De un tiempo a esta parte, pero sobre todo desde que se fue a Madrid hace varias semanas, está más abierta que nunca la sucesión de José Enrique Fernández de Moya al frente del PP provincial. Hay una buena movida interna y varios militantes que sopesan la posibilidad de presentarse a las elecciones cuando llegue la hora del congreso provincial. El alcalde de Porcuna ha sido uno de los valientes en salir a la palestra, pero sabemos que no es el único, si bien Fernández de Moya trata de neutralizar todos los movimientos y acude, en su estilo habitual, a la afirmación de que es la militancia la que le pide, casi de rodillas, parece que pretende convencer, que siga siendo el líder de los populares jienenses. Entre sus avalistas se encuentra el alcalde de Jaén, Javier Márquez, que a mi modo de ver hace mal uniendo su carrera política a la de su antecesor, por muchas razones, pero también por una de estética.
Conociendo a Fernández de Moya, veo normal que se esté dando esta situación en la que él trata de eludir el hecho de que haya militantes del PP que estén en disposición de quedarse con la silla de mando, incluso a disputársela si hace falta. Ya digo que el todavía presidente provincial repite que se lo están pidiendo sus compañeros, pero esto no es del todo cierto, porque es un secreto a voces que hay muchos militantes y cargos orgánicos e institucionales que lo que están deseando es precisamente lo contrario, el relevo, aunque esto a él no se lo digan y lo cuenten en voz baja.
Desde luego que hay banquillo en el PP. Además del alcalde de Porcuna, que ha sido de los primeros en postularse, ya se conocían los nombres del secretario general, Miguel Ángel García Anguita, incluso el del fiel discípulo del presidente, Miguel Contreras, dentro de una línea sucesoria sin sobresaltos, y no sólo éstos, hay quienes alientan a Miguel Segovia para encabezar otra alternativa. Es decir, si sigue Fernández de Moya y se impide, si es que esto se puede hacer, que haya opciones entre las que elegir libremente, no será por falta de ganas, hay gente dentro de la familia de los populares que desea otra formulación para el PP jienense, con lo cual le han puesto complicado a Fernández de Moya que se vaya a Madrid tranquilo y con el feudo controlado.
Supongo que el hoy secretario de Estado de Hacienda va a intentar a toda costa mantenerse en la presidencia, si Madrid le deja, porque representa una garantía de control para su propio futuro. Abandonar este cargo orgánico y quedarse en exclusiva en el gobierno, es exponerse a quedar en cualquier momento a la intemperie y el exalcalde de Jaén quiere tener cuerda para rato. De todas maneras no hay que engañarse, hay que observar esta operación de posible relevo en la presidencia provincial en una clave nacional y en las luchas por el poder que sostienen María Dolores de Cospedal y Soraya Sáez de Santamaría. Si la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, se mantiene en la secretaría general del PP, es más que probable que Fernández de Moya cuente con todas las bendiciones para revalidar e incluso para ganar enteros desde el punto de vista estrictamente político dentro de la organización. De no ser así, si este pulso es ganado por los sorayistas, me imagino que el jienense quedaría descabalgado. Así hay que estar expectantes, de todas maneras Fernández de Moya es listo y pocas veces, exceptuando la fracasada operación andaluza, ha jugado a caballo perdedor. De ahí que en el PP jienense haya una gran expectación y los interesados en dar un paso adelante sólo esperan que se pongan las cartas sobre la mesa.
Foto: Fernández de Moya con Cospedal, en una visita de la secretaria general a Jaén.