JAÉN, 6 DE OCTUBRE DE 2017
Hay cierto revuelo en redes sociales que ha trascendido hasta la plataforma “Jaén Merece Más” por el hecho de que esté previsto crearse un laboratorio contra la Xylella y al parecer se ha pensado en ubicarlo en la vecina ciudad de Córdoba. El debate que se ha suscitado tiene como principal argumentación que en la provincia de Jaén es donde debería tener la sede el referido centro, en función de que somos la principal productora de aceite de oliva del mundo, que tenemos nada menos que 66 millones de olivos y que se cuenta con fortalezas tan importantes para darle apoyo como son la propia Universidad o el Laboratorio de Salud Vegetal.
Supongo que la mayoría conoce la preocupación existente en el sector olivarero, y en los relacionados con otras producciones del campo, por la existencia del llamado “Ébola del olivar”, que es exactamente la bacteria conocida como “Xylella fastidiosa”, es de suponer que por el fastidio y los efectos devastadores que ha producido en las zonas donde hasta ahora se han notado sus nefastas consecuencias. Pero la “Xylella” está cerca de nosotros, concretamente ha llegado a algunas provincias españolas y la preocupación cunde en todo el sector olivarero español y por supuesto de la provincia de Jaén, donde al ser la principal productora del mundo, si se acercara a nosotros este peligro sería letal.
Las autoridades están alerta en todas las comunidades de España y por supuesto en la nuestra donde el olivo tiene tanta significación. Este cultivo candidato a ser considerado Patrimonio de la Humanidad, se encuentra en peligro, y no lo digo para causar alarma sino para que se enciendan todas las luces de emergencia y defendamos uno de los patrimonios más grandes que tenemos, si no el que más, nuestro inmenso mar de olivos. No queremos ni pensar en que este bichito pudiera amargarnos la vida en una tierra que mima su riqueza olivarera.
Creo no ser sospechoso de tratar de barrer para casa en todas las circunstancias en que entiendo que es posible, pero en el caso que nos ocupa, aun entendiendo que sería ideal que pudiera establecerse en Jaén y que es bueno que las instituciones jienenses y la sociedad lo demanden, y ojalá lo pudiéramos lograr, no por ello puedo dejar de reconocer que en Córdoba nos llevan ventaja porque su Universidad dispone desde hace muchos años, no ya solo de titulaciones de grado y de máster relacionadas con el sector del olivar y del aceite, sino que, más importante aún, su Departamento de Agronomía en la Universidad cordobesa (UCO) está especialmente acreditado. La mayoría de sus profesores cuentan con una amplísima experiencia docente e investigadora, adscritos a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. Es destacable el papel de este Departamento en la formación de doctores y especialistas en el cultivo del olivo de reconocido prestigio internacional. Y precisamente desde hace ya muchos años, esta es su principal fortaleza y su gran aval, una parte bastante importante de la actividad investigadora se ha dirigido al cultivo del olivo, con una labor de divulgación reconocida y con publicaciones en los ámbitos nacionales e internacionales adecuados.
Que Jaén podría disputar este laboratorio, por supuesto que sí. Pero la Universidad de Córdoba, aunque solo sea por su mayor antigüedad, puede esgrimir ese argumento, el de llevar más años dedicada al estudio de nuestro principal producto, también muy presente en la provincia hermana, como es bien conocido. Tal vez la Universidad de Jaén, y nunca es tarde para ello, debió apostar más desde el inicio, por titulaciones directamente vinculadas con la riqueza provincial. Es cierto que contamos con un máster universitario en Olivar, Aceite de Oliva y Salud. Lo es asimismo que en Jaén contamos, dentro de la propia UJA, con el Centro de Estudios Avanzados en Olivar y Aceite de Oliva, y que se está desarrollando una importantísima labor investigadora con un equipo de profesores muy competente, entre los que se encuentra José Juan Gaforio, que con sus colaboradores han hecho importantísimas aportaciones relacionando el aceite de oliva con los beneficios para la salud. Hay un profesorado competente, y destaco el nombre del exrector, Manuel Parras Rosa, que es uno de los grandes especialistas sobre aceite de oliva, reconocido no solo en Jaén sino en el ámbito nacional e internacional.
Quiero decir, como resumen, que haría muy bien Jaén en reivindicar que este laboratorio se ubique entre nosotros, por ejemplo en Geolit, donde tenemos un potente parque tecnológico al que hay que seguir dando vida. De todas maneras si objetivamente se eligiera a Córdoba en base a criterios fáciles de entender, no deberíamos lamentarnos, por el contrario habría que reconocerle que ha recogido lo que ha sembrado. Eso sí, a lo que hay que negarse en rotundo es a que se pueda tratar de una dádiva política, en la que a unos se beneficie en perjuicio de otros. Por eso habrá que estar atentos. En Jaén, en la situación en la que se encuentra, no se puede despreciar nada. Menos aún un laboratorio para investigar sobre una bacteria asesina que tanto daño ha hecho ya al cultivo en otros lugares y que merece atención para impedir que llegue a nuestro bosque olivarero.