Por ANTONIO GARRIDO / En los últimos tiempos, y es una magnífica noticia, están surgiendo en Jaén y en la provincia iniciativas emprendedoras de calado. Es habitual conocer de proyectos novedosos indicativos de que algo se está moviendo y que puede constituir un impulso para esta provincia, que tanto lo merece y lo necesita. Uno de los ejemplos más evidentes está en la capital, donde en los últimos meses han aflorado actuaciones empresariales que tienen muy buena pinta porque se trata de la creación de servicios demandados y porque vendrán a contribuir al despegue de la ciudad y, desde luego a crear empleo, progreso y modernidad.
Viene a cuento este comentario tras la presentación, que acabamos de conocer, de una nueva empresa, Lagarto Tours, dedicada a los servicios turísticos, que proyecta sumarse a la promoción de la ciudad, pero con una hoja de ruta muy especial, poniendo en la calle cuatro buses panorámicos, entre otras novedades. Quien lo hace posible es el empresario Fulgencio Meseguer Galán, un rara avis en el mundo de los negocios y del emprendimiento, porque no para de inventar iniciativas para ayudar al desarrollo de esta tierra suya de adopción. El creador de la emblemática empresa Software DelSol, innovadora y puntera, que fue señalada en su día a nivel nacional como empresa modélica para trabajar, no solo la hizo triunfar sino que, como es bien conocido, fue pionero al establecer en ella la jornada de cuatro días a la semana. Recientemente se desvinculó de ella, aunque no del todo, para embarcarse en diferentes proyectos, tanto en Jaén como en su tierra de origen, Jerez.
En el caso de Jaén, lidera un grupo de empresas con una quincena de sociedades que actúan en diferentes ámbitos. Fulgencio Meseguer participa en actuaciones como el anunciado hospital privado, gestiona negocios relacionados con el aceite de oliva, y tal vez su joya de la corona en la ciudad sea la Fundación Fulgencio Meseguer, recientemente creada, y que se ubica en el que fuera vivero de empresas de la Cámara de Comercio, cerrado durante varios años, al que ha llenado de vida y de actividad, todo con el ánimo de impulsar el emprendimiento y para fortalecer el futuro de la ciudad. Es muy agradable comprobar cómo este edificio tiene ahora vida y perspectivas de creación de riqueza. A la vista de la hiperactividad de este empresario, al que como es natural el Ayuntamiento y otras instituciones le han puesto alfombra roja, no tengo la menor duda en afirmar que ojalá contáramos en Jaén con una docena de perfiles similares, porque en pocos años cambiaríamos el destino de esta antigua capital del Santo Reino. Sin menospreciar al grupo de empresarios que cada uno a su manera ayudan a levantar esta provincia. Pero hoy me refiero a este empresario, un mirlo blanco, que me parece providencial en este momento histórico en el que Jaén avanza o perdemos la senda de las oportunidades.
Felicito a Fulgencio Meseguer, le doy la enhorabuena por todo lo que está haciendo, demuestra que quiere a esta tierra en la que lleva ya alrededor de treinta años, y que es un convencido de que Jaén merece la pena. Recuerdo que no hace mucho, se pronunciaba de la siguiente manera: “Sin excusa ni pretexto es la hora de invertir en Jaén, si no queremos perder definitivamente el tren de la competitividad”. Obras son amores, que no buenas razones. También están orgullosos en su Jerez natal, donde ha puesto su atención, allí es ya en la consideración popular hijo predilecto, empresario del año, porque, entre otros planes, adquirió un importante y céntrico palacio con el ánimo de convertirlo en centro cultural de referencia y no paran de llamar a su puerta ni él de implicarse con sus señas de identidad.
Entre las ideas que rondan en la cabeza de este dinámico personaje, que cuenta con 57 años, ha estado la empresa Lagarto Tours, que iniciará sus funciones en el mes de octubre próximo y que ofrece los atractivos de la novedad al dotar a Jaén de los mismos servicios que ya existen en ciudades de reconocida solvencia turística, aprovechando que los datos de demanda para el turismo están en continuo crecimiento. Forma parte de su objetivo vital de crear espacios para visibilizar mejor las potencialidades de Jaén.
Imposible abarcar toda la personalidad de Fulgencio Meseguer, pero hay que aludir a su actuación como presidente de la Asociación de Empresarios y Profesionales PROA, que cuenta con una treintena de nombres relevantes en el ámbito provincial. PROA, desde su nacimiento, ha venido a representar una bocanada de aire fresco, otro talante, por su propia manera de actuar y también porque ha sabido cuidar con detalle cada uno de los pasos que ha venido dando en los últimos años, la conclusión es que se ha ganado el respeto y la confianza de un sector cada vez más amplio de la sociedad de Jaén, a medida que lo va conociendo.
Hace poco, esta Asociación de Empresarios presidida por Fulgencio Meseguer, que tomó el testigo de otra mente lúcida y comprometida como es Pedro Molino, presentó en sociedad un relato del propio Meseguer, que en realidad era un bonito sueño simbolizado en un funicular que en 2030 podía unir la ciudad al Castillo de Santa Catalina y junto a esta idea matriz, otros cambios vinculados al estirón de progreso al que Jaén no debería renunciar. Con este trabajo, entre otras muchas iniciativas, y que PROA presentó en sociedad, daba a conocer su apasionada visión de Jaén. A mi modo de ver PROA ya volvía a dar por sentada su utilidad al tiempo que para quienes quisieran coger el mensaje, señalaba el camino. Es curioso que muchos de los impulsores de ideas fuerza para el futuro de Jaén ni siquiera son de aquí. Siempre me acuerdo de un hombre providencial como fue Hermenegildo Terrados del Cerro, que nos dejó hace más de 25 años. Fulgencio Meseguer es un enamorado de Jaén, como muchos de los que llegamos un día de fuera y nos atrapó esta ciudad y la hicimos nuestra para siempre, tierra de adopción, pero duele, como al que más, y él combate como sabe hacerlo poniendo en su empeño ilusión y esperanza.
Recuerdo acciones puestas en marcha por PROA en estos años de vida, desde su original “Jaén en el diván”, hasta la airada queja cuando la Junta de Andalucía se olvidó de la existencia de Jaén y su aceite en la campaña “Andalucía, paisajes con sabor”, o el excelente documental “Jaén transiberiano”, la participación en marchas cívicas como la del tren, la presencia en el Parlamento andaluz para apoyar una iniciativa parlamentaria en relación con el ferrocarril, sin olvidar que desde el primer momento sus miembros se han dedicado a hablar y hablar con representantes de las administraciones y de la sociedad para tener el mejor diagnóstico y poder cumplir con su objetivo fundacional de apoyo al desarrollo integral de Jaén. Meseguer siempre pone por delante frente al victimismo su fe en Jaén y en tantas personas preparadas, capacidad e inteligencia, la UJA, etc., para remachar como hizo no hace mucho: “Jaén tiene grandes necesidades que solo podremos cubrir e invertir si actuamos aquí y ahora. No debemos ser pobres siendo potencialmente ricos. No debemos ser torpes pudiendo y sabiendo actuar con inteligencia social”.
Ojalá que todos los proyectos en marcha cuajen, algunos ya están en esa órbita, porque habrá muchos motivos de reconocimiento y gratitud a este empresario tan proactivo y tan proJaén, que ya se tiene ganado el respeto y la consideración de Jaén y de los jienenses. Me cuento entre ellos, por supuesto, porque tengo un slogan de referencia: lo que sea bueno para Jaén, es bueno para mí y lo voy a aplaudir.
Foto: El empresario Fulgencio Meseguer Galán.