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Desde el primer momento, hace unos cuantos años, me he posicionado de una manera clara en favor de que en San Antón se respetaran las tradiciones y defendía una alternativa a la que el anterior Ayuntamiento con diferentes colectivos ciudadanos propiciaron para celebrar lumbres y Carrera Internacional el sábado más próximo, es decir, aprovechando el fin de semana, desde luego con un éxito indiscutible. Pensé que todas las posiciones, con un poco de buena voluntad y de cesión, eran asumibles, pero finalmente se vio que no y todos en Jaén sabemos lo que ha ocurrido. Este año se ha producido una novedad, el nuevo equipo de gobierno ha autorizado la celebración de lumbres en la noche del día 16, no ha habido muchas, es verdad, pero sí las suficientes para que la fecha no pasara inadvertida y allí donde se celebraron constituyeron un éxito, con mención especialísima a la lumbre singular del barrio de San Juan.

No ha sido un fracaso, de todas maneras cada día estoy más convencido de que en torno a las hogueras y las asociaciones de vecinos lo que hay en realidad y que ha motivado la división en torno a las lumbres, es un pique que tiene características personales, y en todo caso el anterior equipo de gobierno, supongo que sin pretenderlo, animó a la división con algunas de sus decisiones. En esta ciudad es muy complicado establecer consensos para lo que sea, y una posible salida para despejar incógnitas hubiera sido la consulta que prometió el anterior alcalde, compromiso que fue incumplido. Sigo defendiendo el poso de la tradición y otros están en su derecho de opinar de manera diferente, faltaría más, pero percibo, por la experiencia de estos últimos años, que se está trasladando a los jienenses una imagen de dispersión, a veces incluso de enfrentamiento, que no es buena para nada, tampoco para festejar mejor a San Antón.

En este enredo en el que habría que clarificar la situación para no estar cada año improvisando y de manera que si mañana llega otro equipo de gobierno no haga peligrar los cambios que ahora se experimentan, la reconocida defensa que hace María Cantos de las tradiciones, ya que fue cocinera antes que monja, al haber presidido la mayor federación vecinal de la ciudad, OCO, llega al extremo de solicitar para el día 17 de enero, San Antonio Abad (San Antón) el reconocimiento como fiesta local, pasando a formar parte de las posibilidades que permita el calendario de cada año para sustituir a algunas de las ya establecidas y que todo el mundo entiende que son intocables y encima ya se alternan entre ellas y Santa Catalina se lleva casi siempre la peor parte. A la vista de lo que vengo observando y tal vez por ese hartazgo de los jienenses con una polémica que desde el primer momento nos ha parecido innecesaria, tiene pocos visos de salir adelante la moción, porque se interpreta, tal como se desprende de una barrida por las redes sociales, como un desafío, no es una propuesta popular, tal vez en una época de mayor sosiego político y social pudiera establecerse el debate, hoy por hoy es bien visible que no resulta oportuno e incluso puede echar más leña al fuego.

Entiendo y comparto en lo que significa, que sobre todo es un gesto en favor de una de las más hermosas tradiciones populares de la ciudad, pero reconozco que tiene poco recorrido. No se trata tanto de que sea o no fiesta local, sino de que le demos su sitio como hacen cantidad de municipios de la provincia, nada más, y nada menos. En esta asignatura de la Noche de San Antón, pese al avance de este año, donde se ha impuesto el prohibido prohibir, entiendo que hay que seguir analizando de qué manera se cumple mejor con la ciudad, se respeta la herencia de muchas generaciones atrás, al tiempo que se atiende a la modernidad.

Dicho esto ahora los jienenses tenemos que poner todo el empeño en apoyar que la noche de mañana, sábado, con permiso de la lluvia, sea excepcional, tanto por la Carrera Internacional como por las lumbres que van a arder, que esta cita sea memorable para Jaén. También hay que dejar constancia en honor a la justicia, que el anterior gobierno local hizo muy buenas aportaciones para engrandecer San Antón, la misma consideración de fiesta de interés nacional está en su haber. Lo que ocurre es que cuando llegan nuevos equipos parece que lo están inventando todo, de hecho hay unas declaraciones del concejal de Deportes en las que señala que la 37ª Carrera “es una nueva San Antón”. En general todos y todas deberían ser más respetuosos con la historia de estos acontecimientos, lumbres y carreras. Siempre digo lo mismo, los políticos pasan, los ciudadanos pasamos, en la ciudad queda lo que hayamos sido capaces de hacer por ella. Estas conquistas no son de nadie, o mejor dicho, son exclusivamente del pueblo de Jaén. Vamos pues a centrarnos en disfrutar de la fiesta, cada cual a su estilo, forma y manera, y que sea aprovechada para promocionar nuestra ciudad a todos los niveles.

Hay que valorar el trabajo de sectores y colectivos, con el Ayuntamiento al frente, para poner a la ciudad en el escaparate local, provincial, regional, nacional e internacional, con una serie de iniciativas, algunas que han llegado por primera vez, y que esperemos que funcionen en esta ocasión de nuevo, en el sentido de que el público de Jaén las haga suyas y sirvan para que crezca esta cita anual con una fiesta antigua en la que ahora se dan la mano, en armónica convivencia, las carrera urbana de tanto prestigio y las lumbres, que son otro guardián de las mejores esencias de Jaén.

Espero y deseo que la Carrera Internacional de mañana, sea un éxito de participación, de público en el recorrido y de ambiente en torno a la prestigiosa prueba deportiva. Me gustaría que las lumbres, den calor a la noche de Jaén y en torno a ellas se rinda homenaje a una de las tradiciones más queridas, que la gente se lo pase bien, que es lo importante, que haya cantes y bailes, que haya vino y viandas, y que sea un alto en el camino en esta cuesta de enero que tan dura es para muchos de nuestros vecinos. Feliz fin de semana de San Antón a todos, centremos nuestra atención en algo que merece mucho la pena, en darnos una oportunidad de demostrarnos y demostrar hacia el exterior, que tenemos una ciudad ambiciosa y con ganas de ganarle todo el terreno posible a la modernidad. ¡Viva San Antón 2020!

 

 

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