un paripé en la precampaña. Ahora no hay absolutamente ningún movimiento, cualquiera lo puede comprobar.