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El candidato oficialista al congreso provincial del PP, Juan Diego Requena, alcalde de Santisteban del Puerto, se ha alzado con la victoria en el congreso provincial del PP y se convierte en el nuevo presidente del PP jienense, gracias al mayoritario voto de los compromisarios. Se ha cumplido el pronóstico de Requena el día previo a la cita congresual, mientras que la candidatura de Miguel Moreno se ha quedado a 45 votos. La decisión ha sido de los compromisarios, casi 900, que ha sido el motivo principal de diferencia entre las dos candidaturas, por entender la de Miguel Moreno que el procedimiento era engañoso ya que en la consulta directa a la militancia él había ganado por un margen de más de 700 votos.                      

El congreso ha reproducido la evidente tensión que se ha vivido en las últimas semanas en el Partido Popular jienense, con el malestar de los afines con Moreno, que han desplegado una ilusión y un entusiasmo sin precedentes, para apoyar a un candidato con carisma y un discurso humilde pero muy comprometido y coherente.

En este momento, en el que todavía la división está a flor de piel y hay muchos militantes que se piensan adoptar medidas personales para manifestar su rechazo a las formas que han marcado el proceso congresual, debería imperar la sensatez para evitar mayores consecuencias. Es a Juan Diego Requena, que hoy ha hecho un discurso más conciliador y de líder, al que corresponde hacer gestos por la integración y para evitar que el PP jienense acabe fracturándose de manera irreversible. A posteriori ya no es posible realizar otros experimentos que hubieran sido los idóneos, para dar respuesta a una mayoría que tuvo la oportunidad de pronunciare de manera nítida hace unas semanas, y a la que no se ha escuchado.

Requena puede ser un buen presidente, no hay motivo alguno de peso para negarlo, pero no se puede evitar desde el principio de su mandato que se le considere el heredero del poder hasta ahora establecido, un Fernández de Moya que se ha despedido haciendo un balance más que brillante de su gestión al frente del partido, como cabía esperar conociendo al personaje, sin ninguna concesión a la autocrítica, y que incluso ha salido por la puerta grande del PP jienense al ser nombrado presidente de honor. En su favor habrá que decir para ser justos que ha tenido errores pero que en una etapa tan dilatada de 17 años, algunos éxitos también le han acompañado. Lo que queda en su debe, tras el cónclave de hoy, es que se va obligado por los estatutos, pero que ha hecho todo lo necesario, moviendo a los peones de su confianza, para quedarse y no perder el poder, aunque sea en la sombra.

En el congreso de hoy era obvio que tenía que haber un ganador y un perdedor. La opción de Miguel Moreno ha fallado, como se esperaba, en los votos de los compromisarios, que en definitiva eran los que hoy tenían que pronunciarse, por mucho que en el voto directo de la militancia su victoria fue impecable y debió tener otro tipo de consideración. La intervención de Miguel Moreno en el congreso ha sido de lo mejor de esta cita congresual. Ha hablado con el corazón en la mano. “Tenemos que ser radicales en votos”, ha defendido, y no en diferencias y enfrentamientos. El congreso se ha puesto en pie cuando ha reivindicado la democracia interna, y ha pedido a los compromisarios que no quebraran la voluntad de los afiliados. Moreno pretendía alzarse con la victoria en el congreso y ser el primer presidente electo por la militancia de Jaén. No ha sido así porque los partidos tienen sus atajos con los que se puede llegar a burlar la democracia interna y mantenerse en el poder sine die los que tienen el respaldo del poder constituido y no están por la labor de dejarlo.

 

Pero las personas puestas en pie en favor de Moreno y su discurso sencillo, vibrante, cargado de ilusión, no dejan de ser un aviso en toda regla. No sé lo que pasará a partir de mañana, si habrá gente que se vaya, si habrá ajuste de cuentas o generosidad e intentos de unidad. Si las acciones a realizar para  pacificar el partido tienen que salir de los anteriores dirigentes que han estado a la sombra de todo el proceso, no se puede esperar mucho. Tal vez esta labor corresponda hacerla al propio Juan Diego Requena, una persona joven, con buen ánimo, si logra zafarse de los que han propiciado un ambiente enrarecido y abre las puertas a un nuevo PP donde quepan todos y todos persigan el mismo objetivo. Es complicado, claro que sí, pero todo depende de las personas que lideren el proceso, algunas han quedado completamente desautorizadas para promover una imprescindible paz social en la familia popular jienense.

 

 

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