No se puede negar que el nuevo Secretario de Estado de Hacienda, el exalcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, ha estado muy bien arropado por sus compañeros jienenses, especialmente miembros de su equipo de gobierno del Ayuntamiento y otros colaboradores, en su toma de posesión este mediodía, en la sede del Ministerio de Hacienda, con el resto de altos cargos del departamento, haciendo de anfitrión el ministro jienense Cristóbal Montoro, que por esta vía vuelve a normalizar las relaciones con su tierra de origen. No hay mal que por bien no venga.
Fernández de Moya, se percibe bien en los testimonios gráficos, no ocultaba su cara de satisfacción y a fe que ha tenido motivos, sobre todo que ha conseguido una de sus metas en política desde hace años cuando pensaba que la Alcaldía se le quedaba pequeña, si bien en realidad eran los problemas los que le quitaban el sueño. Por otro lado ha visto que su gente, al menos la más cercana, le ha respondido en el día de hoy y en las últimas jornadas en los momentos especiales en que se ha hecho ver en actos de naturaleza pública, significando su liderazgo en el que se ve más seguro que nunca con mando en plaza.
Hace unos días, pienso que demasiado pronto, pero los tiempos para Fernández de Moya tienen una medida especial, todo ha de ser a un ritmo más bien acelerado, negoció con su sustituto en la Alcaldía, Javier Márquez, una visita oficial a la sede del Ayuntamiento, para hacerse la foto, firmar en el libro en el que se registra la presencia de personalidades y “hablar de municipalismo”, como indica el comunicado que se emitió para la ocasión.
Tanto el alcalde como Fernández de Moya insistieron en el recurso floral tan manido de que “el Gobierno de España tiene una especial sensibilidad con la ciudad de Jaén”, y por cierto, por mucho que lo repiten, y mira que insisten, no logran convencerme, porque llevo tiempo buscando dónde está esa “apuesta” y ese “compromiso” y no lo encuentro por ninguna parte, salvo que se trate de la designación del propio político para un alto cargo en Madrid.
A este respecto he visto con agrado que el alcalde, seguramente tratando de echar un capote, ha señalado que Fernández de Moya ha sido cocinero antes que fraile, en el sentido de que antes que ser el jefe de los dineros en la Hacienda de España, mano derecha de Montoro, ha pasado por un lugar en apuros extremos, en un Ayuntamiento endeudado hasta el límite…por tanto se da la ocasión de conocer las dos caras de una misma moneda.
Por cierto que el secretario de Estado ha llegado al que fue su despacho municipal prometiendo nuevas medidas de liquidez para los ayuntamientos en apuros, como el de nuestra ciudad, ahora casi especialmente para el pago de sentencias judiciales. La verdad es que este tipo de operaciones son ofrecimientos envenenados, no sé si para otros consistorios, pero desde luego para el Ayuntamiento de Jaén, y políticos como Fernández de Moya deberían pensar que ya no es posible agravar más la caótica economía municipal.
Que piense el exalcalde y hoy alto cargo de Hacienda, que los devastadores efectos de este dramático panorama con tantos créditos y sus correspondientes toneladas de intereses, las van a tener que pagar no ya sus hijos, sino tal vez sus nietos. Por tanto lo que necesita Jaén no son más empréstitos sino quitas de capital y soluciones factibles para que en definitiva Jaén y los jienenses no estén condenados de por vida a pagar a precio de oro la irresponsable administración de sus pésimos gestores públicos, y sálvese quien pueda.
Dicho de otra manera, utilicen menos los elogios y las satisfacciones, no piensen tanto en las fotos y en las imágenes, y bajen si les deja la arrogancia al suelo, que es donde pueden encontrar, si es que lo hay a estas alturas, algún alivio para una situación que es sencillamente dramática.
Fotos: Fernández de Moya ha tomado hoy posesión en Madrid, muy arropado. Hace unos días cursó visita oficial al Ayuntamiento.