Por ANTONIO GARRIDO / Toda la vida presumiendo, y con razón, de que Jaén es la provincia más olivarera del mundo y por tanto que su capital ejerce de capitalidad real del sector olivarero, y en estos días hay un hecho especialísimo, histórico sin más, que fortalece esta dimensión, y es que desde hoy y hasta el próximo jueves, nuestras ciudades y el mar de olivos que se reparten por toda la geografía del Santo Reino, reciben nada menos que al Consejo Oleícola Internacional (COI), y sus representantes de distintas nacionalidades. Se trata del referente internacional, el foro que debate y analiza las políticas y normas relativas al aceite de oliva, la máxima autoridad para un sector al que con frecuencia tiene que mirar la provincia porque de él emanan consignas para hacer más grande a nuestro principal producto, sobre todo en materia de calidad.
En primer lugar hay que agradecer que el COI haga parada y fonda en Jaén, fuera de la cita con Expoliva, llene nuestros hoteles, conozca a fondo nuestros olivos y la evolución que está experimentando el oro líquido que se produce en el territorio y, en definitiva, palpe tanto las grandes fortalezas que nos adornan como también algunas debilidades sobre las que hay que seguir incidiendo. De todos modos en el COI, que desde esta fecha nos proyecta mundialmente y también desde otros organismos internacionales, se conoce la evolución del sector, sobre todo en las dos últimas décadas, aunque no por ello debamos dejar de reconocer que siguen quedando asignaturas pendientes. Que el hecho de ser la principal provincia productora mundial obligue a estar en exigencia permanente y no dormirnos en los laureles.
Llega el Consejo Oleícola Internacional con su destacadísima embajada en un momento singular, ante una cosecha escasa, con los efectos devastadores de una prolongada sequía, etc., pero también van a tener la oportunidad de conocer las buenas nuevas de las que podemos presumir, entre las que se encuentra el aceite de calidad suprema de la primera prensada, que es desde hace pocos años un regalo para los sentidos, de la misma manera se van a asomar a zonas olivareras donde es una realidad cada vez más generalizada, el oleoturismo, en fin, luces y sombras, pero más de las primeras, porque hay vigor y dedicación y por tanto los resultados se están percibiendo.
Tampoco es de menor importancia que los señores que nos visitan, alrededor de 200 personas que llegan de una veintena de países, se impregnen de noticias tan esperanzadoras como la del expediente para la declaración de los Paisajes del Olivar Andaluz como Patrimonio de la Humanidad, que ha sido meticulosamente elaborado y que llegará en diciembre al Ministerio de Cultura, última fase de su tramitación antes de pasar a los órganos competentes de la Unesco que han de proceder al nombramiento, para el que existe una impresión general muy positiva. Jaén y su Diputación han sido sus grandes impulsores.
También hay que poner en valor la suma de circunstancias que han permitido que Jaén acoja una de las citas más señaladas en el calendario del COI y es la contribución tanto de la Diputación Provincial y de su presidente, Francisco Reyes, siempre dando el primer paso en materia de promoción, y que reconoce que eventos como el presente refuerzan la posición de la provincia como epicentro del sector oleícola mundial. El Ayuntamiento y su alcalde, Julio Millán, también ha contribuido a la apuesta, porque está muy claro que es un hecho que beneficia extraordinariamente la vocación de capitalidad ejerciente.
Pero sobre todo y para irnos sacudiendo viejas rémoras, lo importante es desterrar complejos y poner toda la carne en el asador para que Jaén figure de manera destacada en el mapa mundial, y a través de los convenios, como el ahora suscrito por la Diputación, el COI considere a esta su casa y nos visiten con más frecuencia y conozcan otros grandes recursos jienenses como la riqueza gastronómica, que ocupa un lugar muy destacado en el panorama andaluz, y que tan ligada está al aceite de oliva virgen extra, el principal producto de cualquier cocina que se precie.
No cabe duda, asimismo, de que acontecimientos de este nivel requieren de la existencia de la infraestructura necesaria y desde este punto de vista nos podemos sentir orgullosos de poseer el magnífico Recinto Provincial de Ferias y Congresos, IFEJA, que es lo mejor que le ha ocurrido a la capital en el último cuarto de siglo, porque ha aumentado la consideración de Jaén como Ciudad de Congresos, de hecho en los últimos días se acaba de celebrar el Congreso Andaluz de Veterinaria con más de 700 participantes y que según me comentaron varios de los asistentes ha sido un rotundo éxito y a la mayoría de ellos les ha servido para descubrir esta joya de ciudad que tenemos. Si somos ambiciosos hacen falta todavía establecimientos hoteleros con mayor capacidad para seguir recibiendo eventos, pero lo cierto es que de un tiempo a esta parte la capacidad hotelera se ha visto desbordada por los atractivos que ofrece Jaén, y no es el menor el boom de la cocina con dos estrellas Michelín y otros restaurantes que deslumbran por su oferta de calidad. Hay un turismo específico, cada vez más acreditado, que llega a Jaén expresamente a descubrir sus cualidades culinarias, y si no que le pregunten a Pedrito Sánchez y a su restaurante Bagá, por poner un solo ejemplo, aunque hay más.
Esperamos que sea provechosa esta reunión anual del Consejo Oleícola Internacional, que sus miembros se lleven la mejor impresión de Jaén y la difundan por todo el mundo, y que tanto la conmemoración del Día del Olivo, el próximo jueves, como la entrega de los Premios Mario Solinas, que reconocen cada año los aceites de oliva virgen extra de mayor calidad a nivel mundial, ayude también a seguir laborando en el sector por nuestra propia autoestima e impulsar los aceites de la máxima calidad, imprescindibles para competir en los mercados y para ganar certámenes de tanta solera como estos, donde entre los premiados hay emblemas jienenses, pero ser la principal productora del mundo nos obliga a un esfuerzo de competitividad, no solo tenemos que trabajar por ser los mejores, la obligación es acudir a los premios y ganarlos.
Que Jaén no solo tenga prestigio por los 66 millones de olivos que poseemos, sino porque a la hora de los premios a la calidad que convocan tanto el COI como otras instituciones, las marcas de Jaén ganen por goleada, aun reconociendo que en otras zonas y países el avance en el ámbito de la calidad es un exponente, pero Jaén, por amor propio, tiene el deber ineludible de ejercer todo el liderazgo, no se entendería otro objetivo irrenunciable. Feliz estancia por nuestras tierras a los miembros del Consejo Oleícola Internacional.
Foto: Acto inaugural, esta mañana, de la presencia en Jaén de la embajada del Consejo Oleícola Internacional (COI), que va a permanecer hasta el jueves.