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Cáritas Diocesana ha presentado hoy los datos correspondientes a la memoria del pasado año. Suele hacerlo todos los años ante la próxima llegada del Corpus Christi que es el Día de Caridad. El responsable de la organización eclesial, Rafael López-Sidro y el secretario, Diego Jiménez, han presentado, acompañados por el obispo de la diócesis, Amadeo Rodríguez Magro, un panorama muy real, pero bastante preocupante, porque es indicativo de que en cierto modo ha bajado en grados la magnitud del problema social en la provincia, pero a cambio de que en cientos de familias la crisis se ha hecho “crónica”, como refleja la memoria. Los datos desnudos son que Cáritas atendió directamente a 12.341 personas en 2017, en cambio de sus actuaciones se vieron beneficiadas 30.000, pero la labor humanitaria llevada a cabo se proyectó sobre 222.000 ayudas a jienenses. Los responsables han explicado, también, que un año más, los recursos empleados han vuelto a situarse por encima de los recibidos y el presupuesto fue de casi 4,5 millones de euros para el conjunto de su tarea social.

La organización eclesial se ha referido, asimismo, al trabajo de consolidación de la empresa Recuperaciones Redoble, destinada al reciclaje de ropa y a la inserción de personas, con saldo positivo, y la inauguración de la tienda Moda Re, en las que había puestas muchas expectativas. Su labor abarca otros ámbitos como los comedores sociales, en los que el pasado año se ofrecieron más de 120.000 comidas. Rafael López-Sidro ha señalado que “el ascensor social no para en las plantas más bajas y en las plantas intermedias, se instala en la precariedad como forma de vida”, de ahí que haya apelado a actuaciones urgentes, sobre todo en materia de empleo. Cáritas, por otra parte, se plantea desde hace tiempo dejar de ser “un expendedor de alimentos” para asumir un nuevo modelo de acompañamiento de la persona” por lo que anuncian que se van a multiplicar los esfuerzos en esta dirección.

Si Cáritas dedica los mismos recursos a menos gente, lo que se pone de manifiesto es la mayor precariedad de las personas y familias atendidas. Hace muy poco dábamos otros números escalofriantes referidos a Cruz Roja. Estos de Cáritas los anotamos con cierta decepción, incluso con pena, porque da la sensación de que el tiempo parece haberse detenido en Jaén, al no registrarse una mejora del estado de las familias, ahora que nos transmiten algunos políticos a diario que el panorama económico ha experimentado un notable crecimiento. ¿Dónde y cómo?, les preguntamos. De hecho Cáritas encuentra dificultades para llevar a cabo su labor, porque la gente que no tiene recursos llama a sus puertas, llega a donde no llegan los poderes, y la institución eclesial se nutre de las aportaciones de los jienenses y de los convenios con las administraciones, pero éstas adeudan más de 700.000 euros, a lo que hay que añadir la frase pesimista: “tras la crisis se ha dormido un poco la solidaridad”. Qué decir…

Lo cierto es que las conclusiones a las que llega la memoria económica pueden hacer pupa, no creo que muchos políticos estén especialmente interesados en conocerla, para hacer bueno el refrán de “ojos que no ven, corazón que no siente”. Cáritas en Jaén siempre se muestra muy preocupada en cómo atender mejor sus responsabilidades con las personas más vulnerables de la provincia. Los datos que se aportan en la memoria, en concreto, hacen que no actúe a ciegas cuando plantea soluciones a los problemas de necesidad que tienen tantas familias jienenses. Hay números, esos números tan especiales porque tienen rostros, y lo verdaderamente importante es saber utilizarlos para seguir actuando en un panorama un tanto desalentador. Nada se gana negando la evidencia, hay que apoyar las soluciones. El diagnóstico de la provincia es efectivamente para preocupar, pero las causas son muy diversas, y entre ellas se cuenta la propia manera de ser de muchos jienenses, que no es que quieran ser pobres o vivir en el umbral de la pobreza cuando no en la pobreza severa, pero que han admitido con mayor o menos resignación una subsistencia precaria.

La memoria de Cáritas viene a colocar el dedo en la llaga, y debería alertar conciencias e interpelar a la sociedad. No se trata de buscar alarmismos exagerados y urgentes, pero sí de ir mentalizando sobre la necesidad de un entorno que todos, la propia sociedad en su conjunto y las administraciones responsables, tienen que resolver y tardan demasiado tiempo en hacerlo. En esta provincia se ha generado un escaso mecanismo de autodefensa mientras seguimos esperando manás. Y encima, cada vez que aparece un trabajo que puede aportar algo se inician los fuegos artificiales estériles. La verdad a veces duele.

 

Foto: Tienda de Cáritas en Jaén, Moda-Re, establecimiento dedicado a la venta de ropa donada por grandes empresas del sector textil.

 

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