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Por ANTONIO GARRIDO / De aquellos polvos, estos lodos. La Universidad de Jaén vuelve a estar en apuros, no ha dejado de estarlo desde que la Junta de Andalucía aplicó el conocido como “Modelo Velasco” en referencia al paso de este consejero de infausto recuerdo por el gobierno de Andalucía estableciendo un plan económico para el sostenimiento de las universidades públicas que pretendía, sin rodeos, hacer de la nuestra una universidad de segunda, poco menos que volver a su anterior estatus de colegio universitario, el caso es que fue el propio rector entonces, Juan Gómez Ortega, el que dio la voz de alarma porque se veía claro el peligro de abocar a la institución jienense a problemas estructurales que redundarían en el propio desarrollo de la provincia, al tiempo que se producían enormes desequilibrios, otra vez Jaén en la segunda división. Juan Gómez fue valiente en aquel primer momento en el que dio un puñetazo en la mesa de manera contundente, incluso renunció como medida de presión a su cargo de presidente de la Asociación de Rectores de las Universidades Públicas de Andalucía, pero hubo un momento en que frenó su grado de malestar, y moderó su crítica al recibir mensajes optimistas de la Junta, sin duda influenciado dada su excelente relación con el hoy consejero Villamandos, y no solamente no asistió a la concentración promovida por la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad, que hubiera sido lo lógico, puesto que en parte nació para apoyarle, sino que fue felicitado por la dirección del PP provincial porque había mostrado, según los dirigentes de este partido que sostiene a la Junta, una actitud manifiesta de diálogo. Desde ese momento su denuncia de consecuencias irreparables, de penalización a la UJA, etc., se fueron convirtiendo en frases más condescendientes. En tal ocasión al anterior rector le prometieron días de vino y rosas para la UJA, un nuevo modelo y pelillos a la mar. Evidentemente Juan Gómez se fue pero los problemas serios de suficiencia financiera no terminaron.

En aquel momento estaba en proceso de renovación el Rectorado de la UJA y hubo un candidato, hoy rector, Nicolás Ruiz Reyes, que tal vez por las responsabilidades asumidas durante algunos años en el gobierno de la institución conocía bien los problemas que estaba acarreando la estrategia financiera de la Junta, sobre todo desde el nefasto y denigrante para Jaén “Modelo Velasco” y lo que hizo fue plantear su campaña electoral, en la que salió triunfador, en este fin, de hecho fue contundente en las denuncias y caló el mensaje, tanto es así que al tomar posesión ante el presidente de la Junta y con el consejero presente resultó ser políticamente incorrecto, es un decir, hizo lo que debía, en la defensa de la Universidad de Jaén y de Jaén, y proclamó con toda claridad la hoja de ruta de su mandato, que se resume en dos palabras: suficiencia financiera. Desde entonces ha habido no pocas novedades, Ruiz Reyes ha seguido reivindicando como martillo pilón, unas veces en solitario y otras, como es lógico porque hay que estar en el grupo de las universidades públicas y remar todos juntos en la misma dirección, con sus compañeros rectores. La presión ejercida por todos y la perseverancia de nuestro rector lograron finalmente que el conjunto de las universidades dieran por bueno el nuevo Modelo de Financiación que en su espíritu y en los términos en los que está redactado es bueno, pero resultaba demasiado bonito para ser verdad, el gravísimo problema que tienen algunas administraciones, y la Junta de Andalucía es un ejemplo palmario, es que no cumple los acuerdos pactados, con la incomprensible excusa de que Hacienda no autoriza el gasto.

Hace unos meses que se retiró del escenario público la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Universidad de Jaén, y lo hizo para dar un voto de confianza a la política ya que este colectivo no tenía otra razón de ser que asegurar la estabilidad y el crecimiento de nuestra Universidad, pero puedo afirmar rotundamente que sin la presión ejercida no se hubiera producido respuesta alguna, aunque en este momento se encuentre paralizada. Desde el principio entendimos que la UJA como verdadero motor para el avance de la provincia merecía defensa permanente, aunque esto no se entiende ni por los políticos que gestionan la cosa pública, más preocupados por seguir la disciplina férrea de los partidos que de resolver los graves problemas del territorio, ni tampoco, y da pena decirlo, en la propia comunidad universitaria. Por mi parte no hay problema, la Plataforma se encuentra en stand by, pero si hace falta salir a la calle a defender “lo nuestro”, no quepa la menor duda a los que hablan mucho y hacen poco, de que encontrarán la respuesta adecuada.

Hace unos meses el rector, que en ningún momento ha dejado su papel de interlocución con el consejero, incluso firmaron una especie de armisticio tras la famosa reunión de Linares, y se les ha visto más cercanos, decidió, creo que pensando en no transmitir a la sociedad un mensaje permanente de pesimismo e inquietud, utilizar la vía diplomática, encuentros, reuniones, conversaciones…hasta que ha considerado el momento de que ninguna de estas fórmulas ha surtido efecto por la sencilla razón de que la Junta no cumple lo prometido en el Modelo de Financiación que recibió en su momento todos los plácemes, parecía la tabla salvadora de las universidades. La queja de Nicolás Ruiz, su puñetazo sobre la mesa, que así lo ha informado a su Consejo de Gobierno en losm últimos días, es que las palabras van por un lado y los hechos por otro. Que simplemente el Modelo es papel mojado, razón por la que denuncia incumplimiento sistemático de los acuerdos adoptados, insuficiencia financiera, y no llegan las cantidades comprometidas para la nivelación que colea, ni tampoco se esperan, con lo cual los efectos perversos del “Modelo Velasco” siguen presentes.

Por si fuera poco, en la denuncia de rector también se indica que el anteproyecto de presupuesto para 2025 contempla un incremento del 4,4%, mientras que para las universidades públicas se queda en un 2,4. Por cierto, ahora que se está en proceso de enmiendas a las cuentas de la Junta, nos gustaría ver que hay alguna formación política de la provincia que pone énfasis en la defensa de “su” Universidad, que también figura como prioridad en el Acuerdo por Jaén del Ayuntamiento, pero jamás en este casi año y medio ha salido a relucir como objetivo prioritario. Me quedo en los trazos gruesos de la atención que merece la UJA, pero hay capítulos pendientes referidos a la mesa general de negociación y que afectan a los colectivos del personal, igualmente desmotivado y, por supuesto, a la deuda pendiente para nivelar los ingresos percibidos por otras universidades y no la de Jaén, que es de justicia recibir y además existe el compromiso de que así sea

En resumidas cuentas, la Universidad de Jaén, y así lo señala el rector, está a un paso de afrontar un nuevo ejercicio, el de 2025, en el que ya se parte de esta suma de incumplimientos. Tampoco esta vez estamos solos, quiere decir que subsisten los agravios de la era Velasco, que afectan a las universidades Pablo de Olavide, de Sevilla y la de Huelva, porque las malas decisiones plantean duros efectos. Contra este tipo de política que no solo no afronta los problemas sino que incluso nos niega las migajas y juega contra nuestra dignidad como institución con más de 30 años de existencia y un prestigio ganado a pulso como lo prueban los indicadores que llegan desde dentro y desde fuera, hay que rebelarse, en primer lugar para exigir lo que nos corresponde, y en segundo para poner en su sitio a una clase política, empezando por el propio partido en el gobierno andaluz, de espaldas a los intereses legítimos de la provincia y la Universidad, de la que tanto se les llena la boca a todos, es la que merece el mejor trato y no se le puede condenar cuando al final se concreta en cantidades no demasiado importantes para un presupuesto general pero que sí salvaría la situación de insuficiencia financiera a la que se ve abocada.

Como era de esperar les ha faltado tiempo a los políticos del PP, los mismos que elogiaron el “Modelo Velasco”, aun siendo negativo para Jaén y no se han disculpado por ello a la vista de las evidencias, reconocidas por el propio consejero Villamandos, y han salido a la palestra, concretamente el delegado del Gobierno de la Junta, Jesús Estrella y la diputada andaluza, Maribel Lozano, que vienen a decir lo mismo, se ve que les han pasado el argumentario, que la UJA disfruta de financiación récord, que es la que más remanentes tuvo a finales del pasado año, que no es verdad que exista infrafinanciación, y la perla de ambas opiniones de los bien mandados, que “nadie nunca al frente de la Junta ha apostado tanto por la universidad pública como el gobierno de Juanma Moreno”. Una controversia en toda regla, un enfrentamiento institucional que no es el mejor camino para dirimir el futuro absolutamente despejado que deseamos para la Universidad de Jaén, que además debe quedar muy al margen del partidismo político, por lo que sería bueno que hablen quienes tienen que hacerlo, en este caso rector y consejero, y no lance la Junta a los peones de brega para lanzar mensajes dictados y que no se corresponden con la realidad.

Es grave negarle a la UJA lo que le corresponde, ni un euro más ni un euro menos. Pues que se enteren bien, la Universidad representa los cimientos del gran edificio que es el presente pero sobre todo el futuro de la provincia y la sociedad esperemos que no permita que la política la ponga en riesgo porque encontrará resistencia, no les quepa la menor duda. Todavía quedamos en Jaén rebeldes con causa que no nos resignamos a que se nos nieguen los recursos para fortalecernos y hacernos converger, y el caso es que da la impresión, por mucho que nos extrañe, que los responsables públicos duermen tranquilos. Algunos luchamos en su día por el Colce, hemos estado con el Cetedex, pero por encima de todo no abandonaremos a su suerte a la Universidad porque la experiencia nos dice, y es triste resaltarlo, que la política es poco de fiar. Cuidado, SOS, no crucemos la línea roja.

Foto: El rector de la UJA, Nicolás Ruiz, el día de su posesión en Sevilla, ante el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y el consejero José Carlos Gómez Villamandos.

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