Por ANTONIO GARRIDO / Se ha celebrado en la sede de la Institución Ferial la asamblea general reglamentaria de la Caja Rural de Jaén, Barcelona y Madrid, donde han sido sometidos al conocimiento y aprobación de sus miembros el balance de la entidad correspondiente al ejercicio de 2022, que certifican, como es costumbre, su excelente estado de salud. Se mantienen firmes las ratios de solvencia que le vienen caracterizando gracias a su gestión, lo que le convierte en el instrumento financiero de referencia en la capital y en la provincia de Jaén, con oficinas en todos los pueblos, con independencia de su población, y solo ella es la entidad que no ha aplicado la exclusión financiera en los pequeños territorios, y con apoyo a una cantidad ingente de colectivos de diversa naturaleza, tratándose del único agente financiero que opera en nuestra geografía que es capaz de hacer un desembolso de estas características.
Pues bien, la cooperativa de crédito Caja Rural, presidida actualmente por Juan Núñez Pérez, ha dado buenos resultados en el pasado ejercicio, al igual que en los anteriores, como consecuencia de una gestión prudente y desafiando las dificultades en un entorno financiero cada vez más complicado a causa de normas legales que son de obligado cumplimiento y por la coyuntura económica en un escenario de subida de las hipotecas, de la inflación, crisis derivada de la guerra en Ucrania, sequía, etc. El equipo directivo al frente del cual se encuentra su valioso director general, Enrique Acisclo Medina, es el responsable, un año más, de la solvencia que ofrece la Caja, sus buenas cifras a pesar de todas las dificultades del momento y desde luego su clarísima hoja de ruta de independencia y en la que se declara exclusivamente en favor del desarrollo económico y social de la provincia de Jaén. Junto al presidente y el director general presidieron la asamblea el presidente de la Fundación, Patricio Lupiáñez, y el subdirector de la Caja y gerente de su Fundación, Luis Jesús García-Lomas Pousibet.
La entidad cuenta con 163 oficinas, 140 de ellas en la provincia de Jaén, 16 en Madrid, 5 en Córdoba, 1 en Sevilla y 1 en Barcelona, con más de 500 empleados, en tanto que su número de socios va en ascenso y superan con creces los 200.000. Las cifras de negocio, más de 4.000 millones de activos totales a finales de 2022, y los casi 19 millones de beneficios después de impuestos en el ejercicio, a consecuencia de las previsiones y dotaciones para anticiparse a los futuros escenarios, representan la fortaleza de Caja Rural y su clara vocación por Jaén, destacando el apoyo a su Fundación, la joya de la corona, que recibe un montante de casi 4 millones, con los que se presta un beneficio que llega a centenares de destinatarios en ámbitos sociales, culturales, deportivos, etc. Cantidades grandes y pequeñas para objetivos de muy diversa naturaleza, empezando por todo lo que en el nombre o en el apellido lleve la palabra Jaén. Lo que antes hacían las obras sociales de las distintas entidades financieras y que ahora es algo testimonial, lo reparte prácticamente en solitario la Caja Rural. Como su antiguo slogan, y nunca mejor dicho: el dinero de Jaén, para Jaén.
El presidente, Juan Núñez, al frente de un Consejo Rector que ha decidido mantener la línea del anterior responsable, José Luis García-Lomas Hernández, fallecido en el pasado mes de octubre y designado hace poco Hijo Adoptivo de la Provincia, a título póstumo, ha agradecido el esfuerzo de todo el equipo humano de la entidad, y, por supuesto, los clientes que confían en la institución, que han posibilitado, con su buen hacer, la posición privilegiada que ostentan en Jaén. Baste citar un dato que es muy elocuente, en el último año se ha aumentado también la cuota de mercado de Caja Rural en la provincia, que es un síntoma de que la propia sociedad reconoce quién se implica en su desarrollo y le otorga su confianza, su dinero y todo el proceso de intermediación financiera, desde la agricultura hasta la mayoría de los sectores, colegios profesionales, etc.
Las demás entidades, incluidas las que nos prometieron el pan y la sal, incumpliendo la palabra dada y que quedaba reflejado en documentos que han caído en el olvido, se echaron para atrás en la misma medida que la Caja Rural de Jaén se hacía cada vez más presente, logrando casi el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, exhibiendo fortaleza frente a los riesgos de la “España vaciada”. Es por tanto un motivo de felicitación a la entidad que renueve los resultados satisfactorios porque en este caso es una realidad incuestionable que lo que es bueno para Caja Rural es también bueno para Jaén y tantas atenciones útiles, eficaces y rentables como hace posible.
Hoy sentimos una doble satisfacción. Por un lado que se mantenga intacto en esta nueva etapa el compromiso y la línea de trabajo que ha reportado en los últimos años un apoyo como nadie ha ofrecido jamás al territorio, y por otro que los números sean tan expresivos de la confianza hacia la entidad que no admitan la más mínima duda de que esta provincia ha tenido suerte por mantener una relación tan singular con el que es su principal músculo financiero, el que siempre está al quite para dar oxígeno al desarrollo de la provincia y para responder a todo el que llama a su puerta demandando ayuda para fines nobles. A la Caja Rural hay que conservarla por muchos años, es una de nuestras imprescindibles. Su propio lema de Responsabilidad Social lo dice todo en tres palabras: Solvencia, Solidez y Futuro.
Foto: Un momento de la asamblea general de socios celebrada por la Caja Rural de Jaén.