El nuevo secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, que en horas va a tomar posesión de su nuevo cargo, como mano derecha del paisano Cristóbal Montoro, se ha hecho muy presente en actos oficiales y sociales durante el fin de semana, lo mismo reunió a todos los responsables de la Administración del Estado en la provincia, que asistió a la presentación de la cerveza especial de Navidad de Cruzcampo, todo un clásico cuando llega el ecuador del mes de noviembre. Hoy se reúne con los órganos de dirección del partido en Jaén.
No lo he podido ver personalmente, pero por lo que le sigo me hago cargo de que el político jienense se encuentra pletórico, encantado de la vida y dispuesto a salir indemne de su nuevo puesto que responsabilidad sí que la tiene. Excepción hecha de su paso por la Alcaldía, en el que ya se han encargado sus críticos de recordar lo que dejó atrás, y la etapa como portavoz en Diputación, el resto de su bagaje se ha centrado en la actividad parlamentaria, a todos los niveles, Congreso, Senado y Parlamento andaluz. Se cumple ahora precisamente un año desde que salió abrasado de la Alcaldía, y seguramente ni él mismo podía imaginar que se iban a dar las condiciones objetivas, precisamente en una legislatura tan controvertida, para poder seguir escalando en su siempre ascendente carrera política.
Creo que Fernández de Moya tenía fijación con aquellos célebres viernes de Zarrías, que se prolongaron durante tantos años en los que el político socialista tuvo responsabilidades de primer orden. Aquella actitud no era de envidia sana, pero Fernández de Moya seguramente soñó muchas veces con ser un virrey y poder llegar a su tierra desde cualquier misión institucional, en olor de multitud, recibiendo saludos y parabienes, al mismo tiempo que es requerido como el nuevo factótum para hacerle partícipe y solicitarle ayuda o consejo sobre todo tipo de problemas, situaciones y circunstancias, como suele ocurrir cuando una persona de la tierra llega a un cargo en el que se visualiza el poder.
He leído casi todas las manifestaciones que ha realizado en estos primeros días el personaje y ha repetido con ánimo de que llegue a todo el mundo, como no se esperaba menos de él, que Jaén va a ser una prioridad. Ha sido más explícito en la excelente entrevista que le ha realizado en su despacho del Ministerio, la redactora jefa del Diario Jaén, Manuela Rosa. Fernández de Moya gusta de la rimbombancia, pero las frases no son más ciertas cuando se expresan con mayor énfasis. Los políticos caen con facilidad en los excesos verbales y se expresan con muletillas que por reiteradas no pocas veces causan indiferencia y rechazo. José Enrique Fernández de Moya es muy dado a ellas, con las asignaturas pendientes lo único que hay que hacer es aprobarlas y en efecto Jaén será una prioridad cuando en vez de proclamarlo como deseo se haga realidad vía BOE.
Por ejemplo, el líder de los populares en Jaén se jacta del trato a la provincia en los Presupuestos Generales del Estado, que en su criterio han sido generosos en los años de gobierno de Rajoy, pero que seguramente no coincide con la sensación que se tiene en la sociedad jienense, que es muy consciente de que en Madrid y en Sevilla el trato que las cuentas dan a Jaén no le hace justicia a nuestro territorio, por el contrario son mezquinas y reflejo de una constante desatención.
Pese a todo lo dicho, hay que darle un margen de tiempo al señor Fernández de Moya, para ver si es capaz de encajar adecuadamente las aspiraciones de la ciudad y de la provincia, ahora que su papel le va a permitir la participación directa en las tareas del Estado. Conoce perfectamente la situación de Jaén, de esto no me cabe la menor duda, y preparación la tiene, otra cosa es que, como tantos políticos en el desempeño de sus responsabilidades, haya sido él también en los últimos años, más representante del partido en el que milita y que le ha ido aupando, que jienense convencido de que lo primero de todo era la defensa de los legítimos intereses de la circunscripción, y por esta razón ser capaz de luchar por ellos con uñas y dientes.
El principal asunto jienense de calado que va a tener sobre su mesa es el relativo a la extrema situación económica del Ayuntamiento de Jaén, que conoce mejor que nadie hasta el punto de que fue él quien salió corriendo por no poder enfrentarse a ella, y ahora el destino le ofrece una segunda oportunidad, en la que colabore a encontrar una salida a partir de las propuestas que ha recibido y de las que él pueda ofertar. Tendrá peticiones de otros consistorios aquejados por similares circunstancias y desde el Gobierno de la nación hay que mirar en todas las direcciones, pero ha de ser primordial la actitud, en el convencimiento de que todos los problemas, por graves que sean, han de tener solución. En eso confiamos porque es vital para que la ciudad de Jaén tenga resuello.
Finalmente, con el puesto de trabajo en Madrid de Fernández de Moya, se produce la situación que él trata de eludir, la de que haya militantes del PP que estén en disposición de quedarse con la silla de mando, incluso disputársela si hace falta. El todavía presidente provincial ha dicho que seguirá en el cargo porque se lo han pedido sus compañeros, pero esto no es del todo cierto, porque es un secreto a voces que los compañeros lo que desean es que se produzca el relevo. Hay banquillo. El primer aspirante que ha hecho pública su voluntad de acudir al proceso es el actual alcalde de Porcuna, pero no es el único. Está la sucesión natural que encabeza Miguel Ángel García Anguita, hay quienes ponen el nombre de Miguel Contreras, mientras que parece que hay también quienes alientan a Miguel Segovia para que encabece otra alternativa. Y todavía puede haber más, lo cual es indicativo de que el PP jienense está animado y no va a ser tarea fácil para Fernández de Moya irse tranquilo a Madrid, aunque venga todos los fines de semana, y que la organización no permanezca inquieta.
Fernández de Moya va a intentar a toda costa mantenerse en la presidencia, si Madrid le deja, porque representa una garantía de control para su propio futuro. Abandonar este cargo y quedarse en exclusiva con un puesto en el gobierno es exponerse a quedar en cualquier momento a la intemperie y el exalcalde de Jaén quiere tener cuerda para rato. De todos modos hay que observar esta operación en clave nacional. Si María Dolores de Cospedal continúa en la secretaría general del PP, es más que probable que Fernández de Moya se mantenga, de no ser así la operación salida tendría más clara su vía libre.
Foto: Fernández de Moya se ha reunido, entre otros, con los máximos representantes en la provincia de la Administración Periférica del Estado.