Por ANTONIO GARRIDO / Reconozco que estoy verdaderamente obsesionado porque la ciudad de Jaén no sea solo oficialmente sino que la sintamos todos, primero los jienenses y también quienes nos visiten, una verdadera capitalidad, de hecho y de derecho, con todo lo que ello significa. A diferencia de otras provincias de la misma Andalucía, el caso de Jaén es singular porque posee unas cuantas ciudades muy pobladas, casos de Linares, Andújar, Úbeda, entre otras, que constituyen focos de atracción en sus zonas de influencia y en algunos casos compiten con la propia capital a la hora de establecer sus prioridades de gestión, por ejemplo Úbeda pretende erigirse, y en realidad no le faltan razones, en un referente para la cultura, de hecho el partido político Vox anuncia una moción en el Ayuntamiento de la Ciudad de los Cerros, Patrimonio de la Humanidad, para que pueda optar a ser capital europea de la cultura 2031, junto con su hermana Baeza y también con Córdoba. Quiere decir que en la propia provincia hay poblaciones con muchas y variadas fortalezas, tenemos un territorio muy rico, nada de complejos de inferioridad. Por esta razón poseer un verdadero liderazgo y ser de facto el centro de interés, además de por las instituciones, la Universidad, el Hospital y los estamentos oficiales, etc., para constituirse en una capitalidad fuerte, ha de ser también ejemplo de infraestructuras, servicios, ocio, cultura, etc., y no es que no disponga de estos elementos, pero creo que la mayoría coincidimos en que aún le faltan, empezando por las comunicaciones, el dichoso tren, la autovía que nos conecte con Córdoba, puesto que somos la única provincia descolgada, en fin, y es verdad que se están dando algunos pasos, con más lentitud de la deseada, pero no se improvisa una capitalidad potente, el mayor esfuerzo ha de realizarse a través de un modelo de ciudad, y por supuesto con la aportación inversora de las administraciones, porque esto no se logra de la noche a la mañana, sin esfuerzo y sin compromiso, pero no de boquilla como son tan comunes, sino poniendo dinero en los presupuestos, más todavía, poniendo dinero y gastándolo.
Foto: El alcalde, Agustín González, y la responsable de Cultura, María Espejo, pletóricos de satisfacción en la noche inaugural del XXV Festival de Otoño.
Dicho lo cual en la ciudad de Jaén contamos, y cada vez más, con argumentos distintivos del espíritu de una capitalidad de referencia. Entre todos ellos ocupa un papel determinante el Festival de Otoño, que en este 2024 llega a sus bodas de plata, XXV ediciones con las que se va haciendo mayor. Al presenciar en la noche de ayer, jueves, en la Plaza de Santa María, ante la hermosísima Catedral, el espectacular inicio del Festival con la Carroza del Real, con un fervoroso público, calculado en más de 2.000 personas, y la impresión generalizada de que se había asistido a un acontecimiento muy vistoso y colorista, digno de Jaén y con el pistoletazo de salida para un evento en el que existen muchas razones para celebrar, hay que rendirse a la evidencia, estamos confirmando la solidez del Festival de Otoño, reconociendo su esplendor pasado y poniendo la confianza en que se trate, como pasa con el Premio Jaén de Piano, de una cita que nos dure muchos años y en lo más alto. Pero sobre todo, y es a lo que quiero llegar, la programación del Festival de Otoño es un recurso muy potente para construir capitalidad. Se le veía cara de satisfacción al alcalde, Agustín González, que como los regidores anteriores, tiene su empeño puesto en que Jaén brille, que llegue el momento de que merezcan más atención los pros que los contras. Un alcalde también tiene derecho al disfrute, no todo van a ser problemas y sinsabores. La noche de ayer fue como un rayo de luz, el equipo de gobierno se sintió reconfortado, y no digamos en el grupo de Jaén Merece Más, que ahora pasa por una especie de luna de miel, que disfrutan porque las buenas rachas no suelen durar mucho, ni en esta ni en el resto de las familias.
Este año el programa se ha confeccionado por completo en el actual Patronato de Cultura y que ha liderado su concejal María Espejo, con una singularidad y es que las contrataciones se han realizado directamente desde el área municipal, evitando intermediarios y por lo tanto con ventajas para poder conseguir más espectáculos. Alrededor de medio centenar de actividades conforman el ciclo y esta vez se distribuye en diferentes apartados que van desde los llamados grandes espectáculos a la presencia del Festival en los Barrios, pasando por varias actuaciones dedicadas al público infantil, otras con artistas de referencia local, al flamenco, música y literatura, que incluye presentación de libros, y la presencia de algunas citas en la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Sin olvidar la presencia de la música clásica, un plato fuerte en cada edición y que esta vez va a consistir en un homenaje a la figura de Giacomo Puccini. Así, aunque podrán acceder a todo el programa, se anuncian actuaciones del violinista Ara Malikian, de la obra “Galdós enamorado”, del músico Coque Malla, de la cantautora y cantante María Peláe, del espectáculo “Dos divas y un barítono”, con Ainhoa Arteta y Montserrat Martí Caballé; el musical Kinky Boots, El Cascanueces con el Ballet de Tatiana Solovieva, etc, etc. Sin olvidar nuestra Orquesta Sinfónica y Coro del Festival de Otoño, el Ballet Flamenco de Andalucía, la Orquesta Filarmónica de Málaga…Para algunas fechas ya no hay entradas, es el mejor síntoma de su aceptación.
Es un programa bastante completo y ambicioso, ha sido elogiado por la Asociación Cultural del Festival de Otoño, que también ha visto cumplidas algunas de sus propuestas, y en resumidas cuentas se trata de conmemorar el XXV aniversario de este importante evento que consiguió desde el principio poner a Jaén en el mapa de la cultura, el ocio y el espectáculo de toda España. Los primeros años, con bonanza económica en el Ayuntamiento, sobre todo con un área de Urbanismo que era un río de dinero, ya no volverán a repetirse, si no que se lo pregunten a Cristina Nestares, que tuvo el privilegio de su puesta en marcha, junto al que fuera alma mater, Diego Martínez, a la sazón gerente de Cultura en aquella memorable etapa. La labor posterior ha sido muy meritoria por parte de quienes han ido asumiendo la responsabilidad de la organización, pero a pesar de los escasos medios económicos del Ayuntamiento, se ha logrado, y ya es un milagro, mantener vivo el Festival de Otoño y hacerlo en un plano competitivo, porque la organización, además de la infraestructura se encarga de todo el trabajo, y no es poco, de confeccionar el programa y hacerlo además con tiempo suficiente para que se pueda difundir y promocionar. Todos los concejales y concejalas que han ido pasando, hasta el último, José Manuel Higueras, otro gran concejal para el área, hay que reconocerlo, le fueron imprimiendo su sello, abriéndolo a nuevas corrientes, al tanto que iban manteniendo lo esencial. Algunas actuaciones se repiten, es cierto, pero hay casos en que ocurre a petición del público o porque los artistas acuden a los escenarios con ofertas diferentes a las que en su día trajeron.
A la concejal María Espejo, que puede presumir de llenar de contenido su área en el día a día de la gestión, tampoco se le ha resistido el Festival de Otoño y en las últimas semanas se le ha visto especialmente satisfecha tras haber sido capaz, y no lo dudé en ningún momento, conociéndola, de que trataría de mantener el nivel y seguir sumando, con ausencia de críticas, ni siquiera desde la oposición municipal, muy lejos de la situación inicial de incertidumbre con la que se encontró el año pasado con la polémica de la actuación de Ana Belén, que pudo resolverse. Ya en la pasada edición también hubo alrededor de cuarenta actividades, algo menos que este año, combinando los grandes espectáculos de fuera y de valores de la tierra, con el resultado de artistas y grupos que dejaron un grato recuerdo. María Espejo no solo ha organizado el Festival de Otoño y hay que felicitarla por ello, es que además ha abierto su despacho a toda iniciativa cultural y de espectáculos a quienes se ofrecen a colaborar con el Ayuntamiento, de hecho es raro el día que no firma un convenio diferente. Esa es también su misión y de la que se enriquece la ciudad.
Como quiera que quienes hacen grande el Festival de Otoño son las instituciones y empresas que le prestan su apoyo, en algunos casos desde el principio, merece la pena consignar sus nombres. Como patrocinadores se encuentran la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial, Unicaja, Caja Rural, Fundación La Caixa, Ávolo, McDonald’s, Grupo Mesgal, Aqualia, Colegios Oficiales de Arquitectos, de Gestores Administrativos y de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, empresa Calderón y la Asociación Cultural del Festival de Otoño FOJA. Como colaboradores figuran asimismo la Universidad de Jaén, la asociación Lola Torres, la Real Sociedad Económica de Amigos del País, la Santa Iglesia Catedral, los Conservatorios Profesional y Superior de Música y la Asociación Cultural Flamenca “Ciudad de Jaén”. Enhorabuena por la labor realizada y el programa conseguido, y 25 años después de la primera experiencia, merece la pena valorar que se ha recorrido este camino y que, en efecto, hay motivos en Jaén de los que merece la pena presumir. Indiscutiblemente proyectan su capitalidad y esta es la conclusión final de la que me alegro como jienense.
Mientras llegan las diferentes citas de esta programación, podemos apuntarnos a la oferta para mañana, sábado, una nueva edición, la IX, de la Noche Jahenciana, una iniciativa plenamente consolidada, dentro de la iniciativa Jaén Genuino, bajo la batuta de Extra Jaén con la colaboración de instituciones y empresas, que sirve para poner en el escaparate al mejor Jaén para el disfrute de vecinos y visitantes, permitiendo el acceso gratuito a los principales lugares y monumentos del casco histórico, verdadero protagonista de la noche, de modo que las propuestas de este año quedan concretadas en la visita hasta 26 monumentos, 7 conciertos, 3 representaciones teatrales y algunas actividades más. También es un buen chute de autoestima. Una buena idea para demostrar que hay que echarle imaginación al presente y al futuro de Jaén, en vez de seguir instalados en el permanente y destructivo “ea”.