Por ANTONIO GARRIDO / Esta mañana de puente he aprovechado para dar una vuelta por nuestros centros comerciales y mañana, día de la Inmaculada, toca celebración a lo grande para disfrutar del centro de la ciudad, que se ha quedado precioso, como todos los años anteriores. Aquí cada cual trata de dar valor a su trabajo, pero algunos no nos hemos olvidado de esfuerzos ímprobos anteriores, aunque haya que darle a cada cual el mérito que le corresponde. Pero vuelvo a los centros comerciales. Es penoso comprobar en lo que se ha quedado el centro comercial La Loma, 32 años después de su inauguración. No es comprensible que sabiendo los responsables que venía a la capital un nuevo proyecto no reaccionaran, de hecho han desaparecido la mayoría de sus establecimientos y se mantiene a flote por el tirón del hipermercado Carrefour, que sigue teniendo una amplia cartera de clientela. Pero La Loma como tal nada que ver con lo que fue y en estas fechas cercanas y con el ambiente navideño era un hervidero humano. Insisto, difícil digerir la estrategia. En cambio hoy, y por lo que me cuentan es así todos los días, el Jaén Plaza estaba a rebosar, de principio a fin centenares de vehículos y muchísima gente, tanto en las tiendas exteriores como en el nuevo recinto, que se ha convertido en un espacio comercial y de ocio de referencia, todas las tiendas con mucha capacidad de atracción y no digo nada de la zona gastronómica, donde hay variedad de establecimientos y a eso del mediodía algunos de ellos estaban a tope. Me alegra que Jaén tenga un foco de esta naturaleza y que si salimos fuera no sea por obligación sino por otras razones, porque no se le pueden poner puertas a las ciudades y hacemos muy bien en movernos hacia donde nos venga en gana. Pero en este aspecto también se contribuye decididamente a hacer capital. Más aún cuando logramos que los propios jienenses y los visitantes que llegan a la ciudad, porque muchos son de fuera, bien del área metropolitana o del resto de la provincia, deciden vivir Jaén desde el cada vez más atractivo centro, que se va dinamizando, gracias a las actuaciones oficiales, pero sobre todo a la propia voluntad y decisión del propio comercio y los colectivos que lo representan. Desde aquí invito a hacer más grande a Jaén aprovechando todos y cada uno de sus recursos.
En cuanto a las sensaciones que transmite el Ayuntamiento, ya les habrá llegado la opinión del Tribunal de Cuentas, que confirma que ninguna de las ciudades que se encuentran en la UCI por su situación financiera, ruina total, y este es el caso de Jaén, han logrado en los últimos años revertir la situación de riesgo, más bien todo lo contrario. Es tal el tamaño de la deuda que por mucho que lo intenten no hay manera de poner orden en las cuentas, el panorama es el de ir cuesta abajo y sin frenos. El actual alcalde, Agustín González, se comprometió como candidato a poner orden cuando llegara, yo siempre me permití frenar no su euforia sino sus buenos deseos, en la creencia de que haber sido un gestor eficiente le daba alguna ventaja. Imposible. De hecho intentó, sin éxito, darle dedicación exclusiva al concejal de Hacienda para elaborar el presupuesto para el año 2024, pero creo que a esta hora han tirado la toalla y se van a tener que prorrogar, una vez más, las cuentas de 2017 que en aquel momento elaboró el entonces edil responsable, Manuel Bonilla. Vaya panorama.
Después de aquello no ha sido posible y el problema principal estriba en que no solo no hay auxilio por parte del Ministerio, sino que de facto estamos rescatados, las cuentas tienen que pasar por un control estricto y es imposible que superemos el examen, así que complicado papel para el alcalde y su equipo de gobierno, no tendrán más remedio que seguir moviéndose en la más cruda realidad de la cuerda floja, llamar a todas las puertas de las administraciones, especialmente la Junta, que se ha declarado colaboradora y cómplice de este Ayuntamiento, además de que los ayuntamientos afectados por esta gravísima crisis económica deberán continuar negociando con el Gobierno de España no ya que le condonen la deuda, pero al menos que le proporcionen oxígeno, aunque sea bajo la vigilancia y el paraguas del Ministerio de Hacienda. Me van a permitir que no entre en el enfrentamiento entre PSOE y PP por la economía municipal, porque Julio Millán ha denunciado que el Ayuntamiento tiene retenidos 1,5 millones mensuales por la Participación en los Ingresos del Estado (PIE) y se lamenta de que no haya presupuestos quien tampoco fue capaz de hacerlos, y he visto la réplica que le dirige el propio Bonilla, hoy parlamentario andaluz, haciéndole responsable de la retención estatal, junto a la ministra Montero y el presidente Pedro Sánchez. No se arregla el problema financiero y encima lo sacan a pasear para que sintamos todavía más angustia, pues lo que es malo para la ciudad lo es también para los jienenses. Ya que no pueden resolver el problema, que no nos pongan mal cuerpo a las verdaderas víctimas de esta pésima herencia. Y. que no hagan política con un problema de todos.
Y si va a haber dinero para pagar el precio por el sillón de presidente del Gobierno, entonces hay que ponerse a la cola para reivindicar y exigir. Insisto, más que nada, porque soy contrario a que los malos gestores se vayan de rositas, a que se le pueda proporcionar al Ayuntamiento de Jaén una hoja de ruta viable para pagar esa deuda sin que resientan los intereses de los jienenses a los que no se nos debe castigar por la irresponsable manera de gobernar y administrar. Es injusto y también los ciudadanos debemos clamar en contra, pues al final la hipoteca hasta el año 2050, por ahora, no es el mejor escenario. De modo que ojalá que la Junta se retrate, que llegue el Cetedex, que se vayan haciendo realidad algunos de los proyectos, que haya posibilidad de encontrar recursos debajo de los piedras, y que el Señor nos coja confesados.
El alcalde seguramente no puede hacer más de lo que hace, como tampoco los inmediatamente anteriores, no pretendo culpar a nadie, porque la deuda no es pequeña, siempre salen a relucir los 600 millones de euros, pero puede que sea más, y esto no se engorda de la noche a la mañana. Por tanto gobernar una ciudad como Jaén no es tarea fácil, y en los últimos días he tenido alguna oportunidad de verlo reflejado en el rictus del alcalde, que no ha perdido la sonrisa, ni debe hacerlo porque es su patrimonio, su personalidad, en este sentido me recuerda mucho a Alfonso Sánchez, pero su rostro es más severo y uno que ya tiene mucho rodaje ya puede advertir que hay procesiones que van por dentro. Agustín González lo que se sí se muestra es inasequible al desaliento, hay días que no sé cómo se multiplica, porque pretende contentar a todo y a todos, si bien ese ritmo es peligroso. ¿El equipo de gobierno de Partido Popular y Jaén Merece Más? Ahí va, tirando. No me refiero tanto a la gestión como a la relación. Al principio se trataba de organizarse, ahora ya cada cual va buscando su espacio y es obvio que hay celos, protagonismos, nada nuevo que no haya ocurrido cuando antes se ha gobernado en coalición. Además de que hablando con algunos de los protagonistas empiezan a soltarse, es que en las redes sociales se puede seguir el relato. Parece que no nos vamos a aburrir.
Nadie dijo que el gobierno de la ciudad iba a ser fácil, pero yo les puedo asegurar, por lo que veo y por lo que oigo, que estos cuatro años, en el caso hipotético de que se llegue, y permitan mi escepticismo, no van a ser precisamente un paseo militar. Para gobernar bien una ciudad hay que dejar atrás los egos, se tiene que funcionar con altura de miras, trabajar codo con codo sin querer vender cada conquista para que no la asuma otro. Difícil papeleta en un PP que tanto se juega y un Jaén Merece Más que conoce bien que o aprovecha la oportunidad o corre el riesgo de dejar de ser lo que hoy es. Así que veremos de qué manera discurre una relación que en lo formal parece idílica pero en la que subyacen desencuentros, controversias, y, para decirlo más claro, que se note el peso del poder de cada cual. Uno que está en el mundo, no por ser más listo sino más veterano, llega a entender hasta lo que quiere decir cada foto. Por cierto, cuántas fotos, qué obsesión por la imagen, pero no solo en el Ayuntamiento de Jaén, que también, es en todos sitios, los gabinetes de comunicación y de imagen se van engordando. Cuánto hemos cambiado.
En materia de salud, me agrada que la Junta asuma que el panorama de las listas de espera y de la atención primaria se ha desbocado. Que nada más que en el Hospital de referencia en Jaén haya 60.000 pacientes esperando un especialista o una intervención quirúrgica, es algo absolutamente desproporcionado y no sé cómo se ha llegado a esta grave situación. O sí lo sé, el presidente Juanma Moreno tiene siempre el mismo discurso, que se ha aumentado el presupuesto con respecto a 2018. Y las necesidades, también. No vale lo de la herencia recibida, o al menos no vale para todo, y desde luego en ningún caso para lo que está ocurriendo en la sanidad. Menudo marrón el que le ha caído a la consejera, Catalina García, de Jaén tenía que ser. Pero es bueno que hayan empezado a reconocer el estado de la cuestión, porque han estado mucho tiempo negando la evidencia.
Ahora la consejera afirma estar preocupada y dice que se buscan soluciones, lo que pasa es que no las encuentran. Tal vez por eso el presidente se sale por peteneras y nos mantiene a diario entretenidos con el discurso político de enfrentamiento con Madrid, que ya lo creo que es legítimo, y que Andalucía reclame lo que es de justicia, pero empecemos a resolver nuestros propios problemas, por ejemplo este de la salud que es fundamental. A propósito, como de vez en cuando me gusta acudir a la hemeroteca, he visto que en algunas etapas de gobierno socialista también nos quejábamos de déficits sanitarios. Así en el año 1998, siendo delegado el médico jienense Mateo Herrera, reconocía la urgencia de protagonizar un plan de choque para frenar las listas de espera, que también eran abundantes, aunque menores que ahora. Escribí entonces lo mismo que defiendo ahora, menos planes de choque y más ir al origen del problema y resolverlo. Maldita hemeroteca. Ya sé que no hay médicos, especialmente en algunas especialidades, pero hay que buscarlos y los medios que hagan falta. La salud y la educación, que también presenta carencias importantes, son prioridades, así que menos hablar y más actuar.
En el mismo ámbito sanitario, se ha publicado en distintos medios y lo he visto en PlantaDoce, que Fremman Capital, la gestora paneuropea de capital riesgo que opera bajo los mandos de Ricardo de Serdio desde febrero de 2020, se encuentra ultimando los flecos del acuerdo para hacerse con una participación mayoritaria en HT Médica, empresa referente en Jaén, grupo especializado en clínicas de radiodiagnóstico, según el diario económico Expansión. Esta fuente calcula el valor aproximado de la operación en unos cien millones de euros, lo que supondrá la sexta inversión de la plataforma y la tercera en España. HT Médica, una empresa que tiene su origen en esta capital, está extendida en la comunidad andaluza, es propiedad de la familia Luna Alcalá, creada por el prestigioso médico radiólogo Antonio Luna Fantony, que fue también presidente del Colegio Oficial de Médicos. La compañía de salud está especializada en radiología y anatomía patológica, y de acuerdo con las informaciones a que hacemos referencia, seguirá contando como minoritaria en la nueva empresa junto a Fremman, que tendrá el control de la mayor parte del accionariado. Espero y deseo que esta operación sea provechosa para quienes han pilotado la nave empresarial durante tantos años y, por supuesto, para la sanidad de la provincia, que puede contar con un músculo más potente en un momento en el que tanta importancia tiene el diagnóstico por imagen y la apuesta por las tecnologías más avanzadas.
No quiero terminar sin responder, aunque sea brevemente, a la noticia difundida por Renfe, para su mayor gloria y honor, en el sentido de que de enero a octubre de este año han pasado por el tren Jaén-Madrid 284.000 personas. Fuegos de artificio, no responden a nuestro malestar, pero tratan de convencernos por la vía de los números, también engañosos, porque el tren recoge viajeros en distintos lugares y no podemos dar como válido que nos adjudiquen ese número que puede parecer, sin comentarlo, todo un éxito. Dos cosas. Primero, la gratuidad del tren permite que un gran contingente de personas haya utilizado el servicio, en especial quienes por razones de diversa naturaleza, sobre todo trabajo o estudios, se desplazan de un lugar a otro de manera habitual. Y segundo, también ha permitido que mucha más gente se haya percatado de la deficiente comunicación ferroviaria de estos trenes de media distancia, sobre todo que se trata de trenes propios de otro tiempo, pero que además sufren retrasos de forma habitual, o averías y otras variadas incidencias. Si lo que pretende Renfe es que aplaudamos la situación del tren tercermundista a Jaén, por supuesto que no, y es bueno, muy bueno, que la mayor utilización de este transporte por ferrocarril haya prendido en la opinión pública, que aunque no es capaz de manifestarse, por la indolencia de Jaén, sí sabe que este tren no es el que Jaén se merece. Los políticos responsables, cuando hablan, lo hacen a lo grande, nos engatusan con el AVE, llevan así años, pero bien sabemos que esos políticos, al menos para resolver este lastre de las comunicaciones, ni están ni se le esperan.
Foto: Un buen ambiente hoy en el Centro Comercial Jaén Plaza.