Acaba de ponerse oficialmente en marcha en la UJA, con la firma de la escritura pública, la Fundación Universidad-Empresa, una aventura largamente deseada desde casi el comienzo de la institución, pero que por razones diversas se ha ido retrasando hasta que el actual rector, Juan Gómez, y el presidente del Consejo Social, Francisco Vañó, han decidido echarla a andar, porque es una herramienta útil desde el punto de vista de que hace real el objetivo irrenunciable de la Universidad de estar permanentemente unida a la empresa y a la sociedad jienense.
Por tanto, en primer lugar vaya el aplauso para los principales responsables de este logro, que han conseguido reunir en el primer momento a 49 empresas de la provincia, seguramente algunas de las más inquietas y que andan preocupadas por el desarrollo de la institución y de la provincia, y saben que su participación es obligada para que la Fundación tenga sentido.
En el acto formal para la firma de la escritura, que ha sido histórico porque es irrepetible, el rector, ha destacado que el nuevo órgano ha de ser útil para las dos partes, empresarios y Universidad, porque ambas se beneficiarán de las sinergias y el resultado de dejará notar con el tiempo en el desarrollo de la provincia. Por su parte el presidente del Consejo Social, Francisco Vañó, uno de los empresarios con prestigio de esta provincia, ha recordado que una de las asignaturas pendientes de las empresas de la tierra es conocer mejor a su alma mater, para sacarle más provecho, más partido, más jugo, a esta máquina de conocimiento, cultura y valores, todo lo cual ha de transmitirse al conjunto de la provincia para que crea firmemente en ella.
En efecto no se puede poner ningún tipo de objeción a la declaración de intenciones, porque es impecable y menos contando con el esfuerzo que supone poner en marcha cualquier iniciativa, como la presente, de mucha ilusión y de futuro. Se cumple el que tiene que ser uno de los primeros objetivos, además irrenunciable, de la Universidad de Jaén, aunque esto ocurra a casi 24 años de la ley de creación de la UJA, y es estar cerca de su entorno, atender sus necesidades. Es una relación de ida y vuelta de la institución y las empresas, porque en ambos casos se necesitan. La Universidad precisa del tejido empresarial para apoyarse en la práctica de los instrumentos que trabajan por el desarrollo de la provincia, pero a su vez el tejido empresarial debe estar mirando continuamente a la Universidad, no solo para buscar a los mejores alumnos y darles oportunidades laborales, sino para acudir a ella con proyectos, iniciativas, para utilizar sus numerosos recursos a veces tan desconocidos, etc. En resumen resultaría inexplicable y fuera de toda lógica que Universidad y empresa se dieran la espalda, sería letal para los intereses generales de Jaén.
Ya hay funcionando en el territorio español, en algunas universidades con muy buenos resultados, estas fundaciones y en el caso de Jaén espero y deseo que ocurra lo mismo, que el camino que se acaba de iniciar dé abundantes frutos en todos los órdenes. Dicho esto y aunque el número de 49 empresas es inicial, mi impresión es que a esta convocatoria tenían que haber recurrido muchas más empresas jienenses e instituciones, amén de asociaciones empresariales, para que la Fundación naciera con toda la fortaleza y apoyo necesarios. También sé que este tipo de organizaciones no suelen ser masivas, no habría que esperar miles de empresas llamando a las puertas de la UJA, pero tal vez sí algunos cientos, aunque tengan que pagar una cantidad de 1.000 euros, que no es elevada teniendo en cuenta los beneficios que se van a derivar. He visto las empresas ya adheridas, y entre ellas figuran algunas de las modélicas, las que están en todos los principales eventos, las que han decidido sumar por Jaén, por tanto podría decir que son todas las que están pero no están todas las que son. Noto la ausencia de algunas empresas significativas que estarían obligadas a estar en primera línea, aparte de instituciones y organizaciones diversas cuyo concurso es imprescindible.
Hago un símil para que se entienda con el mundo del aceite de oliva en la provincia. Es verdad que hay ya muchos ejemplos en favor de la calidad y del prestigio, pero esta teoría tiene que seguir expandiéndose porque nos va en ello el futuro. Igual puedo decir de la Fundación Universidad-Empresa, a la que concedo una importancia extraordinaria porque va a ser, si todo discurre con normalidad, un excelente apoyo para la Universidad y para el tejido empresarial de la provincia, que ojalá se despierte porque en este momento no vive su situación más óptima. Precisamente por ello debe invertir en futuro y esta es una oportunidad clave.
Mentiría pues si no expresara mi escepticismo militante y en cierto modo mi lamento. Ya he dicho con anterioridad que me sumo a todos los aplausos, conozco el asunto, he estado alrededor de veinte años vinculado a la Universidad de Jaén, primero en su Consejo de Administración y después en su Consejo Social y también me precio de saber cómo están las organizaciones empresariales de Jaén y el papel de pasividad que han mantenido en los órganos de gobierno de la institución universitaria, salvo unas cuantas excepciones, pocas por cierto, pero que confirman la regla.
No quiero pecar de pesimista y fastidiar los buenos propósitos de un hecho por el que merece que todos nos felicitemos, pero ya que hay un protagonismo de los empresarios, es oportuno dirigirse a ellos, porque me gustaría encontrarlos mucho más en los debates sobre la provincia y fundamentalmente, en la vida de la Universidad, por eso es tan decisivo que la Fundación se nutra de ellos, especialmente de los más dinámicos y de los que generan ideas, y que sea desde dentro donde aprecien lo que la Universidad ha supuesto para Jaén, uno de los mayores logros históricos, por tanto hay que sacarle el máximo provecho, no hacerlo sería un gravísimo error. Si hago esta reflexión en voz alta es porque me duele que al más puro estilo Jaén, hay muchas veces en las que no se valora la importancia de tener una institución universitaria propia, porque es reconocida a nuestra forma y manera, pero está lejos aún, a mi juicio, de recibir el respaldo de todo Jaén, sobre todo la predisposición de algunos sectores como son los empresarios, que deben estar para algo más que las fotos, porque precisamente de ellos depende en gran medida la fortaleza de la Fundación que se pone en funcionamiento. Cuando hablo de respaldo me refiero a implicación, a participación, y no a la palabrería que sirve para bien poco. Aquí también obras son amores.
Insisto por último en que 49 empresas pueden ser suficientes para empezar, pero no lo son para desarrollar un proyecto ambicioso, sobre todo porque falta gente, empresas y grupos que deberían estar obligados a sumarse. Tenemos la obligación y la responsabilidad de no ser cicateros con nuestra principal empresa, la única que con tiempo y trabajo puede ayudar a cambiar mental y materialmente a esta provincia. En cierto modo me entristecen estas cosas, sepan disculparlo, pero es porque creo que deberíamos aprovechar todos estos recursos para espolearnos y espolear a Jaén, que coja otra velocidad. Resumo, la Fundación Universidad-Empresa, una idea excelente. Lo demás dependerá de si estamos en el conformismo o lo cogemos como un revulsivo para que esta provincia se mueva en la dirección adecuada: modernidad, progreso, desarrollo, ambición…¿sigo?
Foto: UJA